Los estados europeos, incluso los que integran la atacante Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), están preocupados por la prolongación y la posible extensión geográfica de la guerra de Yugoslavia y buscan una salida negociada.
La clave para esa solución estaría en el reconocimiento del papel de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), tanto para gestar un acuerdo como para la verificación posterior de su cumplimiento, que podrá incluir el despliegue de fuerzas militares internacionales en Kosovo, núcleo del conflicto.
El ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Igor Ivanov, se muestra convencido de que próximamente se llegará a "un acuerdo que permitirá parar la intervención militar de la OTAN", según dijo al diario El Mundo, de Madrid.
Ivanov añadió que ello permitirá "dar pasos hacia un arreglo político a través del Consejo de Seguridad de la ONU y con una participación internacional activa".
También este miércoles se pronunció por la posibilidad de la salida negociada el ministro de Defensa de Alemania, Rudolf Scharping, después de reunirse en Moscú con su par Igor Serguéyev y con Ivanov.
Serguéyev, además, expresó preocupación porque la OTAN decidió ampliar su zona de actuación a todo el espacio euroatlántico y sin considerar necesario para ello el mandato de la ONU.
La Unión Europea (UE) ha dado señales de que desea un acuerdo con participación de Rusia, al decretar un embargo de petróleo contra Yugoslavia, pero presionando dentro de la OTAN hasta lograr que el Consejo Atlántico renuncie a hacerlo efectivo por la vía militar.
Eso significa que las fuerzas de la OTAN podrán inspeccionar barcos, para aplicar sanciones a las empresas de la UE que vendan o transporten petróleo o derivados a Yugoslavia, pero no impedir su paso. Asimismo, se abstendrán de interceptar barcos rusos o de países ajenos a la OTAN.
Ivanov advirtió que el ataque a un petrolero ruso "sería una provocación". Pero "no creo que la OTAN se atreva a bombardear un barco ruso, porque eso tendría consecuencias muy graves", agregó.
Las palabras de Ivanov y Scharping contrastaron con declaraciones del secretario de Estado adjunto de Estados Unidos, Strobe Talbott, quien el martes viajó a Moscú para dialogar con las autoridades rusas, tras la larga conversación del domingo entre el presidente estadunidense Bill Clinton y el ruso Boris Yeltsin.
Talbott insistió en que la solución consiste en una retirada del Ejército y la policía de Yugoslavia de la provincia serbia de Kosovo, como condición previa a la detención del ataque de la OTAN y el inicio de las negociaciones para una salida política.
La anunciada visita a Moscú del secretario general de la ONU, Kofi Annan, tiene como finalidad discutir los términos de la propuesta rusa y a partir de ella buscar el apoyo de otros estados europeos para que la salida que se proponga sea negociada en el marco del foro mundial.
Ivanov considera que el nudo del conflicto es la pretendida presencia de un contingente de tropas extranjeras en Kosovo. El canciller ruso señaló que el presidente yugoslavo Slobodan Milosevic rechazó esa presencia durante las conversaciones de Ramboulliet, Francia, donde se intentó un acuerdo político antes del ataque de la OTAN.
"Pero ahora la presencia internacional (en Kosovo) es necesaria y todos comparten esa idea, incluido Belgrado", puntualizó.
Los contactos que en curso, que son "muy delicados", se refieren a la composición de esa fuerza multinacional, prosiguió.
Rusia tiene su propia propuesta de integración de esa fuerza internacional, así como "también la tienen los países de la OTAN", y algunos estados islámicos manifestaron estar dispuestos a participar "si se hace bajo la bandera de la ONU", concluyó Ivanov (FIN/IPS/td/ff/ip/99