Los precios internacionales de la minería comienzan a recuperarse, lo que genera un moderado optimismo entre los empresarios que apostaron por Argentina y Chile, los dos países más atractivos del mundo hoy para invertir en el sector.
El subsecretario de Minería de Argentina, Daniel Meilán, dijo a IPS que se registra una recuperación "moderada" de los precios, que permite volver a ser optimistas, "sobre todo en estos dos países, considerados los más competitivos".
Meilán hizo referencia a un estudio de la Universidad de Colorado, Estados Unidos, según el cual Argentina y Chile pasaron a ofrecer en 1998 las mejores condiciones para la inversión minera, sobre un total de casi 30 países analizados.
También citó la edición del Mining Journal, una publicación del sector, en la cual los empresarios ubicaron a los dos países del Cono Sur de América a la cabeza de una larga lista de lugares propicios para radicar inversiones.
Los inversionistas creen que es posible ser optimistas en el mediano plazo. "Por más que haya depresión, las empresas siguen buscando reservas porque saben que este negocio es cíclico", explicó a IPS un empresario argentino vinculado a la actividad.
En el marco de este buen clima se abrió el martes en Buenos Aires la Exposición Internacional Ar Minera '99, convocada por la Cámara Argentina de Empresarios Mineros, la que se extenderá hasta este viernes con una serie de conferencias y reuniones.
Con la leve recuperación de precios y sus ventajas relativas, este país vendió en abril la empresa Argentina Gold a la estadounidense Homestake Mining, por 200 millones de dólares.
Argentina Gold es propietaria de 60 por ciento de Veladero, un yacimiento aurífero que promete convertirse en el segundo más importante después de Bajo la Alumbrera, una mina de oro y cobre situada en la provincia noroccidental de Catamarca.
En cambio hay quienes prefieren seguir esperando, como en el caso de El Pachón, un establecimiento de cobre en la provincia de San Juan, en la frontera con Chile.
En Chile, de fuerte e histórico desarrollo minero, el cobre constituye casi 50 por ciento de las exportaciones. La caída de los precios internacionales de ese metal en el último año y medio provocó un fuerte impacto en su economía.
Los países del sudeste asiático consumían antes de comenzar la crisis financiera, en julio de 1997, 60 por ciento de la producción chilena de cobre, destinada básicamente a la industria de la construcción.
Como consecuencia de la retracción de ese mercado, el cobre, que había llegado a cotizarse a 1,10 dólar la libra, cayó a 0,63 centavos.
Sin embargo, en los últimos días el precio ha comenzado a subir lentamente para ubicarse entre 0,68 y 0,71 centavos la libra, lo que ha generado un optimismo moderado. "Si bien aún es bajo, tenemos esperanzas", sostuvo Meilán.
En Argentina, en cambio, la minería es una actividad que comenzó a desarrollarse hace pocos años y, por esa razón precisamente, la industria está en pleno auge. Muchos inversionistas llegaron al país en los años 90 atraídos por la posibilidad de abrir nuevos yacimientos.
Hasta 1989 sólo existían en el país cuatro empresas mineras. En 1992 ya sumaban 17 y cuatro años después habían 65, además de una cantidad similar de compañías que se habían establecido para estudiar un eventual ingreso a la actividad. La producción pasó en ese lapso de 0,2 a tres por ciento del producto interno bruto.
El total de producido pasó de 480 millones de dólares en 1993 a 700 millones en 1997 y a 1.150 millones el año pasado. Esta última cifra, fruto de la puesta en marcha de Bajo la Alumbrera, es menor a los 1.750 millones de dólares pronosticados por las autoridades, debido a la caída de los precios.
Las exportaciones crecieron al ritmo de la producción y se aceleraron en los últimos años. En 1993 se vendió por 16 millones de dólares, en 1994 por 23 millones, en 1995 alcanzó a casi 30 millones, en 1996 sumó 36 millones, al año siguiente 122 millones y en 1998 se exportó por casi 600 millones de dólares.
Las autoridades argentinas estiman que este año las exportaciones superarán los 700 millones de dólares, a pesar de la caída en el precio del oro y el cobre, que constituyen 85 por ciento del negocio minero en el mundo. La baja promedio de precios superó 40 por ciento.
El oro, que llegó a cotizarse a 400 dólares la onza hace apenas tres años, está hoy valuado en algo más de 280 dólares, tras haber alcanzo un piso aún más inferior, justo cuando algunos yacimientos de Argentina comenzaban a colocar su producción en el mercado mundial.
Una serie de leyes que desregularon la actividad en Argentina convocó a gran número de compañías transnacionales, que requieren estabilidad fiscal y garantías para las inversiones a largo plazo, además de bajos costos de energía y pasivos ambientales.
Este último concepto es el que diferencia a la minería argentino-chilena de la de países del Norte desarrollado, donde los empresarios están obligados a pagar por los daños ya causados al ambiente por la actividad de exploración y extracción.
En Argentina y Chile, la mayoría de los yacimientos son a cielo abierto, por lo que el costo de producción y ambiental es menor. Ambos países comparten además la infraestructura para ofrecer a los inversionistas internacionales. (FIN/IPS/mv/dm/if/99)