Organizar a los "trabajadores atípicos", reducir la dominación masculina sobre los sindicatos y reducir los perjuicios de la globalización son tres objetivos aprobados por la Conferencia Mundial de las Mujeres, que se realizó en esta ciudad de Brasil.
Durante cuatro días, 300 líderes sindicales de 89 países y de variadas instituciones discutieron los problemas de las trabajadoras y elevaron recomendaciones que serán elevadas al Congreso de la Confederación Internacional de Organizaciones Sindicales Libres (CIOSL), en abril del 2000.
"Tenemos que revisar nuestros métodos" para organizar a los "trabajadores atípicos y nuevos sectores" que la globalización multiplica, por la informalidad, las migraciones, contratos "flexibles" y el trabajo parcial y a domicilio, sintetizó Nancy Riche, presidenta del Comité Femenino de CIOSL, al término de la Conferencia el viernes.
Entre las numerosas propuestas de la Conferencia para "transformar el mercado global", las sindicalistas quieren incluir derechos de las trabajadoras, como salarios iguales, protección contra violencias y guarderías, en la política de la Organización Mundial de Comercio (OMC).
Por eso urgieron que la CIOSL llame a luchar por la adopción de la "cláusula social" en las negociaciones de la OMC que se lanzarán a fines de año en la conferencia ministerial de la organización en Seattle, Estados Unidos.
El término "cláusula social" denomina las iniciativas de normas a ser consideradas por la OMC y que obligarían a los países exportadores a respetar derechos laborales y sociales básicos.
Las mujeres reclamaron también su amplia participación en la Conferencia Sindical que precederá la conferencia ministerial de la OMC.
Llevar la dimensión social al Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial es otra meta de las dirigentes de la CIOSL, que acusaron a los programas de ajuste estructural, impulsadas por estas instituciones, de agravar la pobreza y perjudicar especialmente a las mujeres.
Cómo incluir en la vida sindical a las masas de trabajadoras informales y desprotegidas es el gran desafío al comienzo del nuevo milenio, destacó Riche, quien presidió la Conferencia de Mujeres.
Esa debe ser una prioridad para los sindicatos, pese a las resistencias internas, recomendó la conferencia. Si esas trabajadoras no son atraídas por el sindicalismo, "otras organizaciones lo harán", advirtió.
Una recomendación aprobada es que las centrales nacionales destinen de 10 a 30 por ciento de sus recursos a la organización de los trabajadores atípicos. Otra es desarrollar alianzas con organizaciones no gubernamentales que actúen con esos sectores.
Filipinas fue el país apuntado como buen ejemplo de campañas para organizar a las mujeres, tanto del sector formal como informal.
La tarea es difícil, porque ellas no creen en los sindicatos, temen represalias de sus patrones, tienen que cuidar a su familia, no se interesan o no son invitadas a participar. Además la Conferencia identificó la "cultura fuertemente machista" del sindicalismo como otro obstáculo.
Cambiar esa imagen de actividad dominada por los varones es otra prioridad del movimiento femenino de la CIOSL.
La Conferencia también destacó la importancia de atraer a los jóvenes, de creciente incorporación al trabajo atípico, en especial en las zonas francas de exportación.
Por eso, sobre la cuestión de las cuotas de participación en las direcciones sindicales, se sugiere una distribución equitativa, de un tercio para hombres adultos, un tercio para mujeres y otro para los jóvenes. (FIN/IPS/mo/mj/lb dv hd/99