El sector informal de la economía en Brasil emplea a más de 12 millones de personas en sus 9,5 millones de empresas, señala un estudio divulgado hoy por el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE).
La investigación Economía Informal Urbana, hecha en 1997, indica que ese total de empleados representa un cuarto de los trabajadores ocupados, pero tales empresas solo generan ocho por ciento del producto interno bruto (PIB) del país.
En octubre de 1997 el ingreso total del sector alcanzó a 12.890 millones de reales (suma similar en dólares en ese entonces), o 1.405 reales como promedio de cada empresa.
Este es el primer estudio de ese tipo que se realiza en el mundo, señaló el presidente del IBGE, Sergio Besserman, quien informó que las encuestas abarcaron casi 50.000 domicilios de 753 ciudades brasileñas.
De acuerdo al criterio aplicado en el estudio, pertenecen a la economía informal empresas conformadas por trabajadores por cuenta propia (86 por ciento) y pequeños negocios de hasta cinco empleados (14 por ciento), con una división del trabajo singular, en muchos casos con trabajadores remunerados, en su mayoría mujeres o niños.
Solo 13 por ciento de las empresas están legalmente constituidas, pero en general en negocios individuales.
La escasa participación en el PIB se explica por el bajo ingreso, 240 reales (suma similar en dólares en octubre de 1997) en promedio, y cuyo personal masculino gana 16 por ciento más que las mujeres.
Además son empresas o trabajadores que tienen escaso capital y solo cinco por ciento tuvo acceso al crédito, aunque la casi totalidad esté en buenas condiciones financieras y opere todo el año. Solo nueve por ciento se dedican a actividad temporal.
El estudio no comprende todo el sector informal, sino las actividades constituidas como unidad de negocio, casi la mitad dedicadas al comercio y a servicios de reparación, residenciales o de esparcimiento.
Otros datos del IBGE apuntan que 56 por ciento de la mano de obra ocupada nacional y la mayoría de las nuevas ocupaciones se encuentran en ese sector. En Brasil, solo un tercio de la población económicamente activa de 75 millones de personas tiene empleo formal, con todos los derechos laborales.
En el país hay cerca de cinco millones de empleadas domésticas, 82 por ciento de ellas sin contrato de trabajo y, por tanto, sin las garantías fijadas por la legislación, señaló Edinalva Bezerra, dirigente de la Central Unica de Trabajadores.
En términos monetarios, se sabe que la informalidad representa mucho más de ocho por ciento del PIB. La Contribución sobre Movimiento Financiero, más conocido como impuesto sobre cheques, permitió al gobierno conocer que el equivalente a casi un PIB transita por los bancos brasileños cada año, sin pagar impuestos.
Mecanismos de informalidad también fueron incorporados por las grandes empresas formales. La mitad de las 500 mayores empresas del país no paga impuesto de renta y tampoco lo hace 42 por ciento de los 66 mayores bancos, reveló el secretario de Recaudación Federal, Everardo Maciel.
La ocupación informal también crece por la insuficiente remuneración de los jubilados, 13 millones de los cuales ganan solo el salario mínimo, equivalente hoy a 78 dólares.
Por eso, cerca de 5,2 millones de jubilados volvieron al mercado de trabajo.
Jubilados y niños, cuyo trabajo es ilegal, suman ocho millones de trabajadores, casi todos ellos en el mercado informal, indica Marcio Pochmann, investigador de Economía del Trabajo de la Universidad de Campinas, a cien kilómetros de Sao Paulo.
Esa cantidad de trabajadores, que "no deberían estar en el mercado", supera los que están desempleados y buscando trabajo, los cuales alcanzan a seis millones, según las estadísticas oficiales, observó Pochmann. (FIN/IPS/mo/dm/if/99
