YUGOSLAVIA: Crisis de Kosovo opaca guerras más cruentas en el Sur

La información masiva sobre el conflicto de Yugoslavia relega al olvido a otras guerras en curso, la mayoría en el Sur, advirtieron organizaciones no gubernamentales (ONG) participantes en el Llamado a la Paz de La Haya.

"Hay 38 conflictos en todo el mundo" y muchos son "resultado de la colonización europea", señaló Eliza Man, de Sri Lanka, directora ejecutiva de la Organización para la Paz Mundial, radicada en Londres.

La prensa internacional desempeña "un papel discriminatorio" en los conflictos. "Vemos que los medios europeos justifican el bombardeo de Yugoslavia, pero nadie sabe qué sucede en Sri Lanka", donde "también se perpetran crímenes de guerra", dijo Man.

El Llamado para la Paz sesionó la semana pasada a instancias de la Oficina Internacional para la Paz, la Asociación Internacional de Abogados Contra las Armas Nucleares, Médicos para la Prevención de la Guerra Nuclear y el Movimiento Federalista Mundial.

La reunión, a la que asistieron 7.000 delegados, se realizó al cumplirse el centenario de la conferencia de paz de La Haya convocada por el zar Nicolás II de Rusia.

"Si los medios internacionales cubren Kosovo y Bosnia a tal escala, ¿por qué no pueden informar de otros conflictos con la misma determinación?", se preguntó Man.

Unas 75.000 personas han muerto en Sri Lanka, donde los insurgentes Tigres de Tamil combaten desde 1983 por la independencia del norte y el este, asiento de la minoría étnica tamil.

"Hay conflictos en Angola y Sierra Leona (que sufren guerras civiles desde hace décadas) y muchos otros países africanos, pero la comunidad internacional no intenta solucionarlos", indicó Arnold Quainoo, del Centro para la Resolución de Conflictos, de Ghana.

A fines de febrero de este año la ONU reconoció formalmente que su misión de paz en Angola había fracasado y decidió retirar a los efectivos enviados a ese país. En Sierra Leona intervienen fuerzas de la Comunidad Económica de Estados de Africa Occidental, que apoyan al gobierno.

"El mundo es racista", afirmó en La Haya el arzobispo sudafricano Desmond Tutu.

"Muchos negros fueron asesinados en Sudáfrica" en tiempos del régimen racista blanco del apartheid, "y no fue una noticia muy difundida. Pero cuando un blanco es asesinado, la información aparece en todos los periódicos", destacó Tutu.

"El mundo debe ser un lugar seguro, no para la gente negra o blanca, sino para todos", agregó.

"Los refugiados en Kenia piensan que hay un doble discurso" observó Masha Maita, delegado keniano en la Red para la Paz y el Desarrollo.

Los refugiados de la región centrooccidental de los Grandes Lagos de Africa continúan ingresando a Kenia y a otros países vecinos, porque los conflictos en sus naciones de origen los obligan a desplazarse, dijo.

"Las agencias de la ONU no prestan a las crisis africanas la misma atención que a los conflictos en Europa", declaró.

"Hay más sufrimiento en Somalia que en Kosovo", pero "nadie presta atención" a aquel caso, afirmó Nurti Hagi Hassan, director ejecutivo de la ONG somalí Shayma.

"Necesitamos presión y una voz fuerte de la comunidad internacional que diga que la guerra en Somalia debe terminar", agregó.

El conflicto entre facciones y clanes de Somalía, tras el derrocamiento en 1991 del presidente Siad Barre, causó la muerte de unos 300.000 niños y el desplazamiento forzoso de más de 1,5 millones de personas. La ONU realizó en 1992 un intento fallido de pacificar el país, que hoy carece de autoridades centrales.

Julieta Hayrosa, una monja que representa al Consejo de Filipinas para la Paz y la Educación Global, preguntó: "¿Por qué las noticias de nuestro país nunca salen a la luz?".

Más de 100.000 personas murieron en combate desde 1972 en Filipinas, donde los grupos rebeldes (izquierdistas y separatistas musulmanes, entre otros) todavía luchan entre sí y contra el gobierno, indicó.

Algunos expertos señalaron que un país está técnicamente en guerra cuando un conflicto que ya causó 1.000 muertes continúa, provocando un mínimo de 25 muertes más por año. Con ese criterio, afirmaron, uno de cada cinco países del mundo está actualmente en guerra.

A comienzos de los años 80 se registraba un promedio de entre 20 y 25 crisis humanitarias por año en el mundo, y a mediados de los años 90 el promedio pasó a ser entre 65 y 70, con un aumento más que proporcional del número de personas afectadas.

El Comité Internacional de la Cruz Roja estimó que el número de personas afectadas por emergencias humanitarias aumenta 10 millones anualmente.

"A pesar de los esfuerzos de las autoridades nacionales e internacionales para controlar este flagelo, no hay señales de que la tendencia vaya a revertirse en el corto plazo", advirtió un estudio de Giovanni Andrea Cornia, de la Universidad de la ONU.

"Como consecuencia de este fenómeno, muchas personas murieron, padecen hambre, fueron desplazadas y no tienen hogar ni esperanza, y muchas otras podrían ser afectadas en un futuro cercano, a menos que se tomen medidas preventivas y correctivas urgentemente", señaló Cornia.

El trabajo del investigador fue publicado por el Instituto Mundial para la Investigación de la Economía para el Desarrollo de la Universidad de la ONU, con sede en Finlandia, y el Centro de Desarrollo Internacional de la universidad británica de Oxford. (FIN/IPS/tra-en/ns/dds/ak/at/mp/ip/99

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