AMBIENTE: Alcaldes del mundo contra la desertización

Alcaldes de unas 100 ciudades de todo el mundo se reunirán en Bonn los días 11 y 12 para discutir formas de lucha contra la desertización, que afecta a los centros urbanos al provocar la inmigración de campesinos sin tierra.

La desertización mundial cuesta 4.200 millones de dólares cada año y podría obligar a muchos países a gastar más recursos en ayuda humanitaria y de emergencia, advirtió la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

«Las guerras, los desastres y la degradación ambiental causados por la desertización tienen costos humanos y económicos mucho más altos que los de su prevención», dice un documento preparado para el Foro Mundial de Alcaldes sobre Ciudades y Desertización, que se realizará en Bonn los días 11 y 12.

Sólo en América Latina, 200 millones de hectáreas están degradadas y se estima que se precisarán 1.300 millones de dólares para detener este proceso, agrega el informe del Fondo Internacional para el Desarrollo Agrícola (FIDA) y la secretaría de la Convención de las Naciones Unidas contra la Desertización (CNUD).

Las ciudades son cada vez más afectadas por la desertización, ya que ésta provoca la migración de millones de agricultores sin tierra hacia centros urbanos.

Esta situación obliga a los alcaldes a crear una red destinada al «desarrollo sustentable interno», señaló Baerbel Dieckmann, alcalde de Bonn y anfitrión del foro.

Los alcaldes discutirán formas de cooperación internacional en la reunión, organizada por las autoridades de Bonn en colaboración con el FIDA, con sede en Roma, la CNUD y el gobierno municipal de Roma, cuyo alcalde, Francesco Rutelli, fue el anfitrión del primer foro en octubre de 1997.

La reunión de Roma se realizó paralelamente a la Primera Conferencia de las Partes de la Convención de las Naciones Unidas contra la Desertización, y produjo la Declaración de Roma sobre Ciudades y Desertización.

La declaración destacó el papel potencial de las ciudades en el combate a la desertización y exhortó a una mayor participación oficial en actividades relacionadas con la aplicación de la CNUD.

El foro de Bonn revisará el progreso realizado desde la declaración de Roma, por ejemplo en cuanto a la promesa de colaboración de autoridades nacionales y locales para procurar una respuesta integrada a la desertización en el marco de programas nacionales de acción.

Los alcaldes, junto a expertos independientes, representantes de organizaciones no gubernamentales y agencias de la ONU, entre ellas el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), realizarán un inventario de las medidas adoptadas en cumplimiento de esa promesa.

En el foro de Roma, los alcaldes acordaron también revisar los códigos municipales con miras a estimular prácticas de conservación de los recursos naturales en áreas como la administración del agua, la energía y la construcción.

«Nos gustaría que el foro de Bonn estableciera una red informal entre ciudades para combatir la desertización y promover el desarrollo de capacidades», expresó Dieckmann.

El próximo octubre, Bonn también será sede de una conferencia de las partes de la Convención de las Naciones Unidas sobre cambio climático.

Un tema fundamental de la conferencia será el del recalentamiento planetario, fenómeno estrechamente vinculado con la desertización, explicó Hama Arba Diallo, secretario ejecutivo de la CNUD.

«La desertización no sólo agrava el recalentamiento del planeta y la pérdida de biodiversidad, sino que también promueve la inestabilidad política en muchos países», advirtió Diallo, un diplomático nacido en Burkina Faso.

Contrariamente a la creencia popular, la desertización no se limita a regiones lindantes con desiertos naturales ni a los países en desarrollo, observó Diallo. En todo el mundo, incluso Europa y Estados Unidos, hay tierras transformándose en desierto.

Según el Atlas de Desertización Mundial del PNUMA, 70 por ciento de las tierras secas de uso agrícola, que representan más de un cuarto del área terrestre del planeta, fueron degradadas hasta 1997.

El informe preparado para el próximo foro desafía la creencia general de que la desertización es causada principalmente por personas pobres.

Sin embargo, señala, ese grupo es el más vulnerable a los efectos de la desertización. «Cerca de 65 por ciento de los pobres y personas con inseguridad alimentaria viven en tierras secas y montañosas», destaca el documento. (FIN/IPS/tra-en/raj/ak/mlm/en/99

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