Los integrantes de la comunidad negra de Estados Unidos que pertenecen a la clase alta no son tan bien conocidos como los pobres y marginados de su misma raza.
Sin embargo, una pequeña y poderosa elite, compuesta sobre todo de médicos, abogados y empresarios, ha existido durante más de 100 años en una posición incómoda entre la población blanca y el grueso de los negros estadounidenses.
"Ser negro significó durante mucho tiempo que uno creció en viviendas económicas, carece de una buena educación y no tuvo un padre en el hogar", señaló Lewis Otis Graham, autor de "Our Kind of People: Inside Black America Upper Class" (Nuestro tipo de gente: Dentro de la clase alta negra estadounidense).
"No es obligatorio que todos los negros exitosos sean cantantes o jugadores de básquetbol. Necesitamos una definición más amplia de lo que significa ser negro en Estados Unidos", protestó Graham, de 38 años, quien pertenece a la clase alta y es abogado, profesor universitario y autor de 12 libros.
Graham se propuso revelar, en 418 páginas, las características del mundo casi desconocido de la clase alta afroestadounidense, con mansiones de un millón de dolares, costosas escuelas privadas sólo para negros, clubes sociales, centros de veraneo exclusivos y bailes de presentación en sociedad.
Según dijo, su intención fue dejar al descubierto a un grupo incomprendido por los blancos y despreciado por la mayoría de los negros.
"Se sienten atrapados entre dos grupos que no se agradan mutuamente. La mayoría de los negros opinan que los de clase alta son menos auténticos, y a menudo piensan que los negros ricos son 'vendidos' o 'tíos Tom"', explicó Graham acerca de la clase social dentro de la cual creció.
"Tío Tom" es un calificativo denigrante empleado entre los negros estadounidenses contra aquellos a los que se considera serviles con los blancos, por analogía con el personaje central de "La cabaña del Tío Tom", una novela escrita en 1852 por Harriet Beecher Stowe.
Graham indicó que tampoco los blancos simpatizan con su clase. "Muchos blancos encuentran perturbador o insólito que haya negros que son más ricos, educados e influyentes que ellos", afirmó.
La clase alta negra se formó en el período posterior a la abolición de la esclavitud, conocido como "la reconstrucción", en la década de 1870.
Un puñado de negros fue elegido para integrar el Senado y la Cámara de Representantes, y en la década de 1880 Estados Unidos tuvo sus primeros empresarios negros millonarios.
Poco después surgieron colegios y universidades dedicados a educar y pulir en exclusiva a la naciente elite negra.
Segun Graham, esa clase alta negra pasó los ultimos 130 años estableciendo una red de instituciones socialmente aceptables que incluye colegios, iglesias, clubes sociales, centros turísticos y clubes sociales exclusivos para mujeres, como "Links", o para hombres, como "Boule".
Muchos de los actuales líderes negros más conocidos, como Andrew Young (ex embajador estadounidense ante las Naciones Unidas) o Vernon Jordan (abogado de grandes compañías, y también amigo y confidente del presidente Bill Clinton), tienen sus raíces en esa elite.
David Dinkins, el ex alcalde negro de Nueva York, reconoció que los 4.000 socios de "Boule" lo ayudaron a ser electo. Otro miembro de ese club es E. Thomas Williams (hijo), un riquísimo empresario en bienes raíces quien además integra el Consejo Directivo del famoso Museo de Arte Moderno de Nueva York.
"Creo que es importante para los negros encontrar lugares donde nos podemos reunir y establecer contacto social con gente que comprende nuestras experiencias y temores", dijo Graham.
En la mayoría de los clubes sociales de la clase alta negra solo es posible ingresar por invitación. Los integrantes menos pudientes y vinculados de la comunidad afroestadounidense han criticado a esas instituciones por practicar la discriminación y la exclusión.
Harry Doley, otro miembro de "Boule" y el primer negro que tiene un escaño en la Bolsa de Valores de Nueva York, rechazó esas críticas.
"La gente puede emplear el termino 'elitista', pero es más exacto decir que éste fue, y es, un grupo de elite. Es un poco absurdo que algunos negros deban disculparse por ser bien educados, emprendedores y exitosos, y haber elegido pertenecer a organizaciones compuestas por otros como ellos", observó Doley.
Ser considerado "como ellos" o "su tipo de gente" no depende sólo de la riqueza. La cantidad de negros que ganan más de 100.000 dólares anuales se duplicó entre 1988 y 1998 (de 240.000 a 414.500), según la Oficina de Censos. Pero el dinero no basta para ingresar a los círculos de la clase alta.
"Se trata de establecer dónde estudió medicina el abuelo de una persona, si ésta fue al colegio o al internado correcto, y desde cuándo hay profesionales en su familia. No es sólo una cuestión de dinero", aseguró Graham.
Los miembros de la elite negra, cuya amplia mayoría integra el Partido Demócrata, se sienten complacidos al señalar que ayudan o a los integrantes menos favorecidos de la comunidad negra. Los socios de "Boule", por ejemplo, patrocinan escuelas, centros infantiles y becas universitarias.
Un grupo de mujeres de "Links" recolectó el año pasado más de un millón de dólares para el Fondo Unido de Universidades Negras, y otro millón destinado a la Asociación Nacional para el Progreso de la Gente de Color.
Graham es tajante sobre el futuro de la elite negra: "Deberá adaptarse o morir".
"Cuando la cantidad de negros ricos aumente, las familias de la vieja guardia que manejan las organizaciones de elite comenzarán a ser menos relevantes y poderosas, porque la nueva elite afroestadouninse tendrá aun más dinero e influencia que sus predecesores", sostuvo. (FIN/IPS/tra-en/lg/mk/ego/mp-mj/pr/99