La ofensiva aérea de la OTAN contra Yugoslavia, que este miércoles inicia su séptima semana, comienza a desestabilizar las frágiles economías de Europa oriental, advirtió hoy la Comisión Económica de las Naciones Unidas para Europa (ECE).
"El daño económico derivado de la guerra ya es sustancial", según el informe anual sobre la situación económica de Europa que divulgó este martes la ECE, con sede en Ginebra.
La guerra entre la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) y Yugoslavia agregó una nueva dimensión al poco favorable ambiente externo de muchas de las economías "en transición" de Europa oriental, agregó el documento.
La guerra sólo agravó sus perspectivas económicas a corto plazo, según la ECE.
Casi todos los países vecinos de Yugoslavia, incluso Albania, Bosnia-Herzegovina, Bulgaria, Croacia, Hungría, Rumania y la ex república yugoslava de Macedonia, perdieron importantes mercados y proveedores tradicionales en Yugoslavia.
"Lazos de transporte hacia y desde la parte sudoriental de Europa sufrieron graves daños, la navegación por el (río) Danubio está paralizada por la destrucción de puentes en (la ciudad) de Novi Sad, y el tránsito (terrestre, ferroviario y aéreo) está suspendido", explica el informe.
Las consecuencias negativas son especialmente graves para el intercambio comercial entre Europa occidental y países de la región de los Balcanes, sobre todo Bulgaria, Rumania y Macedonia.
"Como las vías de transporte alternativas tienen una capacidad limitada, la consecuencia es la destrucción de importantes movimientos comerciales".
El bloqueo del Danubio tendrá consecuencias para toda Europa, ya que provoca costosas interrupciones en el traslado de productos en todos los países que atraviesa.
Paradójicamente, la negativa perspectiva para Europa oriental sucede en un momento en que Estados Unidos, que encabeza los bombardeos contra Yugoslavia, es un fuerte inversor en la región.
Ante el Comité Económico y Social de la ONU, la delegada estadounidense Deborah Linde dijo en octubre que Washington tiene "fuerte interés" en que las economías en transición superen la crisis desatada en julio de 1997 por la inestabilidad financiera de Asia.
Entonces, exhortó a los países de Europa oriental y a Rusia la adopción de reformas macroeconómicas y estructurales, la construcción de sólidos sistemas jurídicos y gobiernos democráticos, la búsqueda del desarrollo social y la superación de "peligros ambientales asociados con la planificación centralizada".
Por la Ley de Apoyo a la Democracia de Europa Oriental, Washington entregó más de 2.200 millones de dólares a Europa central entre 1990 y 1995. Desde 1991 también dio 5.100 millones a los estados independizados de la ex Unión Soviética.
"Aunque nos complacen los avances realizados desde 1990, creemos que se debe hacer más", dijo Linde al Comité.
El informe de la ECE, por otra parte, advierte que la guerra aumenta el temor de los inversores en la zona circundante al conflicto.
Esta situación "limitará el acceso a los mercados financieros internacionales y elevará el costo de obtener préstamos para los países afectados que, en general, son los que están más necesitados de fondos frescos", señala.
Incluso Hungría, con uno de los menores riesgos para el crédito en la región, aplazó en marzo una emisión de bonos por 750 millones de dólares. Cuando finalmente la emitió en abril, la redujo a 500 millones de dólares y a mayor costo, informó la ECE.
Es probable que disminuya el ingreso de inversiones directas extranjeras a la región, advirtió.
"El hecho es que el impacto económico negativo de la guerra será mayor para los países de Europa sudoriental, la mayoría de los cuales ya padecían una situación económica precaria antes de que comenzara" el conflicto, afirmó. (FIN/IPS/tra-en/td/mk/aq/if-ip/99