YUGOSLAVIA: Refugiados atrapados en la guerra de la información

Tras la gran confusión de la semana pasada, los 30.000 refugiados kosovares de ascendencia albanesa que supuestamente habían desaparecido de un día para el otro en Macedonia desaparecieron ahora de los medios.

Su destino perdió interés cuando el gobierno de Macedonia informó que habían sido transferidos en tres días a otros campos de refugiados en Macedonia y Albania, y acusó a los medios y a las agencias internacionales de "desinformación".

Cuando serios analistas, funcionarios y políticos advirtieron que una campaña aérea de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) contra Yugoslavia llevaría a miles de kosovares de ascendencia albanesa a abandonar sus hogares fueron ignorados por los gobernantes.

Las advertencias previas de muchos analistas de que una crisis de refugiados como esa desbordaría las fronteras de Yugoslavia también fueron descartadas. Ahora, además de Albania, Macedonia también debe llevar una pesada carga.

Cuando la OTAN comenzó a atacar a Yugoslavia el 24 de marzo y las imágenes de familias desplazadas comenzaron a aparecer en televisión, muchos culparon automáticamente a la policía serbia y al ejército yugoslavo de lanzar una nueva "limpieza étnica".

Aparentemente los estrategas de la OTAN no pensaron que los misiles y bombas lanzados sobre la provincia de Kosovo no detectarían la nacionalidad de los civiles que estaban en tierra, como lo demuestra la devastada ciudad de Pristina, la capital de Kosovo.

La revista británica The Economist preguntó desde su tapa si los kosovares de ascendencia albanesa son "víctimas de Serbia o de la OTAN", a lo que un corresponsal de la televisión italiana en Pristina respondió que "no sabría decirlo".

"Los trucos de la información están de los dos lados y los periodistas estamos atrapados en el medio", comentó.

Los planificadores de la OTAN también parecen ignorar que los miembros del opositor Ejército por la Liberación de Kosovo (ELK), respaldado por países occidenatles, operan en bosques, pequeños pueblos y villas donde residen sus familias y de quienes reciben apoyo.

El general Nebojsa, comandante de las unidades del ejército yugoslavo situadas en Pristina, había advertido sólo dos días antes de los ataques que si éstos comenzaban los interpretaría como "una señal de que debemos ir contra los terroristas", en alusión al ELK.

Oficialmente en estado de guerra, los medios serbios no hablan de la situación de los kosovares de ascendencia albanesa desplazados y se concentran en informar sobre la devastación causada por los ataques aéreos sobre todo el país.

Ningún medio informó en Serbia el número de kosovares de ascendencia albanesa que fueron despalazados y pocos en Occidente saben acerca de los 60.000 refugiados serbios de Kosovo y los 600.000 del conflicto en Bosnia (1992-95).

Sólo una vez, el miércoles pasado, el presidente yugoslavo, Slobodan Milosevic, reconoció la existencia de un desastre humanitario en Kosovo, del que responsabilizó a los ataques aéreos de la OTAN.

"A pesar de los intentos de la OTAN de convencer a la comunidad internacional de que el bombardeo fue provocado por la necesidad de evitar una supuesta catástrofe humanitaria en Kosovo, fue precisamente el bombardeo lo que la provocó", dijo Milosevic a representantes de la cámara baja del parlamento ruso.

La mayoría de los analistas independientes en Belgrado señalaron que en este momento es difícil esperar que alguien en Serbia sienta compasión por los kosovares de ascendencia albanesa.

"Las personas sienten que tendrán que vivir en un país devastado. Todos los días cuentan civiles muertos y heridos y los kosovares de ascendencia albanesa y su separatismo son considerados la causa de lo que ocurre aquí", dijo un analista que pidió reserva sobre su identidad.

En la vecina Macedonia, muchos comparten la hostilidad serbia contra los kosovares de ascendencia albanesa, que representan 30 por ciento de la población de la ex república yugoslava de 2,2 millones de habitantes.

"La población macedonia de origen eslavo siente compasión por los serbios, y el gobierno teme que un mayor flujo de albaneses aumente su minoría albanesa de manera desproporcionada y desestabilice el estado", señaló Makfax, una agencia de noticias con sede en Skopje.

Los medios occidentales fijaron su atención en Macedonia cuando se informó que aproximadamente 30.000 personas habían "desaparecido de un día para otro" de un campamento en la llamada "tierra de nadie" de Blace, en la frontera entre Macedonia y Yugoslavia.

La reacción de las agencias humanitarias internacionales en Macedonia fue rápida y fuerte, y acusaron a Skopje de realizar su propia "limpieza étnica", similar a la emprendida por Milosevic en Kosovo.

Mucho menos difundida fue la respuesta de Macedonia, que culpó a los ataques aéreos de la OTAN por el éxodo masivo de kosovares de ascendencia albanesa.

Una declaración del Ministerio del Interior decía que la supuesta deportación repentina de 30.000 refugiados de Blace era mera "desinformación".

Desde marzo, señaló, pasaron 84.000 personas por Blace, de las cuales 36.000 fueron alojadas por familias albanesas locales, más de 40.000 fueron enviadas a tres campamentos dentro de Macedonia, y 8.000 enviadas a Albania.

"La mayor operación para movilizar a los refugiados desde el improvisado campamento en Blace fue implementada en los últimos tres días (desde el martes 6 de abril)", según la declaración.

"Más de 40.000 refugiados fueron trasladados en ómnibus a los campamentos de Stenkovec, Bojane y Radusa, mientras que 8.000 fueron trasladados a las ciudades albanesas de Podgradec y Corca. Se utilizaron 119 ómnibus para esta operación", agregó.

La mayoría de los analistas en Skopje afirmaron que es imposible llevar la cuenta de los refugiados y que las agencias internacionales están "inflando los números".

Funcionarios del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) dijeron previamente que las autoridades macedonias les habían negado el acceso al campamento.

El viceministro de Relaciones Exteriores de Macedonia, Boris Trajkovski, rechazó las acusaciones de tratamiento inhumano a los refugiados y agregó que "la policía utilizó una porra eléctrica sólo una vez, mientras las especulaciones según las cuales abrió fuego sobre los refugiados son totalmente erróneas".

Dijo a los periodistas que los funcionarios de Macedonia se habían reunido con representantes de ACNUR para discutir la crisis de los refugiados.

"No tenían respuesta a la pregunta sobre la fuente de sus datos respecto del número de refugiados. Según ellos, los números que poseen se basan en estimaciones", agregó Trajkovski.

ACNUR afirmó que aproximadamente 600.000 kosovares de ascendencia albanesa fueron desplazados desde que comenzaron los ataques el 24 de marzo.

Tihomir Ilievski, un alto funcionario del Ministerio de Relaciones Exteriores de Macedonia, dijo a Makfax que los ataques aéreos de la OTAN "provocaron el flujo de refugiados hacia Macedonia".

"Desde el comienzo hemos sido nosotros quienes llevamos la carga de esta crisis. Lo que sucedió en Blace es responsabilidad de la comunidad internacional. Cuando comenzó el arribo de refugiados el gobierno de Macedonia dijo que sólo podría albergar a 20.000 personas", destacó. (FIN/IPS/tra-en/vpz/ak/at-dg/ip/99

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