Los ministros de Finanzas de la Unión Europea (UE) examinaron hoy las posibilidades de revisar el presupuesto anual de la UE debido al conflicto de los Balcanes, que pone en peligro la paz y la estabilidad del continente.
La UE considera el sudeste de Europa una región de "fundamental importancia estratégica" para su futuro, dado el rápido deterioro de la situación de Yugoslavia y de sus vecinos.
El colapso económico de los países balcánicos y el enorme costo que implicará la reconstrucción de Yugoslavia obligan a Occidente a elaborar una cuidadosa estrategia económica y política de largo plazo, sostuvieron los funcionarios de la UE.
La puesta al día de los planes de reforma y la expansión de la UE hacia el oriente de Europa deberían acelerarse, para enfrentar las consecuencias políticas de la guerra de Yugoslavia.
La ampliación de la UE es coherente con la historia y los objetivos de la Unión, y constituye un paso necesario no sólo para promover su crecimiento económico sino también para detener la inmigración ilegal procedente de Europa oriental.
La crisis de Kosovo podría acelerar las conversaciones para la integración a la UE de Bulgaria, Eslovenia, Estonia, Hungría, Polonia, República Checa y Rumania, advirtió un alto funcionario de la UE la semana pasada en Bruselas.
Nueve países de Europa central y oriental están en lista de espera para ingresar en la UE. Se trata de los siete ya mencionados y de Eslovaquia y Lituania, a los que se agregan Chipre, Malta, Suiza y Turquía, para completar un total de 13 aspirantes.
El mes pasado se reunieron altos funcionarios de la UE y de Albania para discutir la posibilidad de que Tirana se una a la lista, una iniciativa que hace pocos meses habría sido impensable.
El primer ministro de Albania, Pandeli Majko, manifestó en Bruselas su deseo de que Albania pueda integrarse a la UE en los próximos 10 años, siempre que se recupere la paz en los Balcanes. Agregó que la ayuda a su país será esencial para asegurar la paz y la seguridad en la región.
Pero las decisiones políticas de importancia podrían retrasarse al menos hasta el otoño boreal, debido a la renuncia en marzo de todos los miembros de la Comisión Europea, órgano ejecutivo de la UE, que fueron acusados de incompetencia, corrupción y falta de responsabilidad.
La comisión saliente se mantiene en forma provisoria, y por lo tanto, no puede tomar decisiones. Los 20 futuros comisionados, que serán elegidos por el nuevo presidente de la Comisión Europea, el ex primer ministro italiano Romano Prodi, no entrarán en funciones hasta septiembre.
Las decisiones podrían atrasarse aún más. La semana pasada, algunos miembros del Parlamento Europeo advirtieron a Prodi que no dudarían en postergar su preceptiva aprobación de los candidatos a la nueva Comisión si éstos no presentan antecedentes de calidad suficiente.
La ampliación a Europa oriental pondrá a prueba la capacidad de la UE para enfrentar la resistencia de algunos estados miembros que no desean pagar el costo del ingreso de países pobres.
Mientras, expertos en ayuda humanitaria advirtieron que el costo de la reconstrucción de los Balcanes aumenta más rápido de lo que se esperaba. Ese costo podría ser de 30.000 millones de dólares, según expresaron funcionarios de la UE en la asamblea que el Fondo Monetario Internacional realizó en Washington a fines de abril.
Pero ese cálculo tomaba en cuenta a unos 650.000 refugiados albaneses de Kosovo, que ahora son ya cerca de 950.000.
"A la luz de lo ocurrido desde entonces, el costo de la reconstrucción de Kosovo, sin contar el resto de la antigua Yugoslavia, se multiplicó por 10 o por 20", declaró la semana pasada Steve Allen, representante especial de Unicef (Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia).
Allen agregó que el apoyo financiero de Occidente a los Balcanes podría tener que prolongarse por años.
Europa occidental deberá destinar recursos financieros sustanciales a la región, además de enfrentarse este año al debilitamiento del crecimiento económico de la UE anunciado a fines de abril por la Comisión Económica de la Organización de las Naciones Unidas para Europa.
"La prolongación de la guerra impondría presiones sobre el gasto en defensa de los gobiernos", y los recursos adicionales "deberían lograrse mediante ahorros en otras partidas del presupuesto o el aumento de los impuestos, ya que se prevé déficit fiscal", advirtió la Comisión Económica en su informe.
El director de la Comisión Económica, Yves Berthelot, señaló que el conflicto de Yugoslavia causó un "impacto dramático" en muchos países en transición a la economía de mercado.
El informe anuncia una crítica situación económica para esos países, entre los que menciona a Albania, Bosnia-Herzegovina, Bulgaria, Croacia, Hungría, Macedonia y Rumania.
Las naciones del sudeste de Europa serán las más perjudicados por la guerra, puesto que la situación económica de la mayoría ya era precaria antes del comienzo del conflicto, observó la Comisión. (FIN/IPS/tra-en/ns/dds/ak/ceb-ff/ip if/99