El presidente de Brasil, Fernando Henrique Cardoso, anunció hoy una reforma ministerial parcial con la que intenta reanudar el crecimiento económico y recuperar la popularidad perdida.
Con cuatro nuevos ministros y cinco cambios de posiciones entre autoridades de primer rango, la reforma trata de dar mayor cohesión y eficacia al gobierno, manteniendo la coalición en el poder y el equipo que conduce la política financiera.
El presidente destacó el nombramiento como ministro de Desarrollo, Industria y Comercio, de Clovis de Carvalho, hasta ahora su fiel escudero en la jefatura del Gabinete Civil de la Presidencia.
Cardoso y sus correligionarios socialdemócratas atribuyen a esa cartera un papel clave para impulsar el crecimiento económico, que muchos consideran trabado por la orientación "monetarista", excesivamente volcada a la estabilidad, del ministro de Hacienda, Pedro Malán.
Este es el tercer intento en esta dirección. El primero fue abortado por el escándalo de las escuchas telefónicas, que reveló maniobras en la privatización de la telefonía y costó el cargo al ex ministro de Comunicaciones Luiz Carlos Mendonza de Barros, a quien Cardoso colocaría en el futuro Ministerio de la Producción.
A principios de este año, al asumir su nuevo mandato de cuatro años, el presidente agregó en el nombre de "Desarrollo" al antiguo Ministerio de Industria y Comercio, y nombró como titular a Celso Lafer, un empresario que representó a Brasil ante la Organización Mundial de Comercio.
La gestión de Lafer fue considerada un fracaso. Los industriales siguieron quejándose de la falta de políticas y apoyo gubernamental para permitirles una expansión y competitividad internacional.
Los resultados negativos en la balanza comercial, con déficit acumulado de 623 millones de dólares en el primer semestre, pese a la devaluación de enero, urgieron a la sustitución de Lafer por un hombre allegado y de total confianza del presidente.
"Reanudar el desarrollo con estabilidad y responsabilidad fiscal" es la misión del gobierno "reorganizado", indicó Cardoso en su discurso, y subrayó que ese fue siempre el objetivo de su gestión.
La fórmula busca conciliar el ímpetu de crecimiento de sectores empresariales de su propio partido socialdemócrata con las políticas de austeridad y control de la inflación a cargo del Ministerio de Hacienda y del Banco Central.
Malán sale fortalecido con la reforma ministerial. Su segundo, Pedro Parente, dejó la Secretaría Ejecutiva de su Ministerio para encabezar el Gabinete Civil de la Presidencia, en lugar de Carvalho, pasando a influir directamente en las decisiones presidenciales.
El nuevo ministro de Justicia es José Carlos Dias, un destacado abogado de perseguidos por la dictadura militar (1964-85) y defensor de los derechos humanos.
Ese nombramiento retardó tres días el anuncio de los cambios en el gobierno, ya que al menos tres juristas rehusaron anteriormente la invitación de Cardoso.
Ese cambio también le ocasionará dificultades políticas al presidente. La sustitución de Renán Calheiros provocó malestar en su Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), uno de las cuatro grandes fuerzas que sostienen el gobierno.
El PMDB, de apoyo reticente al Poder Ejecutivo en el Congreso, obtuvo en cambio el Ministerio de la Integración Nacional, creado con la desaparición de la Secretaría de Políticas Regionales. Su titular será Fernando Bezerra, senador y presidente de la Confederación Nacional de la Industria.
La nueva cartera se encargará, según Cardoso, de promover el desarrollo de las regiones rezagadas del país: el norte, el noreste y el centro-oeste. Hay que "repensar las viejas insituciones" creadas hace más de 30 años, "en otra realidad", para reducir las disparidades regionales de Brasil, afirmó.
El aumento de la capacidad de exportación es la orientación presidencial tanto para el Ministerio de Desarrollo, Industria y Comercio como para el de Agricultura, que también cuenta con nuevo titular, Marcus Pratini de Moraes, quien presidía la Asociación de Comercio Exterior, entidad de los exportadores.
El nuevo ministro tendrá un papel importante en las negociaciones internacionales, en que las que Brasil lucha por reducir o eliminar barreras al comercio agrícola, señaló Cardoso.
En el área social, que incluye Educación, Salud y Previsión Social, se mantienen los ministros y las orientaciones. La marcha de sus programas sólo depende de la disponibilidad de recursos, observó el presidente.
Además de insistir en la necesidad de "crecer, pero con estabilidad y responsabilidad fiscal", Cardoso reiteró también que eligió personalmente a los nuevos ministros y secretarios de Estado, que sólo deben lealtad a él y al país, subrayó.
El gobierno está formado por gente de partidos "pero no de fracciones", sentenció el presidente, con la intención de poner fin a las disputas internas que, según una encuesta reciente, son un importante motivo del rechazo de su gestión por parte de 53 por ciento de la población. (FIN/IPS/mo/ag/ip/99
