EEUU-COREA DEL NORTE: Washington impulsa giro en las relaciones

William Perry, ex secretario de Defensa de Estados Unidos, comenzará este martes una visita a Corea del Norte con miras a aliviar la tensión en la península de Corea y en las relaciones bilaterales.

Oficialmente, Perry explorará la posición de los líderes norcoreanos sobre posibles vínculos futuros con Estados Unidos y Corea del Sur como parte de una revisión completa de las relaciones con Pyongyang que el presidente Bill Clinton le pidió iniciar el pasado enero.

Pero el ex secretario, que el domingo llegó a Tokio, también entregará al presidente norcoreano Kim Jong Il una carta personal de Clinton y le expresará la disposición de Washington a dar pasos concretos para normalizar las relaciones diplomáticas entre ambos países.

Las medidas incluirían el levantamiento de un embargo comercial estadounidense que ya lleva 50 años a cambio de medidas recíprocas de Pyongyang, entre ellas una reducción importante en el programa de misiles.

Además, habría un intercambio de visitas de Clinton y Kim a las respectivas capitales nacionales el año próximo, según fuentes reconocidas.

"Esto es un gran avance en potencia", destacó Bruce Cumings, profesor de historia y política coreana de la Universidad de Chicago. "El gobierno espera terminar finalmente la guerra de Corea", agregó.

El viaje de Perry cuenta con un fuerte respaldo del presidente de Corea del Sur, Kim Dae Yung, quien exhortó a Washington a ofrecer a Pyongyang más incentivos y menos castigos, en el marco de su nueva "política de sol".

"Esta es la primera señal de que Kim Dae Jung produjo un efecto real sobre la política de Clinton", observó Cumings.

Hace 10 semanas, se evitó por poco una gran crisis debido a sospechas de Washington sobre la construcción por parte de Pyongyang de una nueva instalación nuclear en un sitio subterráneo cerca de Kumchangni, una zona montañosa cercana a la frontera con China.

Tal instalación habría violado el espíritu, si no la letra, de un acuerdo celebrado en 1994 entre ambos países, por el cual Pyongyang se comprometía a desmantelar su instalación nuclear en Yongbyon.

A cambio, Japón y Corea del Sur construirían dos reactores nucleares de agua liviana para Corea del Norte, y ésta obtendría suministro garantizado del combustible pesado necesario para satisfacer las necesidades de energía del país.

Informes de inteligencia sobre la instalación de Kumchangni causaron preocupación en Washington sobre las intenciones de Pyongyan, particularmente luego del lanzamiento sorpresivo de un cohete de alta tecnología cerca de Japón, el pasado agosto.

La prueba, que podría haber estado destinada a poner en órbita un satélite, dejó claro que Corea del Norte es capaz de dirigir misiles a Japón y posiblemente a Alaska y Hawai, en Estados Unidos.

Cuando surgieron los informes de inteligencia, Washington exigió que Corea del Norte permitiera inspeccionar el sitio de Kunchangni, pero Pyongyang sugirió que sólo permitiría el acceso a cambio de 300 millones de dólares en ayuda para el desarrollo.

Estados Unidos se negó pero, al mismo tiempo, ofreció nueva ayuda alimentaria y fondos para un proyecto destinado a aumentar la producción de papa en la nación asiática, afectada por el hambre.

A mediados de marzo se alcanzó un acuerdo para la inspección periódica de Kumchangni, y un equipo de 14 expertos nucleares estadounidenses finalmente visitó el sitio la semana pasada.

Aunque todavía no se brindaron informes sobre los resultados, el portavoz del Departamento de Estado, James Rubin, declaró el viernes que el equipo recibió "la cooperación necesaria".

Pese al acuerdo, congresistas republicanos mantienen sus sospechas sobre Corea del Norte y continúan presionando para un endurecimiento de la política de Estados Unidos hacia ese país.

Representantes republicanos presentaron la semana pasada un proyecto legislativo que limitaría la facultad presidencial de aliviar y levantar sanciones contra Corea del Norte hasta que ésta "ponga fin a su programa de misiles de largo alcance y abandone sus esfuerzos por exportarlos".

De hecho, Clinton demoró el viaje de Perry hasta estar seguro de que se realizaría la inspección de Kunchangni, pero funcionarios de gobierno están aún a la defensiva sobre la iniciativa del ex secretario de Defensa.

"La mayoría de los que se opusieron a nuestras políticas no propusieron alternativas", señaló Rubin. (FIN/IPS/tra-en/jl/mk/mlm/ip/99

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