ESPAÑA: Medidas públicas y privadas contra la anorexia

Una serie de medidas están en marcha en España para combatir la anorexia, una enfermedad que puede afectar a un tercio de los jóvenes, temerosos de engordar y que por ello recurren a todo tipo de medidas para adelgazar.

La anorexia es la inanición voluntaria -negativa a alimentarse- , acompañada de una pérdida sustancial de peso y desnutrición.

La cantidad de jóvenes afectados por esa enfermedad en España varía según la fuente informativa. El Ministerio de Sanidad dice que son anoréxicos "entre 45.000 y 80.000 jóvenes".

Pero la Asociación para la Defensa de la Anorexia Nerviosa (Adaner) sostiene que pueden llegar a 500.000 y su presidenta, María del Carmen González, afirma que los organismos estatales "maquillan" las cifras "para que la población tenga la idea de que esto no es tan grave como parece".

En lo que coinciden los organismos públicos y las organizaciones no gubernamentales (ONG) es que la anorexia es la enfermedad que más se extiende, después del sida.

El presidente de la Fundación Española de Nutrición, Gregorio Varela, quien también afirma que las personas que padecen trastornos alimenticios son medio millón, añade que el 95 por ciento son mujeres y que de cada 100 afectados, 30 no se recuperarán jamás.

Otro especialista, Basilio Moreno, secretario general de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición, dice que el 13 por ciento de los anoréxicos intenta suicidarse.

Varela pone el dedo en la lastimadura cuando recuerda los insultos que suelen dirigirse a las mujeres gordas: "El mayor insulto que hoy en día le pueden lanzar a una jovencita sus compañeros de estudios, sus amigos o sus familiares es el de vaca o foca".

Por ello, se está produciendo en España una fuerte reacción en contra de la publicidad que utiliza imágenes de mujeres muy delgadas, y sobretodo en el caso de las modelos.

La Federación de Usuarios y Consumidores Independientes informa que diariamente le llegan numerosas consultas y reclamos de personas que fueron a una tienda de ropas y no encontraron talla por encima de la número 40.

Ante el aluvión de quejas y la constante referencia al tema en los medios de comunicación, la Asociación de Agencias de Modelos de España (AME) recomienda a sus asociados que, "en la medida de lo posible", eviten la contratación de maniquíes que ofrezcan "una imagen de extrema delgadez".

Un escrito firmado por el presidente de AME, José Luis Sáiz, difundido por la agencia local Servimedia, aconseja a sus socios que haya un control médico sobre las modelos, no se manipulen las tallas y se evite poner el acento en la delgadez extrema.

Y el Salón Gaudí, de Barcelona, uno de los que acogen los más importantes desfiles de modas, anunció que en el próximo año no aceptará modelos por debajo de la talla 40, para contribuir en el combate contra la anorexia.

La Comisión de Sanidad del parlamento aprobó por unanimidad una norma que dispone que deben existir prendas de tallas superiores a la 40 en las tiendas de ropa juvenil.

Al mismo tiempo, la Comisión solicitó al gobierno que estudie la adopción de medidas destinadas a evitar que se contrate a modelos menores de 16 años para la exhibición de ropa o artículos de moda no destinados exclusivamente a la infancia.

Entre las medidas solicitadas y que todavía no han tenido una recepción positiva está la de que se regule la venta de diuréticos y laxantes. La presidenta de Adaner dice que si se registra la habitación de un enfermo de anorexia la encuentran "literalmente repleta" de esos fármacos.

"Estos fármacos son muy peligrosos en manos de esos enfermos y por eso deben ser controlados", agrega, para sostener su reclamo de que se regulen la publicidad y la venta de esos medicamentos.

Pero el problema más grave, junto con el aumento de casos, es que la Sanidad Pública no está preparada para tratar la anorexia, como lo certifica el caso de Marta, de 20 años, 1,70 metros de altura y que llegó a un hospital privado con 34 kilogramos de peso, después de haber estado internada 50 días en uno público.

En ese hospital público le advertían que comiera, que si se hubiese alimentado no le hubiera ocurrido eso. Según Adanes en la Sanidad Pública se nota la ausencia de un tratamiento integral y de reconocer que la anorexia tiene una base psíquica y no es simplemente un problema de voluntad.

La cuestión adicional es que el costo del tratamiento en una clínica privada oscila entre 5.000 y 7.500 dólares al mes, una cifra que no está al alcance de la mayoría de los españoles.

Otro sector que comienza a intervenir en estos casos es el de la justicia. En Barcelona, el juez Ignacio Sancho Gargallo ordenó el ingreso en un Hospital de María Teresa, una joven de 15 años.

María Teresa estaba recluida en su domicilio, vestida con una bata, con menos de 40 kilogramos de peso, negándose a comer e incluso arrancándose la sonda que le introducía un suero que la ataba a la vida. El juez, asesorado por un perito forense y munido de dictámenes técnicos, ordenó su internación.

El juez consideró que "la anorexia es una enfermedad mental que, como las demás, en casos extremos, necesita del internamiento", para evitar la muerte y posibilitar la recuperación de las personas afectadas. (FIN/IPS/td/ag/he/99

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