CUBA: La maternidad aleja de las pistas a campeona del mundo

La maternidad mantendrá alejada de las pistas a la atleta cubana Ana Fidelia Quirot, dos veces campeona mundial en los 880 metros, que no participará en los próximos juegos Panamericanos, del 23 de julio al 8 de agosto.

Quirot espera un bebé para agosto, en fecha que podría coincidir con los juegos de Winnipeng, Canadá, ausencia que, sin embargo no necesariamente significa su retiro definitivo de las competencias internacionales, puntualizó en entrevista con IPS.

"Hace rato que deseaba tener un hijo y cuando uno es madre la vida cambia totalmente. Pero tampoco tengo definido qué haré profesionalmente cuando nazca", dijo Quirot, y aunque aclaró que ella "no decide", sino la dirección del Instituto Nacional de Deporte y Recreación (INDER), baraja distintas posibilidades.

"No puedo decir que no volveré a las pistas, porque se dice que con la maternidad, las mujeres logran mayor capacidad de trabajo y podría correr 1.500 metros", en lo que se mide más la resistencia, comentó Quirot, quien obtuvo el campeonato mundial en los 800 metros en 1995, en Gottemburgo, y en 1997, en Atenas.

La corredora, que es licenciada en cultura física, considera que puede ser útil en muchas actividades, como por ejemplo transmitir sus conocimientos a la nuevas generaciones.

La mujer tiene un espacio importante en el deporte cubano. En los panamericanos de Mar del Plata (1995), por ejemplo, 71 de las 238 medallas obtenida por deportistas del país caribeño fueron logradas por mujeres.

Quirot considera que los triunfos deportivos de Cuba se deben a una concepción que permite que "todo el que quiera y tenga aptitudes pueda llegar lejos, porque no le cuesta ni un centavo".

Como ejemplo menciona su caso. "De otro modo, yo no hubiera podido forjarme como deportista. Primero por ser negra y segundo, porque mi familia no tendría como financiar todo lo necesario para practicar deporte".

En este sentido, considera muy ventajosa la posición de su país respecto del resto de los latinoamericanos, donde "muchos atletas carecen de recursos para desarrollarse".

En este sentido, estima importante la colaboración de Cuba, que tiene convenios con 70 países, en los cuales trabajan unos mil técnicos cubanos de distintas disciplinas.

El Anuario Estadístico de Cuba señala que en 1996, el personal deportivo pedagógico ascendía a 17.286 profesionales en los distintos centros educativos especializados, que incluyen un centro nacional de entrenamiento de alto rendimiento y más de una decena provinciales.

Parte de los premios obtenidos por los atletas en las competencias internacionales se destina a financiar la maquinaria deportiva de la isla.

"En la actual situación económica estamos comprometidos con esa ayuda. De no ser así y en nuestra condición de país pequeño, con pocos recursos, no podríamos lograr resultados deportivos que nos sitúan por encima inclusive de naciones industrializadas", dijo Quirot.

En cuanto a la posibilidad de emigrar, la atleta cubana la descartó de plano y aseguró que nunca recibió propuestas de esa naturaleza.

Atletas que han amigrado a Estados Unidos, "cuando nos encuentran por ahí, nos recomiendan: oiga comadre, no deje aquello que esto aquí te lo pintan de una manera y es de otra".

En 1995 en Gottemburgo, tres años después de un accidente que casi le cuesta la vida, Quirot renació para el deporte y logró la medalla de oro en los 800 metros.

Recuerda que en el estadio Ullevi hubo aplausos, gritos y risas, cada cual celebrando a su manera. Ella tomó la bandera cubana y las flores que le habían ofrecido y dio una vuelta triunfal por la pista. "!Era la campeona del mundo!", exclamó.

En 1997, en Atenas, obtuvo una segunda medalla de oro en los 800 metros.

De los juegos olímpicos de Atlanta, en 1996, regresó con la medalla de plata.

El 22 de enero de 1992, Quirot sufrió serias quemaduras, cuyas huellas son aún visibles en gran parte de su cuerpo. "Yo soy uno de los tantos frutos de la medicina cubana", afirmó.

Describe aquellos momentos que pasó como muy difíciles, aunque nunca se dio por vencida. "Una y otra vez me repetía voy a correr, voy a correr, aunque no imaginé esos resultados de Gottemburgo y Atenas", aseguró. (FIN/IPS/pg/ag/cr/99

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