El budismo está resurgiendo en muchos sectores de clase media y entre los jóvenes de Singapur, la ciudad estado conocida por su estilo de vida consumista.
Esta tendencia desmiente la preocupación surgida a comienzos de la década de que la modernizacion podría llevar a la decadencia de las religiones asiáticas tradicionales.
En la última década, el budismo se convirtió en la religión mayoritaria de este país de 3,5 millones de habitantes, ya que la cantidad de budistas aumentó 50 por ciento hasta alcanzar un millón de fieles.
Mmiles de personas se congregaron en los templos de todo el país el 29 de mayo, en la Fiesta de Vesak, el aniversario del nacimiento de Buda y feriado nacional.
Más de 15.000 personas, entre ellas el primer ministro interino Lee Hsieng Loong, asistieron a un drama musical en el Estadio Deportivo Cubierto de Singapur que escenificó la vida del emperador indio Ashoka, una figura clave en la difusión del budismo fuera de India.
"Siempre se veía gente yendo al templo", apuntó Ven Shi Ming Yi, secretario de la Federación Budista de Singapur. "Pero la diferencia es que ahora ya no vienen sólo para quemar palillos de incienso y rezar".
"La mayoría quiere profundizar las enseñanzas, participar en cualquiera de las actividades del templo, según los intereses individuales de cada uno", dijo en una entrevista.
Ven Ming Yi recordó que hace 15 años los templos budistas solo mantenían sus puertas abiertas para que la gente fuera a orar, pero en la actualidad la mayoría imparte clases de dhamma (enseñanza del budismo) y organiza servicios de actividades sociales y comunitarias.
Esas actividades hacen del budismo una religión activa y relevante para los habitantes de hoy, observaron líderes budistas.
Ven Dhammaratna, el fundador de la biblioteca budista, expresó que "en una sociedad que adora el consumismo, el budismo puede rendir un gran servicio".
"En esta sociedad cambiante, la gente busca algo para equilibrar su manera de vivir, en particular algo que les brinde calma y serenidad', explicó Ven Ming Yi. "En el budismo alentamos a la gente a detenerse y conocerse más a sí misma".
"En una sociedad consumista a la gente no le importa cómo gana el dinero", indicó Ven Dhammaratna. "El budismo nunca estuvo en contra de ganar y gastar, pero guía hacia la honestidad y el trabajo honrado, y a gastar de una manera correcta manteniéndose alejado del vicio".
Casi 75 por ciento de la población es de origen étnico chino y el budismo, que es una religión tradicional de China, es seguido casi exclusivamente por la comunidad china en este país, que le sumó sus tradicionales creencias taoístas.
Sin embargo, monjes procedentes de Sri Lanka, como Ven Dhammaratna, residente en Singapur desde hace 28 años, tuvieron un papel clave en el resurgimiento del budismo y en la introducción de actividades educativas en los templos locales.
En el budismo de Sri Lanka, el templo ha sido el centro educativo de la comunidad durante siglos. Actualmente, hay 10 monjes budistas de ese país en Singapur, dos de los cuales tienen doctorados.
Los monjes de Sri Lanka que trabajan en los templos chinos crearon actividades educativas como escuelas de dhamma e institutos, y los monjes chinos son activos en el desarrollo de servicios sociales, especialmente en el cuidado de enfermos y ancianos.
Las dos principales escuelas de budismo, Theravada y Mahayana, trabajan en armonía en el desarrollo de los servicios sociales y educativos.
Ven Dhammaratna y Ven Ming Yi concuerdan que mientras el budismo fue una religión de los más viejos en los años 80, ahora lo es de la gente joven y educada.
"Ahora tratamos de atraer al budismo a gente con un alto nivel de educación. Hay universitarios como doctores, abogados, ingenieros, gerentes de compañías y directores. Ese tipo de gente asiste a nuestras clases", señaló Ven Dhammaratna, quien dirige los cursos de la biblioteca en chino e inglés.
"El budismo está referido a la vida diaria y a la conciencia de nosotros mismos, en lugar de prometernos algún paraíso que no podemos ver ni sentir. En el budismo podemos encontrar ese supuesto paraíso en nosotros", dijo Colin Kwek, un graduado en administración de 29 años.
"Con la práctica, activamos una sabiduría que nos permite ver al mundo con luz propia y encontrar la felicidad en la simple existencia cotidiana", añadió.
"Cuando uno va al templo budista por la bendición, tambien sabe que hay un maestro budista para enseñar, si uno lo necesita, y ellos no obligan a donar dinero. Eso queda librado a la voluntad de cada uno", explicó Elsie Lim, una empresaria de 35 años.
El resurgimiento del budismo tambien está creando una industria editora y productora de medios audiovisuales en este país, que pretende convertirse en un centro asiático de comunicación.
Muchas compañías están produciendo videos, animación y fuentes educativas para los medios de información. La Sociedad de Estudios Budista produjo una película animada de 75 minutos sobre la vida de Buda y una versión de sus enseñanzas en CD-ROM.
El creciente papel que desempeñan las organizaciones budistas en los servicios sociales es otra de las razones del resurgimiento de esta religión.
Esas actividades ayudaron a crear una comunidad budista desprovista de sectarismos, donde los jóvenes budistas circulan libremente entre templos y grupos, según Ven Ming Yi.
El monasterio de Fu Hai Chian, que dirige Ven Ming Yi, tiene a su cargo el hospital Ren-Ci con 300 camas para gente deshauciada por enfermedades crónicas, cuyas familias no pueden pagar los servicios de una enfermera a domicilio.
También está restaurando el antiguo hospital gubernamental Toa Payoh en un moderno establecimiento de 750 camas que incluirá pacientes externos y un centro de rehabilitación. Esos hospitales están abiertos a pacientes de todas las religiones.
"Hacemos nuestras las enseñanzas de Buda sobre la compasión. Es poner la compasión en actividad. La mayoría de nuestros voluntarios son jóvenes", dijo Van Ming Yi, cuyo monasterio también dirige tres centros de atención diurna a ancianos, así como centros para niños. (FIN/IPS/tra-en/ks/js/ego/aq/cr/99)