AMBIENTE: Banco Mundial reverá política sobre energía

El Banco Mundial considerará este martes una nueva estrategia sobre créditos para proyectos de energía, largamente criticados por favorecer el uso de agentes contaminantes y contribuir al recalentamiento del planeta.

La nueva política, si se aprueba, alejará a la institución financiera de sus tradicionales proyectos de gas y petróleo, y promoverá en cambio aquellos basados en tecnologías "limpias" y sustentables.

El mayor financiador de proyectos de energía en países en desarrollo estudiará entonces cómo ayudar a satisfacer las necesidades de unas 2.000 millones de personas pobres que no tienen electricidad, la mayoría de ellas residentes rurales, sin contribuir al cambio climático.

La nueva estrategia promoverá la inversión en fuentes renovables como la energía eólica, solar y geotérmica, anunció Robert Watson, director del Departamento de Ambiente del Banco.

"Actualmente revisamos más bien proyecto por proyecto. Trataremos de elaborar un enfoque más general", explicó.

Grupos ambientalistas reconocieron en una carta a los 24 directores ejecutivos del Banco que las nuevas propuestas tienen un mayor alcance que otras anteriores, pero plantearon diversas quejas.

La nueva estrategia dista mucho del pedido de los ecologistas de comprometer al menos 20 por ciento de los créditos para energía a proyectos que usen fuentes renovables, señalaron los grupos, entre ellos Amigos de la Tierra, el Centro para el Derecho Ambiental Internacional y la Red para la Energía y la Economía Sustentables.

Además, la nueva política incluye un objetivo numérico sobre proyectos de energía limpia y renovable a emprender en los próximos años pero no estipula normas claras para juzgar su sustentabilidad ni comparar su impacto ambiental con el de proyectos anteriores, observaron las organizaciones.

El Banco tampoco estableció normas para controlar las emisiones de "gases de invernadero" resultantes de proyectos financiados por la institución, como lo pidieron activistas, ministros de Ambiente del Grupo de los Ocho y el propio presidente del Banco, James Wolfensohn.

Por último, las pautas propuestas son vagas y no garantizan la transparencia ni la responsabilidad pública, se quejaron las organizaciones ambientalistas.

Antes de seguir adelante, el Banco debería "establecer un plan de implementación y control que incluya un seguimiento anual y la participación de organizaciones no gubernamentales" (ONG), sugirieron los activistas.

La revisión que hará el Banco está pendiente desde hace varios años y se supone que fue pensada, en parte, en base a consultas con ONG y otros grupos interesados.

Los ambientalistas manifestaron alarma en su carta por "la decisión del Banco de rechazar una recomendación interna de dar a conocer el documento sobre los nuevos planes a la comunidad de ONG antes de la reunión de la junta".

De hecho, las organizaciones ambientalistas recibieron una copia filtrada del documento de estrategia, titulado "Combustible para el Pensamiento", a fines de la semana pasada.

La mayoría de los científicos coinciden en que los principales responsables del recalentamiento del planeta son los llamados gases de invernadero, liberados por la quema de combustibles fósiles como el petróleo, el carbón y el gas.

El aumento de las temperaturas mundiales amenaza vastas áreas del planeta al provocar sequías e inundaciones sin precedentes. Algunas naciones isleñas como las Maldivas podrían incluso desaparecer bajo las aguas a medida que se derriten las capas polares.

El Banco y sus críticos coinciden en que la agencia es una gran financiadora de proyectos basados en combustibles fósiles, y por lo tanto productores de gases de invernadero.

Desde 1992, el Banco invirtió 25 veces más dinero en ese tipo de proyectos que en fuentes renovables de energía, destacó Daphne Wysham, investigador del Instituto de Estudios Políticos, con sede en Washington.

Además, los créditos otorgados para proyectos de energía entre 1992 y 1997 provocaron la liberación al aire de 9.500 millones de toneladas de carbono, observó Wysham.

El Banco, por otra parte, sostiene que la relación entre proyectos de energía insustentables y sustentables es de seis a uno y sitúa la cantidad de carbono liberada en 1.400 millones de toneladas.

"Las cifras están muy distorsionadas", sostuvo Watson, pero reconoció que el Banco "otorga más créditos para proyectos basados en combustibles fósiles que en fuentes renovables de energía". (FIN/IPS/tra-en/aa/mk/mlm/en/99

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