Un alto funcionario de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) exhortó al foro internacional y a la industria armamentista a formar una "sociedad creativa".
La industria armamentista es "un sector estratégico de la economía mundial" que puede ayudar a la ONU en sus esfuerzos por detener el tráfico de armas ilícitas, sostuvo Jayantha Dhanapala, subsecretario general para Asuntos sobre Desarme, el jueves.
Los fabricantes de armas pueden ayudar a limitar el mal uso de las armas que fueron adquiridas para defender la seguridad nacional, indicó Dhanapala.
La ONU podría establecer medidas para recuperar la confianza y la transparencia y eliminar la carrera armamentista, si tiene los objetivos adecuados y los fondos necesarios.
La ONU "puede trabajar para desarrollar un desarme sustentable, que se integre a su objetivo general de promover un desarrollo sustentable", sugirió Dhanapala en un seminario organizado este jueves por la Fundación Friedrich Ebert, de Alemania.
"Trabajando juntos podremos servir mejor los principios fundamentales de la paz y la seguridad internacionales que ocupan un lugar central en la Carta" de la ONU, agregó.
Kofi Annan, el secretario general de la ONU, exhortó en enero a las empresas líderes a rediseñar sus prácticas y políticas comerciales para actuar en un marco de respeto por los derechos humanos, el ambiente y la legislación laboral internacional.
"Propongo que ustedes, los líderes empresariales mundiales, y nosotros, las Naciones Unidas, iniciemos una sociedad de principios y valores compartidos, que dé un rostro humano al mercado mundial", dijo Annan en el Foro Económico Mundial de Davos, Suiza.
Es necesario que la ONU se relacione con la industria armamentista, dado su actual proceso de "globalización", indicó Dhanapala.
El F-16, uno de los aviones de guerra de la Fuerza Aérea de Estados Unidos, se fabrica ahora con componentes y expertos de nueve países de tres continentes, comentó.
Al mismo tiempo, el comercio de armas vuelve a estar en alza ya que, según el Instituto de Estudios Estratégicos, de Londres, aumentó 36 por ciento, en términos reales, entre 1995 y 1997. En cambio, en la década anterior al 95, se produjo una disminución de 11,2 por ciento.
"Las gestiones para ampliar la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y para modernizar los arsenales existentes alentarán el aumento" de la venta de armas, advirtió Dhanapala.
China, Estados Unidos, Francia, Gran Bretaña y Rusia, los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, aún dominan el mercado mundial de armas, según el Instituto de Investigaciones para la Paz Internacional, de Estocolmo.
Las cinco grandes potencias acumularon 83 por ciento de las exportaciones mundiales de las principales armas convencionales el año pasado, informó el Instituto, según el cual la venta anual de armas excedió los 20.000 millones de dólares en los últimos años.
Muchas de las armas vendidas fueron a parar a Medio Oriente, que importó 40 por ciento del total en la década del 90, observó Dhanapala.
Los ajustes posteriores a la guerra fría, y los gastos militares, además de las industrias que pasaron de la defensa a la producción civil, no se dieron sin problemas en muchos países, indicó.
La cobertura televisiva de las guerras equivale a un efecto publicitario cuyos beneficiarios son los fabricantes de armamento de alta tecnología y los países y alianzas que usan esas armas.
Pequeñas cámaras filmadoras permitieron que millones de personas "experimentaran" el vuelo de los misiles en busca de sus objetivos durante la guerra del Golfo en 1991 y el reciente bombardeo de la OTAN a Yugoslavia, comentó Dhanapala.
"Más allá de los fundamentos de esas guerras, toda esa imaginería contribuyó a crear un 'efecto de demostración' que estimula la proliferación de las armas y potencia nuevas carreras armamentistas", advirtió.
La industria armamentista se vuelve cada vez más sofisticada, agregó Dhanapala. Algunas de las armas que se producen ahora son más poderosas, más pequeñas, y también más confiables y fáciles de manejar.
La industria armamentista mundial, al igual que el resto del sector privado, experimenta una ola de fusiones y adquisiciones.
Las compañías de defensa y equipos aeroespaciales anunciaron o concretaron fusiones y adquisiciones por un valor próximo a 60.000 millones de dólares este año, lo cual supera el total de 1998, según la publicación Defense Mergers and Acquisitions.
Un funcionario del ministerio de Defensa estadounidense pronosticó la semana pasada que habrá una ola de fusiones entre las compañías de defensa de Estados Unidos, Europa y Asia en los próximos meses.
Las armas sobrantes de los almacenes militares se ponen a la venta a precios muy bajos, según un estudio reciente de la organización defensora de los derechos humanos Human Rights Watch, de Nueva York.
La ONU lanzó varios proyectos, que incluyen la educación pública, la integración de ex combatientes a la sociedad civil, la recolección y destrucción de las armas sobrantes.
Además, el foro mundial encargó a grupos de expertos el estudio de varios aspectos particulares del problema de las armas ligeras y las municiones. (FIN/IPS/tra-en/td/fah/ceb/aq/ip/99