Ministros y responsables de Agricultura de Iberoamérica ratificaron en la capital cubana el compromiso contraido hace tres años en la Cumbre Mundial de la Alimentación de disminuir a la mitad el hambre y la desnutrición en el 2015
Los representantes de América Latina y de España y Portugal acordaron el lunes, después de una reunión de tres días, confirmar su respaldo al plan de acción de la Cumbre Mundial de Alimentación, celebrada en Roma.
En esencia, ese programa comprometió a los gobiernos a poner en práctica medidas concretas para reducir a la mitad, hacia el año 2015, la cantidad de personas que en el mundo sufren hambre crónica y desnutrición.
La Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) calcula en 840 millones los seres humanos en esa situación de extrema pobreza, de los cuales, 800 millones residen en el Sur en desarrollo.
Informes de FAO señalan que el hambre y la desnutrición aumentaron en los años 80 en las zonas de América Latina y el Caribe donde se aplicaron planes de ajuste estructural.
La agencia calcula que la cantidad de personas crónicamente desnutridas creció en la región de 46 millones en 1980 a más de 60 millones a principios del actual decenio, 14 por ciento de la población total de América Latina.
La situación alimentaria se agravó el año pasado debido a adversidades climáticas asociadas al fenómeno de El Niño y los efectos de la crisis financiera que estalló a mediados de 1997 en el sudeste asiático y se propagó luego por otras regiones.
La declaración final de la reunión de La Habana mencionó la caída de precios de las exportaciones agrícolas, como una de las consecuencias más severas de la crisis internacional.
El director de la FAO, Jacques Diouf, quien asistió a la sesión de apertura, calificó 1998 de año devastador y dramático para América Central, arrasada por el huracán Mitch, y para República Dominicana y Haití, que sufrieron el impacto del huracán Georges.
En opinión de Diouf, América Latina y el Caribe pueden, con el apoyo de España y Portugal, desempeñar una papel importante en la lucha contra el hambre.
Los participantes en la reunión advirtieron que los alimentos "nunca puede constituir un instrumento de presión política o comercial".
Ese pasaje de las conclusiones aprobadas fue interpretado como manifestación de rechazo al bloqueo económico de Estados Unidos contra Cuba, que en noviembre será sede de la IX Cumbre Iberoamericana.
Los ministros y responsables de Agricultura abogaron además por un diálogo que permita coordinar posiciones y voluntades diferentes ante los efectos de la globalización y en particular respecto de las negociaciones agrícolas en la Organización Mundial de Comercio (OMC).
También se pronunciaron por establecer mecanismos de cooperación para formar y capacitar recursos humanos, incluido el fortalecimiento de la colaboración en materia de investigación agropecuaria con vistas a lograr un salto cualitativo en el sector.
En ese sentido, los participantes decidieron trabajar para consolidar a Iberoamérica como "un espacio de solidaridad, unidad y cooperación, desarrollando acciones que contribuyan a reducir la pobreza, las graves carencias alimentarias y los daños medioambientales".
Al respecto, reiteraron el compromiso de luchar contra el deterioro del medio ambiente a fin de mantener un desarrollo sustentable de los ecosistemas y la biodiversidad, "utilizando instrumentos no distorsionantes del comercio internacional", según establece el acuerdo de agricultura de la OMC.
Organismos internacionales advierten que en América Latina y el Caribe, donde cerca de 75 por ciento de la población vive en zonas urbanas, casi 15 millones de menores de dos años están en riesgo, debido a la contaminación del aire.
En la primera reunión a nivel sectorial que tuvo lugar en la capital de la isla dentro de los preparativos de la próxima IX cita de jefes de Estado y de gobierno iberoamericanos
Representantes de 19 de los 21 países integrantes del foro de concertación iberoamericano participaron de la reunión sobre asuntos agrícolas, la primera de carácter sectorial entre los encuentros previos a la cumbre de noviembre.
Las discusiones tuvieron como objetivo central el análisis de las perspectivas de la agricultura hacia el nuevo milenio y la promoción de una política común basada en la cooperación.
El programa de la reunión incluyó como actividades colaterales un encuentro de empresarios agrícolas y otro de representantes de organizaciones campesinas. (FIN/IPS/pg/ff/dv/99