DESARROLLO: Planes de alivio de la deuda causan decepción

El Grupo de los Siete (G-7) países más industrializados y Rusia comenzaron hoy una reunión en Colonia, Alemania, donde además de discutir la crisis de Kosovo aprobarán un plan sobre la promocionada iniciativa para los "países pobres altamente endeudados".

En la ciudad alemana de Frankfurt, los ministros de Finanzas del G-7 tomaron el domingo la decisión preliminar de cancelar hasta 70.000 millones de dólares de la deuda externa de los países más pobres del mundo.

Pero la propuesta recibe fuertes críticas de organizaciones no gubernamentales (ONG), las cuales advierten que el alivio de la deuda será contrarrestado por los perjuicios de los programas de ajuste estructural impuestos a los países "beneficiarios".

La iniciativa, establecida en 1996, fue la primera en reunir a gobiernos e instituciones comerciales y multilaterales en calidad de acreedores, entre estas últimas el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial.

Tres años después, sólo Bolivia, Guyana y Uganda fueron aprobados entre una lista de 42 beneficiarios potenciales. Guyana todavía no recibió ninguna reducción, y los beneficios de Uganda fueron contrarrestados por la caída mundial del precio del café, su principal producto de exportación.

Funcionarios y analistas coinciden en que el hecho subraya un problema básico de la iniciativa: los acreedores tuvieron expectativas poco realistas sobre lo que el país africano podría obtener de sus exportaciones, y lo mismo podría ocurrir en otros casos.

En Colonia, se prevé "un acuerdo sobre un programa que otorgue mucho más alivio más rápidamente a una gama más amplia de los países en desarrollo más pobres", anunció Timothy Geithner, subsecretario del Tesoro de Estados Unidos para Asuntos Internacionales.

El anuncio del G-7 sobre la cancelación de 70.000 millones de dólares de deuda, realizado por la ministra alemana de Cooperación Económica y Desarrollo, Heidemarie Wieczorek Zeul, se produjo tras años de debate sobre la distribución del costo del alivio de la deuda.

Estados Unidos continúa discutiendo con Francia y Japón el porcentaje que le corresponde a cada uno.

"Es una broma cruel que los países más ricos del mundo sostengan que no pueden cancelar la deuda", declaró Jeffrey Sachs, director del Centro para el Desarrollo Internacional de la Universidad de Harvard.

Desde el lanzamiento de la iniciativa, "los mercados de valores de esos países crecieron en más de cinco billones de dólares, que equivale a 50 veces la deuda de las 42 naciones más pobres", observó Sachs, un antiguo reformador económico partidario de la "terapia de choque".

Actualmente, Sachs es asesor de Jubileo 2000, una coalición internacional de organizaciones no gubernamentales (ONG) que promueve el alivio de la deuda.

La deuda total de los países más pobres asciende a unos 216.000 millones de dólares, pero la mayor parte no se puede pagar desde hace años.

En consecuencia, "estamos hablando de poco más de 100.000 millones de dólares a cancelar, junto con la parte impagable", destacó Mark Weisbrot, director de investigación del Centro Preámbulo, de Washington.

"Cuando sus grandes banqueros amigos estuvieron en problemas durante la crisis financiera de Asia, los líderes del G-7 sólo demoraron unos pocos meses en reunir una suma similar. Entonces, ¿por qué demoran tanto en perdonar una suma tan pequeña?", preguntó.

La respuesta es que "mediante su control sobre la deuda, los países acreedores y las instituciones financieras multilaterales pueden determinar el destino económico y a veces político de más de 1.000 millones de personas", afirmó Weisbrot.

"Es por eso que las migajas adeudadas por las naciones más pobres sólo son perdonadas si el FMI certifica que el país 'beneficiario' cumplió durante seis años con el ajuste estructural prescripto", agregó.

Pese a la aparente generosidad del G-7, "su oferta está exenta de costos, porque de todas maneras la deuda nunca sería reembolsada", declaró Jubileo 2000.

La cancelación también estará "exenta de beneficios" para los países pobres, porque el objetivo es la "sustentabilidad de la deuda, definida como los intereses que ellos pueden ser obligados a pagar", agregó la coalición.

Peor aún, la iniciativa podría endeudar más a los países "beneficiarios" de la iniciativa, advirtió el Grupo de Desarrollo para Políticas Alternativas, con sede en Washington.

Un análisis de datos oficiales sobre 71 economías en desarrollo entre 1980 y 1995 reveló que la deuda externa de dos tercios de ellas aumentó a causa de sus programas de ajuste estructural.

Algunos activistas desconfían también de los planes del G-7, bajo presión de Jubileo 2000 y otros grupos, de vender 10 por ciento de las reservas de oro del FMI para financiar el alivio de la deuda.

Las ganancias derivadas de la venta se invertirán, y dos tercios de los intereses resultantes se volcarán a un fondo del FMI para financiar, mediante créditos preferenciales, reestructuraciones económicas en los países más pobres.

Así, "sus buenas intenciones serán contrarrestadas por el daño provocado por los ajustes estructurales", previno la red estadounidense 50 Años Son Suficientes. (FIN/IPS/tra-en/aa/mk/mlm/dv/99

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