La muerte del líder del Partido Comunista de Nepal, Manmohan Adhikari, ocurrida hoy, es un duro golpe para esa agrupación política, ya que era el favorito en las encuestas para ganar las elecciones generales del próximo lunes.
Adhikari, de 78 años, fue quien introdujo el comunismo en este país hace 50 años y fue primer ministro en 1994, en un momento crucial para la democracia más joven de Asia meridional.
Nepal tiene 21 millones de habitantes y es uno de los estados más pobres del mundo. El país se rige por una monarquía constitucional, y el 3 de mayo se realizarán las terceras elecciones nacionales desde que se instauró el régimen de gobierno multipartidario en 1990.
Las elecciones pondrán a prueba la democracia del país. El resultado de la votación de 1994 fue poco claro, y llevó a cambios constantes de gobierno en los últimos cinco años. Los nepaleses desean estabilidad, para lo cual es necesario evitar los cambios de lealtad política sucedidos en los últimos años.
Más de 2.000 candidatos se disputarán los 205 escaños de la cámara baja del parlamento. El Partido Comunista de Nepal (marxista leninista) de Adhikari, uno de los tres miembros de la coalición del primer ministro Girija Prasad Koirala, es un opositor clave.
Adhikari superaba a Koirala en las encuestas de opinión previas a las elecciones, y era el candidato a primer ministro de su partido, por lo cual se supone que su muerte afectará la votación.
Se aplazaron las elecciones en dos distritos electorales de Katmandú donde Adhikari era un fuerte contendiente.
Adhikari, el único de los fundadores del partido comunista nepalés que aún estaba vivo, también fue un importante propulsor de la agitación popular en favor de la democracia, que fue un factor importante para derrocar a la monarquía autoritaria.
Su popularidad aumentó en amplios sectores de la población rural cuando fue primer ministro durante 10 meses, como resultado de las elecciones de noviembre de 1994.
Antes de caer ante un voto de censura en setiembre de 1995, el gobierno de Adhikari aprobó una serie de leyes que sus críticos tacharon de "populistas".
Una encuesta preelectoral reveló que un buen número de nepaleses aprobaba las medidas que había puesto en marcha Adhikari durante su período de gobierno.
Según el analista político Krishna Hachhethu, del Centro de Estudios sobre Nepal y Asia de la Universidad de Tribhuvan, "se lo veía como un gobierno transparente, aunque también sentó muy malos precedentes".
Pero esto no impidió que el partido comunista se separara de una docena de facciones disidentes surgidas desde su nacimiento en 1949.
El Partido Comunista de Nepal se separó el año pasado del resto y ocupó el lugar de la oposición de la legislatura disuelta.
La facción de Adhikari quizá haya perdido la ventaja que tenía en la batalla electoral debido a la muerte de su líder, pero no todos comparten la opinión de que el grupo enfrenta una crisis de liderazgo.
Adhikari era, en los últimos años, sólo el dirigente titular del partido. El poder ejecutivo estaba en manos del secretario general, el ex viceprimer ministro Madhav Kumar Nepal.
"Su muerte sólo es un daño momentáneo para los comunistas porque Adhikari era meramente una figura. Incluso, la línea de sucesión del partido está muy clara", explicó Yogesh Upadhyay, editor del diario Kantipur, el de mayor circulación de este país.
Sin embargo, el partido sin Adhikari podría ser víctima de "una lucha interna por el poder, puesto que ya no tendrá un líder por consenso", agregó.
La muerte de Adhikari sobrevino justo cuando la insurgencia armada maoísta inició una violenta campaña para derrocar a la monarquía e instaurar un estado republicano. Los rebeldes anunciaron que sabotearán las elecciones.
Adhikari era una influencia moderadora dentro del partido comunista, y se lo conocía como "el rostro democrático" del comunismo en Nepal. (FIN/IPS/tra-en/sp/mu/ceb/aq/ip/99