El jefe del gobierno de Italia, Massimo D'Alema, declaró en la noche de hoy que "hay motivos de esperanza" para poner término al conflicto en Yugoslavia, tras una reunión con el emisario ruso Viktor Chernomyrdin.
D'Alema expresó su "vivo aprecio" por la iniciativa diplomática de Rusia, encabezada por el ex primer ministro Chernomyrdin, dirigida a buscar una solución política del conflicto, en una rueda de prensa conjunta.
Debe buscarse una solución política "y puede encontrarse", señaló por su parte Chernomyrdin, quien añadió que Belgrado debe comprender que "los refugiados deben regresar a su patria" y se les "debe asegurar su regreso y su vida pacífica".
"Nosotros debemos ofrecerles garantías a esos pueblos", subrayó el dirigente ruso, quien manifestó que "es necesario encontrar el modo de suspender los bombardeos de la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte)".
Antes de llegar a Roma, país considerado clave para la política hacia los Balcanes, Chernomyrdin se entrevistó en Bonn con el jefe del gobierno de Alemania, Gerhard Schroeder, cuyo país ocupa la presidencia de turno de la Unión Europea (UE).
El dirigente ruso no reveló ni en Bonn ni Roma la propuesta concreta que anunció al partir de Moscú le plantearía al presidente de Yugoslavia, Slobodan Milosevic, con quien se entrevistará este viernes.
Su "plan secreto", elaborado con el presidente de Rusia, Boris Yeltsin, lo discutió en Bonn y en Roma.
El cuidado de Chernomyrdin se explicaría, al menos en parte, por el hecho de que algunas de sus precipitadas declaraciones optimistas habían contribuido al fracaso de su primera misión en Belgrado, el 23 de abril.
En esa ocasión, Milosevic se había mostrado inflexible sobre lo que hoy se considera el principal obstáculo para el término de la guerra: la presencia en Kosovo de una fuerza internacional militar para obtener el fin de los bombardeos.
Milosevic aceptó más tarde esa fuerza, bajo la dirección de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), siempre que no estuviera integrada por los países de la OTAN, que exige ser el núcleo principal.
Otro punto fundamental consiste en quien debe dar el primer paso. Para comenzar el retiro de Kosovo, Milosevic quiere una tregua, mientras la OTAN sostiene que debe hacerlo antes de poner término a los bombardeos.
D'Alema anunció que este mismo jueves le comunicaría los "motivos de esperanza" al presidente de Estados Unidos, Bill Clinton.
Los observadores estiman que la solución "no está a la vuelta de la esquina", ya que el mediador ruso tiene ya programadas para la semana próxima nuevas misiones en Londres y París.
En esos días estará Clinton en Alemania, lo que permitiría hacer un balance de la situación al máximo nivel, a pocos días de la reunión de Bonn, el 11 de mayo, de los ministros de Relaciones Exteriores del Grupo de los Siete países más industrializados más Rusia.
El ex primer ministro ruso se reunirá el viernes en la mañana con Romano Prodi, presidente designado de la Comisión Europea (órgano ejecutivo de la UE), antes de reunirse en la tarde con Milosevic.
Antes de encontrar con el presidente yugoslavo, Chernomyrdin deseaba reunirse con los gobernantes de Alemania e Italia para presentarse en Belgrado con elementos nuevos.
Fuentes de la cancillería italiana señalaron que se está tratando de reunir en una posición común a Estados Unidos, Rusia, la ONU y la UE. El objetivo final es llegar a una resolución de la ONU que permita el empleo de los cascos azules en Kosovo. (FIN/IPS/jp/ag/ip/99