RUSIA: Corrupción perjudica comercio legal de armas

Oscuros negocios de armas por parte de pequeñas empresas de Rusia que cuentan con el encubrimiento de altos funcionarios perjudican a la industria militar de este país, una de las mayores del mundo, acusaron investigadores.

"En cuanto completé una investigación sobre las exportaciones ilegales de armas, me retiraron del caso", declaró a IPS Oleg Solovyov, ex investigador especial de la Fiscalía Militar, de Moscú. "Además, poco después fui acusado de extorsión", agregó.

El caso de Solovyov está vinculado con dos empresas rusas, Ratnik y Yurgen, que habrían comprado motores de aviones militares nuevos y usados y los habrían revendido ilegalmente a compañías de Belarús pasándolos por la frontera casi abierta entre ambas repúblicas ex soviéticas.

Luego, según Solovyov, un exportador de armas autorizado en Belarús vendió legalmente los equipos militares a terceros países, entre ellos Argelia, Chipre y Yemen.

Yurgen, integrada por apenas tres personas, tuvo en 1996 un volumen de ventas de 500 millones de dólares.

"¿Por qué Yemen compraría aviones de combate Sujoi a un exportador oficial ruso si puede comprarlos a Yurgen por la mitad de precio?", preguntó Viktor Medikov, miembro de la Duma (cámara baja del parlamento ruso).

Aunque la venta de armas a ciudadanos particulares está prohibida en Rusia, las empresas utilizan diversos recursos para burlar las restricciones, y no les es difícil encontrar ayuda en funcionarios cuyo salario oscila entre 50 y 100 dólares por mes.

Por ejemplo, es posible firmar un contrato para la compra de armas obsoletas como chatarra y recibir en su lugar armas nuevas.

"Actualmente hay en Rusia numerosas empresas como Yurgen, que no podrían funcionar sin una 'protección' de alto nivel", denunció Medikov en declaraciones a IPS.

Dos ex directores de la fábrica de aviones MAPO-MiG fueron detenidos por el presunto robo de 237 millones de dólares en conexión con un contrato para suministro de aviones de guerra a India.

En enero de este año, Moscú reveló un nuevo programa de aviones MiG denominado MFI (acrónimo ruso de Avión de Combate Multifuncional), concebido como una respuesta de alta tecnología a los últimos aviones de Estados Unidos y supuestamente preparado para burlar radares.

El ministro de Defensa, Igor Sergeyev, presentó el prototipo en un aeródromo de Zhukovsky, en las afueras de Moscú, y lo describió como "un aparato absolutamente nuevo que multiplicará por tres la efectividad de combate de la fuerza aérea".

Desde entonces, varios funcionarios de MAPO-MiG denunciaron que el motor del prototipo, que permitiría al avión dar vueltas más cerradas, no está listo para volar a corto plazo.

El gobierno federal proyecta fusionar en breve a las dos gigantes estatales de la aviación militar, MAPO-MiG y Sujoi. También se prevén cambios radicales en la gerencia de MiG.

Ambas empresas no sólo abastecen al mercado doméstico, sino que también realizan exportaciones a China, India, Medio Oriente y los antiguos países socialistas de Europa oriental. El año pasado, exportaron armas por unos 2.000 millones de dólares.

China e India adquirieron aviones de combate, submarinos, helicópteros de reconocimiento y fragatas equipadas con sistemas antimisiles; Colombia compró helicópteros de transporte, y Corea del Sur aviones para transporte de efectivos.

El ejército de Siria también proyecta adquirir material ruso para mantener y modernizar sus armas de la era soviética y estudiar la compra de nuevos aviones y tanques, según un informe de prensa. Siria tiene unos 4.000 tanques y 500 aviones fabricados por empresas rusas y otras repúblicas ex soviéticas.

Ocasionalmente, Rusia también vende armas a partes enfrentadas entre sí. Aviones MiG-29 fueron vistos sobrevolando Asmara, lo que confirmó sospechas de que la fuerza aérea de Eritrea adquirió hasta 10 de esos aparatos para su guerra fronteriza con Etiopía.

Mientras, Rusia negocia la venta de aviones y helicópteros de combate y otros equipos militares a Etiopía por 150 millones de dólares.

Representantes comerciales rusos también discutieron recientemente la venta de sistemas de misiles antiaéreos S-300 y MiGs-29 a Tailandia, en un acuerdo "armas por alimentos" por cientos de millones de dólares.

Ivan Skrylnik, portavoz de Rosvooruzheniye, el mayor exportador de armas de Rusia, se negó a confirmar las cifras arguyendo que la compañía no tiene como política realizar comentarios sobre contratos específicos.

El director de la empresa, Grigory Rapota, declaró que es improbable que la compañía aumente sus ventas este año debido a la creciente competencia y a los problemas económicos del país.

Numerosos funcionarios rusos de alto rango están interesados en el tráfico de armas, sostuvo Medikov. El comercio ilegal y los depósitos en el exterior se estiman en varias decenas de miles de millones de dólares, mientras el presupuesto federal de 1999 no llega a 20.000 millones, señaló.

El diputado opinó que Rusia no necesita pedir nuevos préstamos al Fondo Monetario Internacional, sino sólo detener la fuga de capitales.

Los sobornos cuestan a la economía rusa unos 15.000 millones de dólares por año y fueron parcialmente responsables por la crisis financiera de 1998, según el Grupo de Control de Riesgos, una firma consultora establecida en Gran Bretaña. (FIN/IPS/tra-en/sb/ak/mlm/ip/99

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