SUDAFRICA: Ganador de los comicios heredará el desempleo

El partido que gane las elecciones de hoy en Sudáfrica tendrá que ocuparse del desempleo de 40 por ciento que es la mayor preocupación de dos de cada cinco sudafricanos, según una encuesta celebrada antes de los comicios.

Este día de elecciones fue declarado feriado nacional, pero la Tercera Avenida de Johannesburgo está atestada de hombres desempleados a la espera de ser contratados para algún trabajo zafral mal remunerado.

Al amanecer, Joseph Dlamini ya estaba en su circuito electoral para no perderse las oportunidades de trabajo que podrían surgir durante el día. El hombre tiene esposa y cinco hijos, y trabaja de jardinero, pintor de paredes o limpiador de calles.

"Vengo aquí desde hace 11 años. Intento conseguir un trabajo de tiempo completo", explicó Dlamini. A pesar de la larga espera, él y sus compañeros de infortunio son fieles votantes del gobernante Congreso Nacional Africano (ANC).

Las estadísticas muestran que el ANC tiene un grupo de votantes fieles, que cuenta incluso con personas que no se beneficiaron con los programas de agua corriente, vivienda y salud que el gobierno llevó a cabo con gran éxito.

Los partidos opositores no atrajeron a la gran cantidad de votantes en los sectores de gente como Dlamini. Las previsiones indican que sólo reunirán, entre todos, cinco por ciento de los votos, mientras se calcula que el ANC recibirá entre 60 y 65 por ciento de los votos.

"Para mí, votar es optar por una vida mejor", comentó Sonnyboy Solomon Dindwa, que perdió su trabajo de tiempo completo hace cinco años y sólo consiguió empleos zafrales desde entonces.

La mayoría de la gente entrevistada este miércoles dijo votar para "tener una vida mejor", lo cual habla de sus ilusiones, pero también del éxito que tuvo la campaña del ANC, cuyo lema era "Una vida mejor para todos".

Sonnyboy Dindwa representa a una gran porción de la sociedad sudafricana, al igual que Patricia Xantina, de 32 años, madre soltera de tres hijos, empleada doméstica de una próspera familia de blancos de Johannesburgo y también votante del ANC.

Las empleadas domésticas como Xantina hicieron la fila para votar junto con sus patronas blancas, y empresarios de diversas etnias esperaron en orden y calma junto a trabajadores comunes.

"Voto por el mismo partido porque noté progresos. La comunidad negra sufría por la falta de vivienda, pero al menos algunos obtuvieron casas, así que estoy contenta. Yo sigo en la lista de espera", explicó Xantina.

Xantina y el millón de trabajadores domésticos que hay en Sudáfrica fueron beneficiarios directos de nuevas leyes laborales que mejoraron sus vidas en los últimos cuatro años.

"Antes trabajábamos horas extra y no nos pagaban. Pero ahora, con este gobierno, trabajamos una cantidad normal de horas y los salarios son buenos. Puedo pagar todas mis cuentas y espero poder comprarme una casa en los próximos años", contó Xantina.

"La última vez votamos por la libertad, ahora votamos por una vida mejor", comentó su compañera Onicca Mogotsi.

El comentario de Mogotsi resume la sensación de varios millones de sudafricanos que se presentaron a votar en masa. La gente esperó varias horas para votar en todo el país, según se informó.

Los habitantes de Ciudad del Cabo hicieron fila desde la medianoche del martes, y en Johannesburgo se informó que el tiempo de espera promedio para votar era de seis horas.

Mandla Mchunu, presidente de la Comisión Electoral Independiente que organizó y condujo la votación, dijo que los votantes de los 14.500 distritos tuvieron que esperar en largas filas para depositar sus votos.

Pero las urnas permanecerán abiertas hasta que todos los que estuvieron esperando depositen su voto, "aunque eso signifique mantenerlas abiertas hasta después de la medianoche", aseguró Mchunu.

Los sudafricanos mantienen la calma en estas elecciones y comparan la espera con la de 1994, cuando se realizaron las primeras elecciones democráticas tras el fin del régimen racista del apartheid.

La gente rió y conversó en las filas, mientras consumían bebidas calientes y tortas que dispensaban algunos vendedores ambulantes. La gran diferencia entre esta votación y la de 1994 es la paz que reina ahora.

"Hasta ahora no se informó de ningún incidente violento relacionado con las elecciones", declaró este miércoles a la prensa el ministro de Policía Nacional, Sydney Mufamadi.

Mufamadi desplegó policías y soldados en los distritos electorales de todo el país, pero tuvieron tan poco trabajo para mantener la seguridad que se dedicaron a ayudar a los funcionarios de votación a solucionar sus problemas.

"Creemos que esta calma se debe a que estamos preparados para ir a la guerra si es necesario defender este proceso electoral", comentó. A diferencia de las elecciones de 1994, en las cuales predominó el miedo a la violencia, en esta votación "no hubo sino noticias aburridas", agregó Mufamadi.

Otras complicaciones como la posibilidad de que las personas no registradas para votar exigieran poder hacerlo, o que hubiera intimidación política en los distritos electorales, no ocurrieron.

Al comenzar la tarde se informó que sólo había votado 20 por ciento de los habilitados, pero Mchunu sostuvo que esos datos no incluían a los centros rurales, que demoran en comunicarse con el "centro nervioso" de Pretoria.

"Si observamos las largas filas, creo que la cantidad de votantes será muy grande. Creo que, como segunda elección en democracia, el resultado es inédito", concluyó Mchunu. (FIN/IPS/tra-en/fk/pm/ceb/aq/ip/99

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