Las mujeres de Costa Rica podrán decidir de ahora en adelante sobre su capacidad reproductiva gracias a un decreto que ha causado una gran polémica, en la que intervienen el gobierno, grupos feministas, médicos y la Iglesia Católica.
Los hombres y las mujeres mayores de 18 años podrán someterse al método de esterilización, algo que antes sólo se autorizaba en caso de enfermedad.
El nuevo decreto del Poder Ejecutivo, que entró en vigencia el 9 de junio, derogó a la Ley de Esterilización, que estipulaba que si una mujer quería esterilizarse tenía que someterse al examen de una comisión de médicos, que decidía si tenía alguna enfermedad que lo ameritara.
Además de la enfermedad, la ley daba alguna posibilidad de recibir el aval para esterilizarse a las mujeres mayores de 35 años, con más de tres hijos o que hubieran sido objeto de tres operaciones de cesárea.
"Este es un logro en término de derechos humanos", dijo a IPS Ligia Martín, directora de la Defensoría de la Mujer, organismo adjunto a la Defensoría de los Habitantes.
El número de mujeres que se han sometido a cirugías de esterilización casi se duplicó entre 1990 y 1996. La Caja Costarricense de Seguro Social registró 3.826 mujeres que se esterilizaron en 1990, mientras que en 1996 hubo 6.401 casos.
En 1998, de las 5.151 solicitudes de esterilización para mujeres presentadas se aprobaron 3.510 y sólo se realizaron 2.411.
En el caso de los hombres las cifras son considerablemente menores y la polémica se ha centrado en las mujeres.
El nuevo decreto establece la creación de la Comisión Interinstitucional sobre Salud y Derechos Reproductivos, que fijará los lineamientos que se seguirán en esta materia.
Esta Comisión la integran, además de médicos, trabajadores sociales, delegados del gobierno, especialistas de género y representantes de organizaciones no gubernamentales.
"Hemos dado un paso muy importante, pues por primera vez dejamos de ver a la reproducción como un problema de salud y lo comenzamos a ver como un tema integral que también incluye a las ciencias sociales", expresó Martín.
A partir de ahora, si una persona quiere esterilizarse debe dirigirse a la Consejería en Salud y Derechos Reproductivos y Sexuales, un departamento que cada hospital y clínica del país deberá establecer.
Una vez que la Consejería le ha dado información a la persona y ésta decide que quiere esterilizarse, debe firmar un documento en el que manifiesta su voluntad y reconoce los efectos irreversibles de una esterilización.
Las iglesias Católica y Evangélica ya han expresado su oposición al decreto.
"La esterilización en una persona debe permitirse sólo en casos en los que se compruebe que el órgano está enfermo o cuando se demuestre que peligra verdaderamente la vida", afirmó el presidente de la Conferencia Episcopal de Costa Rica, Román Arrieta.
"Esterilizar a un hombre o una mujer, cuyos órganos reproductores estén perfectamente sanos, es gravemente inmoral, aunque haya leyes o reglamentos que lo permitan", afirmó Arrieta en un comunicado en el que se insta "a no hacer uso de lo que el decreto les permite".
El decreto, que fue firmada por el presidente Miguel Angel Rodríguez y la viceministra de Salud, Xinia Carvajal, ha dividido al gremio médico.
Gerardo Montiel, ex coordinador de la Comisión de Reproducción Humana del Colegio de Médicos, expresó que un joven de 18 años no siempre tiene la suficiente madurez para tomar una decisión de este tipo, aunque se le brinde información psicosocial.
La Defensoría de los Habitantes, por el contrario, sostiene en un documento que con una política de este tipo se está reconociendo el derecho básico de los individuos a decidir libre y responsablemente el número de hijos que quieren tener.
De esta manera se permite adoptar decisiones sin sufrir discriminación, coacciones ni violencia, de conformidad con lo establecido en documentos de derechos humanos, concluye el organimo. (FIN/IPS/nms/ag/hd/99