La emigración de México a Estados Unidos aumentará por lo menos 50 por ciento en los próximos 15 años, informó el estatal Consejo Nacional de Población (Conapo).
Ni muros en la frontera, controles con técnicas de avanzada, discriminación, maltratos ni una posible mejora en materia de empleo y salarios en México podrán detener ese fenómeno.
El último estudio del Conapo señaló que la emigración legal e ilegal a Estados Unidos crece ligada a las redes familiares y comunitarias creadas en ese país, donde hoy viven ocho millones de mexicanos de nacimiento, un tercio de los cuales son indocumentados.
En un escenario "moderado", la población de mexicanos en Estados Unidos llegará a 12,48 millones en el 2015. En el caso extremo, el número podría ascender a 13,08 millones, apuntó el martes el Conapo.
La migración seguirá creando tensiones en la relación con Estados Unidos, pues ni siquiera una mejora del nivel de vida de México frenará el fenómeno, advirtió el secretario general del Conapo, Rodolfo Tuirán.
Las proyecciones demuestran que el motor de la emigración ya no es sólo el económico, como se creía, pues ahora son vínculos familiares y comunitarios los que impulsan a miles a salir de México, dijo el experto.
Los más de 20 millones de mexicanos y sus descendientes, una de las principales minorías extranjeras de Estados Unidos, son hoy centro de atención de los precandidatos presidenciales George Bush y Al Gore, quienes, en su afán por captar su simpatía, les han dedicado incluso discursos en español.
La emigración de mexicanos a Estados Unidos es una de las cuestiones más conflictivos en la relación entre ambos gobiernos, a pesar de los múltiples acercamientos bilaterales y las promesas de atender el asunto de manera "científica" y profesional.
Vecinos en 3.200 kilómetros de frontera, ambos países tienen marcadas diferencias en materia de desarrollo económico y social, así como lengua y cultura distintas.
Cada año, más de 315.000 indocumentados mexicanos, bautizados "espaldas mojadas", desafían los controles migratorios y las amenazas, ingresan a Estados Unidos y encuentran trabajo.
A pesar que existen instancias para concertar estrategias en materia fronteriza entre ambos países, en múltiples ocasiones Estados Unidos aplicó leyes o implementó controles en forma unilateral, actitud que México reprocha.
Xenofobia, confusión entre inmigración y delincuencia, maltrato a mexicanos, explotación y persecución han sido algunos de los términos usados por el presidente Ernesto Zedillo para calificar las políticas de su vecino sobre la materia.
Unos 300 mexicanos murieron en 1998 en su intento de ingresar a Estados Unidos, más del doble que en 1997, indican informes de la cancillería de México, que atribuye el fenómeno al endurecimiento de las leyes y controles migratorios.
Llevados por traficantes o "polleros", que intentan a toda costa burlar la patrulla fronteriza y los sofisticados sistemas de vigilancia, los emigrantes siguien rutas largas y peligrosas o son "sellados" dentro de vagones de tren o camiones de carga.
Deshidratación, agotamiento, inanición, hipotermia, ahogamiento, mordeduras de serpiente y pinchazos de escorpión fueron la mayoría de las causas de muerte registradas en 1998 en zonas de frontera, indicó la cancillería de México.
El destino de quienes logran ingresar a Estados Unidos es, por lo general, desempeñar trabajos mal remunerados y sin derechos laborales en fábricas y zonas rurales.
El estado de California es uno de los principales destinos. La actividad agrícola en esa zona, que representa un tercio de la producción total estadounidense, es impulsada por mano de obra de origen latino.
Los indocumentados atraen la delincuencia, las enfermedades y los problemas económicos, educativos y sociales a Estados Unidos, según participantes a una conferencia celebrada en junio en Washington por el republicano Lamar Smith, presidente del Subcomité Judicial de la Immigración de la Cámara Baja.
La organización de derechos humanos Amnistía Internacional difundió en mayo un estudio en el que afirma que los indocumentados se enfrentan con un universo de "brutalidad" en Estados Unidos.
"Palizas, agresiones sexuales, negación de cuidados médicos y privación de alimentos" son algunos de los maltratos que acostumbran a dar a los inmigrantes los miembros de la patrulla fronteriza, aseguró Amnistía Internacional.
Las estrategias de política migratoria aplicadas por Washington son un fracaso, concluyó un análsis realizado hace dos años por expertos de Estados Unidos y México por encargo de sus respectivos gobiernos.
El reforzamiento de los controles policiales, la construcción de muros, el endurecimiento de las sanciones y el uso de tecnología militar para detectar movimientos en la frontera no tienen mayor impacto y, por el contrario, fortalecen las redes de traficantes de indocumentados, según la investigación.
El Conapo consideró evidente que ni las leyes migratorias restrictivas de Estados Unidos, ni el levantamiento de muros y tampoco el mejoramiento de la economía mexicana podrán frenar la emigracíon en los próximos años. (FIN/IPS/dc/mj/hd pr/99