SUDAFRICA: Segunda elección democrática y primera sin miedo

Las segundas elecciones democráticas de Sudáfrica comenzaron hoy en un ambiente pacífico y sin miedo, muy diferente al de los comicios de hace cinco años, cuando el mundo y este país estaban preparados para lo peor.

En aquel entonces, el ahora gobernante Congreso Nacional Africano (CNA) estaba en guerra con el Partido Inkatha de la Libertad, la extrema derecha blanca parecía dispuesta a la lucha, y los ciudadanos comunes, blancos y negros, acumulaban alimentos enlatados y velas.

Esta vez casi no hay temor. Afiches de los diferentes partidos decoran las columnas urbanas de iluminación, la radio y la televisión públicas emiten numerosos mensajes electorales, y las mayores preocupaciones son pequeñas en el contexto general.

Las inquietudes se relacionan con el manejo de la elección. ¿Se presentarán a votar ciudadanos que no figuran en el registro de votantes? ¿Funcionarán las máquinas escaneadoras? Algunos temen ser alérgicos a la tinta invisible que se aplica en el pulgar para impedir la doble votación.

Un poco de democracia "normal" es bienvenida en una nación con un pasado tan turbulento. Hizo falta mucha diplomacia para lograr la paz en Sudáfrica.

El CNA realizó un acuerdo con el Inkatha y el enfrentamiento de una década entre ambos partidos parece estar superado. Hubo una reconciliación con su líder, Mangosuthu Buthelezi, así como con dirigentes blancos de derecha.

Esto constituye un crédito para la política de reconciliación que caracterizó la presidencia de Nelson Mandela.

Pese al acuerdo de paz con el Inkatha, todavía hay zonas de la conflictiva provincia de KwaZulu-Natal consideradas "áreas críticas", al igual que los alrededores de Ciudad del Cabo, donde los choques interpartidarios produjeron cinco muertes en vísperas de los comicios.

Más de 100.000 policías y soldados fueron enviados a esas zonas para prevenir hechos de violencia. Se trata de una demostración de fuerza de un gobierno que no está dispuesto a permitir que nada arruine esta importante elección.

Los comicios de 1994 eran por la libertad y el fin del apartheid. Esta vez, Sudáfrica debe demostrar al mundo que su democracia puede consolidarse en una elección libre de controversia.

Así, el éxito de las elecciones de este miércoles es tan importante para el continente como la investidura el pasado fin de semana del nuevo presidente de Nigeria, Olosegun Obasanjo, luego de 15 años de dictadura militar.

La Comisión Electoral Independiente fue responsable de la confección del primer registro no racial de votantes.

Cerca de 70 por ciento de los sudafricanos habilitados para votar están registrados en esa lista. El resto no tramitó los documentos de identidad necesarios, y por lo tanto no podrá sufragar.

Una encuesta reveló que entre tres y cuatro millones de personas pensaban concurrir a votar este miércoles, sin saber que no podrían hacerlo. El hecho indicaría una falta de educación de los votantes.

La Comisión Electoral y los 26 partidos participantes de los comicios se quejaron de escasez de fondos, resultado de la estricta política fiscal nacional.

Sin embargo, la alta tecnología utilizada en estas elecciones pone de relieve la posición privilegiada de Sudáfrica dentro del continente.

Asegurar una elección libre y justa es asegurar que sus resultados sean incuestionables. Por esa razón, la Comisión estableció en Pretoria un centro de alta tecnología desde donde se transmitirán los resultados de los comicios a la nación.

El sistema de control computarizado de votos elimina cualquier posibilidad de fraude. Un enorme cartel electrónico irá revelando los resultados a medida que lleguen al centro.

Las encuestas predicen una concurrencia a las urnas de 89 por ciento de los ciudadanos habilitados. Esa predicción se considera más importante que la del propio resultado de la elección, que ya se da por sentado.

Algunos calificaron estos comicios de "aburridos", porque son como una carrera de un solo caballo. Todo el mundo sabe que el CNA ganará, y lo único que se discute es por cuántos votos.

Una encuesta publicada la semana pasada pronosticó una victoria del CNA con 60 a 65 por ciento de los sufragios.

El partido de Mandela, cuyo candidato presidencial es Tabo Mbeki, prometió en la campaña "acelerar los cambios" iniciados a partir de 1994, especialmente en materia de vivienda, saneamiento y salud.

El CNA realizó una campaña humilde, reconociendo que el desempleo es "un problema grave", y parece haber aumentado su base de apoyo entre los negros pobres y de clase media.

Pobres, ricos, negros y blancos coinciden en que el crimen y el desempleo serán los principales desafíos de la nueva administración. El CNA deberá atacarlos con toda su fuerza si pretende realizar un gobierno exitoso.

Una carrera que se observa con atención es la de los partidos que pretenden transformarse en la oposición oficial. Dos agrupaciones blancas, el Partido Democrático y el Nuevo Partido Nacional, se disputan el segundo puesto, pero las encuestas sugieren una ventaja del primero, de centro-derecha.

Ambos fueron criticados por realizar una campaña basada en el miedo, y su consigna "Luchemos contra el crimen y la corrupción" fue interpretada por algunos como un mensaje contra la población negra.

Los partidos negros opositores no lograron conquistar al público, pero una sólida oposición negra será necesaria para apuntalar al CNA en sus esfuerzos por un desarrollo más rápido.

"Pocos consideran que alguno de los partidos opositores esté listo para gobernar el país", observó el analista Bob Mattes, del Instituto para la Democracia en Sudáfrica. (FIN/IPS/tra-en/fk/pm/mlm/ip/99

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