La consolidación de la democracia en América central no fue complementada con estrategias eficaces de desarrollo, se advirtió esta semana en la presentación de un informe regional.
El balance de esta década es positivo en América Central, gracias al proceso de paz y democratización comenzado en 1987 con el plan Esquipulas II, que condujo al fin de los regímenes autoritarios, señala el Primer Informe sobre el Estado de la Región, difundido oficialmente en San Salvador.
"El gran avance de la región ha sido lograr resolver sus problemas militares, el problema es que eso no lo ha traducido en una estrategia global de desarrollo", dijo Jorge Vargas, miembro del equipo que coordinó la elaboración del informe.
El documento fue preparado por los responsables del proyecto Informe de Desarrollo Humano para la Consolidación de la Democracia y la Paz en Centroamérica, una iniciativa auspiciada por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y la Unión Europea.
Los investigadores realizaron un diagnóstico del desarrollo humano en Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua y Panamá.
El informe señala también una saturación de acuerdos regionales y el divorcio entre las agendas gubernamentales y las metas de grupos sociales y económicos.
América Central presenta amplias brechas, pues sólo dos países de los países considerados, Costa Rica y Panamá, presentan un buen desempeño relativo en materia de desarrollo humano. Los otros ocupan los últimos lugares del hemisferio.
"Mientras Centroamérica no logre resolver las grandes disparidades que tiene dentro de sus países y entre sus países va a ser muy difícil que pueda definir claramente políticas regionales efectivas", afirmó Vargas.
Las disparidades internas se traducen en una cruda realidad, pues 60 por ciento de los 35 millones de centroamericanos viven en condición de pobreza y 25 por ciento, en la indigencia o pobreza extrema.
Más de 10 millones de personas no tienen acceso a los servicios de salud, el analfabetismo llega a 33 por ciento entre los mayores de 15 años y es especialmente alto entre las mujeres, los indígenas y en el medio rural.
La población indígena, que suma 25 por ciento del total, ha obtenido derechos políticos "sin tener garantizado el ejercicio de sus derechos civiles", se dice en el informe.
En materia laboral, el principal problema es el subempleo, pues alrededor de 46 por ciento de los trabajadores urbanos se insertan en el sector informal de la economía.
Sin embargo, el estudio acota que hay señales esperanzadoras para el istmo, pues la firma de la Alianza Centroamericana para el Desarrollo Sostenible compromete a los gobiernos de la región a poner en práctica un plan de mayor equidad social e integración.
Los autores de la investifación también destacan un mejor clima para los negocios y que en los años 90, las inversiones privadas y las exportaciones dieron más dinamismo al comercio intrarregional. (FIN/IPS/nms/ff/dv/99