Japón podrá ser un líder mundial en tecnología, pero se encuentra en los últimos lugares cuando se trata de desarrollar fuentes de energía renovable para generar electricidad, afirman activistas del ambiente.
Sólo 2,4 por ciento de la electricidad de este país se obtiene de fuentes renovables como el viento o la energía solar, en comparación con cinco por ciento en Estados Unidos y 12 por ciento en la Unión Europea, explicó Yurika Ayukawa, de la filial japonesa del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF).
Los analistas atribuyen las carencias del país en esa área a la falta de conocimiento sobre las llamadas tecnologías verdes (que no perjudican el ambiente) y a la poca conciencia ambiental de políticos y burócratas.
Hace tiempo que los ambientalistas exigen apoyo financiero para desarrollar la energía verde en los países ricos, con el fin de reducir las emisiones de dioxido de carbono como se acordó en la tercera Conferencia de Partes (COP3) realizada en Kioto en 1997.
"El gobierno hace hincapié en la energía nuclear, a la que considera la mejor para no dañar el ambiente. Pero ciertamente esa no es una solución", sostuvo Ayukawa.
El profesor Hiroshi Shimitzu, de la Universidad de Mie, quien también es asesor del gobierno en energía eólica, dijo que el ejecutivo puede alcanza la meta de reducir las emisiones de dióxido de carbono si se propone convertir 10 por ciento de la electricidad que necesita el país en energía renovable.
"Japón debe alcanzar las metas sobre las emisiones asumidas en Kioto, y el gobierno es capaz de alcanzar la mitad de lo exigido aumentando la construcción de molinos de viento un 100 por ciento", explicó.
El gobierno pretende aumentar la energía nuclear para cumplir la reducción prometida de seis por ciento de las emisiones de dióxido de carbono para el 2010, en comparación con el nivel de 1990, pero los ecologistas sostienen que la meta debe cumplirse mediante una mayor producción de fuentes alternativas de energía.
La energía nuclear abastece 30 por ciento de las necesidades de energía japonesas, seguida por el petróleo, con 21 por ciento, y el carbón, con 18,2 por ciento.
Un plan para desregular las compañías estatales también aumentaría el suministro de electricidad procedente de combustibles fósiles, como las plantas de energía a carbón, que será más económica, aunque más destructiva para el ambiente.
Las compañías compiten para conseguir una cuota de la lucrativa industria energética a tiempo para beneficiarse con el nuevo esquema del Ministerio de Comercio Internacional e Industria, que permite la venta directa de electricidad a los usuarios.
Las empresas protestan porque el gobierno exige altas tasas por el derecho de usar las líneas y redes de potencia existentes, las cuales, según dicen, obstaculizan la privatización.
Organizaciones ambientalistas acusan al gobierno de presentar un esquema desregulador ecológicamente destructivo porque no incluye una cartera de energía renovable.
"El gobierno no fijó normas ambientales al no introducir una cartera de energía renovable en el nuevo esquema desregulador, lo que habría obligado a las compañías de electricidad a cumplir con las metas de reducción" de las emisiones de dióxido de carbono, aseguró Ayukawa.
A pesar del panorama sombrío, los ambientalistas dicen que la oposición pública a las plantas de energía nuclear y la presión de organizaciones de base sirvieron de importante llamado de atención al gobierno.
Ahora se está formulando una nueva política energética oficial que promete aumentos de capital en forma de subsidios financieros a compañías dedicadas al desarrollo de energías renovables.
El gobierno anunció un plan en abril para asumir la mitad de los costos de gobiernos locales que construyan molinos de viento en gran escala con capacidad de 1.500 kilovatios de electricidad.
El gobierno también reembolsará a las compañías privadas un tercio de los costos de la construcción de los molinos. Tokio destinó nueve millones de dólares en el próximo bienio para el desarrollo de la energía renovable.
"Con la ayuda estatal hemos instalado 26 molinos de viento que generan 400 kilovatios cada uno", informó Akira Endo, vocero de Echo Power, una pequeña compañía que vende electricidad generada por el viento a la empresa Tokio Electric Power Co.
Endo precisó que su compañía se mantiene a flote gracias a los subsidios del gobierno. "Sin embargo, el negocio crecerá una vez que se difunda la energía eólica con mayor capacidad instalada", comentó. (FIN/IPS/tra-en/sk/an/ego/aq/en/99)