El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, apeló al sentido de historia de sus compatriotas para que este domingo decidan en un referendo si convocan o no una Asamblea Constituyente, que se propone usar como ariete para derruir a las fuerzas políticas tradicionales.
"Jamás se había hecho un evento como este en Venezuela (que estrena la figura del referendo). Para el pueblo llegó la hora de las grandes decisiones: gobiernen ustedes", dijo Chávez en una cadena de radio y televisión este sábado.
El fantasma de la abstención ronda la consulta, amenazando más con despojarla de legitimidad que de producir un resultado adverso a la propuesta presidencial de que una Constituyente redacte una nueva Carta Magna y además reestructure todo el ordenamiento jurídico de la nación.
Once millones de electores fueron llamados a decir Sí o No a dos preguntas: si se convoca la Asamblea y si para su elección, atribuciones y trabajos se deben seguir pautas propuestas por el gobierno.
El referendo, al que se llega después de batallas en los foros jurídicos y políticos acerca de su pertinencia, de sus contenidos y de su forma, adquirió un carácter de doble test para la presidencia de Chávez.
En primer lugar, medirá el respaldo a sus propuestas políticas. El mandatario fue elegido el 6 de diciembre con 56 por ciento de votos, y desde entonces, y sobre todo desde que asumió el 2 de febrero, ha sostenido su enfrentamiento con las cúpulas de los poderes Legislativo y Judicial.
La aprobación popular a Chávez se mantiene sobre 80 por ciento, pese a que aún no ha lanzado políticas económicas tangibles para la mayoría de sus compatriotas, a la espera de que el Congreso le autorizase a legislar por decreto, lo que recién obtuvo el jueves.
En segundo término, el referendo medirá la capacidad de convocatoria del Chávez líder, pues desde sus primeros discursos en la campaña electoral de 1998 hasta su mensaje de este sábado ha sido prácticamente el gran y único comunicador de su propuesta de Constituyente.
El referendo está ayuno de campaña por SI o NO. Muros y calles están desnudos de propaganda, no hay publicidad en los medios de comunicación, no hubo mítines o marchas en favor o en contra, los partidos y el liderazgo político, incluidos los chavistas, tomaron distancia del proceso.
El independiente Consejo Nacional Electoral hizo una modesta propaganda sobre la importancia de sufragar, con imparcialidad entre el SI y el NO. Los funcionarios del gobierno, comenzando por el presidente, deben ser institucionalistas y no pueden hacer campaña pública por una opción.
Sólo desde el viernes algunas figuras políticas que son ministros de Chávez, como el canciller José Vicente Rangel y el ministro del área social, Leopoldo Puchi, desfilaron por la televisión para pedir al electorado que acuda a votar.
Chávez, costreñido a solamente pedir que se cumpla con votar, retomó este sábado su discurso cargado de apelaciones a la historia para pedir a sus compatriotas que este domingo "se pronuncien sobre los cambios a los que aspiramos la inmensa mayoría de los venezolanos".
"Yo estoy pidiendo la opinión de los venezolanos para seguir con esta revolución pacífica y democrática. No he hecho como las cúpulas que tradicionalmente disponían de la voluntad de todos sin consultar", dijo Chávez para animar su confrontación con los partidos tradicionales.
Repitió una cita del libertador Simón Bolívar que ha convertido en estribillo de su campaña por la Constituyente: "Dichoso el ciudadano que bajo el escudo de las armas de su mando, convoca la soberanía nacional para que ejerza su voluntad absoluta".
La frase calza con la trayectoria de Chávez, que saltó a la fama al dirigir una cruenta sublevación militar en febrero de 1992, cuando era teniente coronel en el ejército, y con su tesis de que la Asamblea debe tener un poder originario, es decir, omnímodo sobre los poderes constituidos.
Por hacer de la Constituyente su principal consigna antes y después de la campaña que lo colocó en el poder, por su defensa del carácter originario de la misma y por su condición de casi el único propagandista eficaz, el referendo medirá la adhesión al cambio que propone Chávez.
La precisión de esa adhesión será medida por la participación efectiva en el referendo y por la diferencia entre los Sí que reciban la primera y la segunda pregunta: quien vote Sí a una y No a otra dirá que apoya el cambio pero no sobre las bases que propone el presidente.
A votar SI en ambas preguntas llamaron los partidos del Polo Patriótico (casi toda la izquierda y militares retirados) que respaldaron la candidatura de Chávez, y los opositores Causa Radical (obrerista) y Copei (socialcristiano).
Acción Democrática (AD, socialdemócrata), el partido que más gobernó Venezuela el último medio siglo, dejó en libertad a sus militantes para que se abstengan o voten como lo prefieran.
Pero connotados dirigentes de Copei y AD han llamado reiteradamente a votar NO y el presidente del CNE, Andrés Caleca, ha acusado de "gran fariseismo" a los sectores que promueven embozadamente el NO, o buscan la vía de la mayoritaría posición contraria de los mediso de comunicación para hacer campaña. (FIN/IPS/jz-eg/ip-la/99