Sonetos y odas del poeta chileno Pablo Neruda llegarán desde este martes a toda América Latina, musicalizados por grandes artistas en tiempo de rock, tecno y afrolatino gracias al disco "Marinero en tierra".
El disco compacto, un singular proyecto gestado durante dos años cuyo título se inspira en un poema homónimo del español Rafael Alberti, será lanzado casi simultáneamente desde México hasta Tierra del Fuego.
La Fundación Neruda y el sello Warner Music Chile reunieron a 21 solistas y grupos musicales de seis países latinoamericanos y de España para dar a luz este álbum de 24 títulos, repartidos en una hora de música y poesía.
Las voces del propio Premio Nobel de Literatura de 1971 y su tercera esposa, Matilde Urrutia, están también incorporadas en este disco, presentado por el escritor y ensayista chileno Volodia Teitelboim como "un tributo de corazón a corazón".
Puede discutirse si "Marinero en tierra" será el mejor homenaje artístico de cuantos se han hecho hasta ahora al poeta fallecido el 23 de septiembre de 1973, pocos días después del cruento golpe de Estado contra Salvador Allende.
Pero no cabe duda de que se trata de la mayor expresión popular en términos de fundir la poesía nerudiana con propuestas musicales modernas para ponerla así al alcance de todos, hasta en sus expresiones más abstractas.
"Lo que me gusta de las canciones (de este álbum) es que las puede tararear una nana (empleada doméstica) haciendo aseo, y me da lata (desagrado) que la poesía se transforme en un objeto de museo", comentó la chilena Javiera Parra al semanario Wiken.
La vocalista, nieta de la cantautora Violeta Parra, participa en el disco con su versión del "Soneto XXV", una de las piezas clave de "Los cien sonetos de amor", que Neruda escribiera en 1959 en su casa del balneario costero de Isla Negra.
El fuerte oleaje del Pacífico frente a la residencia de Isla Negra, donde descansan los restos del poeta y Matilde, es el único fondo sonoro de esta interpretación en un disco que se caracteriza también por la inventiva musical.
El español Joaquín Sabina interpreta la "Oda a la crítica" (de las "Odas elementales", 1954) con el tipeo de una vieja máquina de escribir como único acompañamiento. Su compatriota Miguel Bosé entrega "El tigre" (de "Los versos del capitán", de 1952) con un complejo arreglo orquestal.
Para completar el aporte español, Alejandro Sanz recita a capella el "Poema XV" (de "Veinte Poemas de Amor y una Canción Desesperada", 1924) y el trío Presuntos Implicados recrea el "Soneto XVII" ("Los cien sonetos de amor") con un fondo pop.
El poema "No tan alto" ("Estravagario", 1958), a cargo del brasileño Milton Nascimento, es una de las mejores piezas del álbum, con un fondo de instrumentos de cuerdas y viento.
"Farewell", uno de los poemas más clásicos de Neruda ("Crepusculario", 1923), es interpretado por Sergio Britto, vocalista del grupo rock brasileño Titas a través de la adaptación de su tema "Go back".
También hay rock en la versión que el argentino Andrés Calamaro hace de "El toro" ("Las piedras de Chile", 1960), así como en la cortina con la que Los Fabulosos Cadillacs ambientan "Al pie desde su niño" ("Estravagario"), recitado por la actriz Valeria Bertucelli.
La "Oda a un millonario muerto" ("Tercer libro de las odas", 1957) llega así mismo con los acordes rockeros del grupo argentino Babasónicos, al igual que una segunda versión de "No tan alto" de la banda heavy metal A.N.I.M.A.L., también argentina.
Aterciopelados, la agrupación pop colombiana, hace una lectura "oscura y tribal" de "Tengo miedo" ("Crepusculario"), y el mexicano Fher, líder del grupo Maná, recita "El viento en la isla" ("Los versos del capitán") acompañado de guitarra acústica.
"El miedo" ("Estravagario") es interpretado por la banda rock El Tri, de México, mientras Beto Cuevas, vocalista del grupo chileno La Ley, entrega "Caballo de los sueños" ("Residencia en la tierra", 1933) con una base electrónica compuesta por Cristian Heyne.
Otros chilenos que participan en el disco además de Cuevas y Parra son Pedro Foncea, vocalista del desaparecido grupo De Kiruza, con una versión afrolatina de "Amor" ("Crepusculario") y la banda Canal Magdalena, intérprete del "Soneto XII" ("Los cien sonetos de amor") con fondo de teclado.
Una banda punk chilena, Los Miserables, aporta "Walking around" ("Residencia en la tierra"), poema cumbre de la época surrealista de Neruda, con acompañamiento de guitarras acústicas y ruidos ambientales.
El grupo rapero Santo Barrio completa la presencia de chilenos en este álbum con la "Oda al hombre sencillo" ("Odas elementales").
La lista de intérpretes se completa con dos uruguayos: Laura Canoura, que recita "Tus manos" ("Los versos del capitán") y Eduardo Darnauchans, cuya voz se hace acompañar por guitarras en la declamación de "El barco" ("Navegaciones y regresos", 1959).
El interés de los artistas hispanoamericanos por participar en esta propuesta nerudiana fue alto, y por razones de tiempo y espacio quedaron fuera intérpretes de la talla del argentino Fito Páez y del francés residente en España Manu Chao, así como el grupo mexicano Café Tacuba.
Pero este álbum no sólo tiene el atractivo de los músicos actuales, sino también de las grabaciones históricas que aportó la Fundación Neruda, con el propio poeta recitando "Pido silencio" y un fragmento de "Alturas de Macchu Picchu" y la lectura que Matilde Urrutia hace del "Soneto LXIV". (FIN/IPS/ggr/mj/cr/99