Sectores de la sociedad de Puerto Rico están indignados desde que la Marina de Estados Unidos anunció que continuará sus maniobras militares, incluso los bombardeos aéreos, en la isla de Vieques.
"El reinicio de las maniobras militares en Vieques o en los alrededores significaría una provocación grave", advirtió el gobernador, Pedro Rosselló, en una carta enviada al presidente de Estados Unidos, Bill Clinton.
Cerca de 100 puertorriqueños protestaron la semana pasada frente a la Casa Blanca en Washington contra la permanencia de la Marina en Vieques. Entre los manifestantes estaban Luis Gutiérrez, Nydia Velázquez y José Serrano, congresistas de Estados Unidos nacidos en Puerto Rico.
"Esta es una muestra de la arrogancia con la cual el gobierno de Estados Unidos trata a Puerto Rico", fue el comentario de Serrano.
"Esto es un insulto y un acto inmoral perpetrado contra el pueblo de Vieques y de Puerto Rico", declaró Gutiérrez.
Hace dos meses, los puertorriqueños iniciaron una campaña de desobediencia civil contra la presencia de la Marina de Estados Unidos en Vieques.
La Marina estadounidense ocupó la mayor parte del territorio de Vieques en 1941, y desde entonces, lo utiliza para hacer maniobras militares, incluso para pruebas de bombardeos aéreos.
Esta campaña de protesta, que se enmarca en una larga tradición local de activismo contra la Marina, fue reanudada a raíz de un suceso trágico ocurrido el 19 de abril. Esa noche murió un civil a causa de las bombas arrojadas por un avión de guerra estadounidense.
Varios grupos de manifestantes acampan desde fines de abril en el área que utiliza la Marina para sus maniobras, y por el momento no parecen tener intenciones de retirarse.
Uno de los grupos que acampan en la zona es el Partido Independentista Puertorriqueño (PIP), cuyos integrantes, dirigidos por el senador y presidente del partido, Rubén Berríos, se manifiestan en las playas desde hace un mes.
Los asesores ambientales del PIP analizaron el daño ecológico que causaron los militares, y descubrieron que el área utilizada para las maniobras es el hábitat del pelícano marrón, en peligro de extinción, y de la tortuga laúd, que es la más grande del mundo.
El asesor ambiental del PIP, Jorge Fernández, informó que vio tres tortugas laúd depositando huevos en una parte de la costa frecuentemente bombardeada por los aviones.
"Alrededor de los nidos de las tortugas encontramos muchos cartuchos de balas vacíos, de 20 y 30 milímetros, y una bomba enterrada", informaron los asesores a una comisión que nombró Rosselló para examinar el impacto de las actividades de la Marina en Vieques.
"Las tortugas laúd vuelven al lugar dónde nacieron para poner allí sus huevos. ¿Cuántas tortugas murieron y cuántos huevos fueron destruidos por los bombardeos de la Marina?", preguntaban los asesores en el informe presentado ante la comisión.
La Marina de Estados Unidos viola varias leyes federales en Vieques, incluso la Ley de Especies en Extinción, la Ley de Agua Limpia, la de Aire Limpio, y la Orden del Ejecutivo sobre Justicia Ambiental, sostuvo el PIP.
Los militares admitieron el 10 de mayo que probaron municiones de uranio en Vieques en respuesta a un pedido del Proyecto de Productos Militares Tóxicos, una organización no gubernamental de Estados Unidos, que se amparó en la ley de Libertad de Información para hacer su solicitud.
Una partícula de uranio de menos de una milésima de milímetro de espesor alojada en un pulmón humano puede generar una cantidad de radiación 800 veces mayor al límite saludable según las regulaciones estadounidenses. (FIN/IPS/tra-en/cr/cb/ceb/aq/ip-en/99