Liberia parece dirigirse hacia una nueva guerra civil luego de que ataques rebeldes contra la localidad fronteriza de Voinjama obligaron a más de 5.000 civiles a huir hacia la vecina Guinea.
El gobierno acusó al ex líder del insurgente ULIMO-K, Alhaji Kromah, de haber organizado el ataque de la semana pasada.
El Movimiento Unido de Liberación de Liberia por la Democracia (ULIMO) fue fundado en 1991 y en 1992 se dividió en dos facciones. ULIMO-K está liderada por Kromah, que fue acusado de apoyar a los grupos musulmanes y a Libia, y ULIMO-J está comandada por Raleigh Seekie, en Sierra Leona.
Kromah escapó del país luego de perder las elecciones de 1997 contra Charles Taylor. El gobierno lo acusó de conspiración para realizar un golpe de estado en noviembre del año pasado. Juzgado en ausencia, fue hallado culpable de traición.
La primera guerra civil (1989-1997) dejó un saldo de 150.000 muertos.
El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), que confirmó la presencia de refugiados liberianos en Guinea, advirtió que más gente huirá hacia el país vecino si continúa la batalla de Voinjama.
"Los refugiados cruzaron la frontera hacia la localidad de Macenta. Nosotros les damos refugio y alimento, y nos preparamos para recibir más gente que podría verse obligada a cruzar la frontera por la inseguridad reinante en su país", declaró Acnur esta semana.
Miles de desplazados internos por los combates se instalaron en la localidad central de Gbarnga, según la Comisión de Repatriación de Refugiados de Liberia.
Los periodistas que visitaron Vainjama el fin de semana citaron relatos de testigos según los cuales hubo entre 20 y 50 muertos y dijeron haber visto cuerpos en estado de descomposición tirados por las calles.
La radio KISS de frecuencia modulada, afín a Taylor, señaló que los milicianos del ULIMO-K ocuparon Voinjama antes de las elecciones generales de 1997 y que esta vez se limitaron a retirar las armas y municiones escondidas allí durante el desarme de 1995, a fin de reanudar la batalla.
Uno de los insurgentes capturados, Mohamed Kromah, de 25 años, dijo haber sido reclutado en Guinea, según la radio KISS. Desde entonces, las relaciones entre ambos países son más tensas.
El ministro de Comunicaciones de Guinea, Ibrahim Mongo Diallo, desestimó las acusaciones de Liberia y señaló que su país jamás permitiría que los insurgentes atacaran Voinjama desde su territorio.
"Guinea desea que reine la paz en la subregión y no puede permitir que su territorio sea utilizado como centro de lanzamiento de agresiones contra un estado vecino", declaró Diallo el fin de semana.
Pero las autoridades de Liberia no se convencieron. El ministro de Comunicaciones, Joe Molba, insistió que Macenta es utilizada como centro de reclutamiento y refugio de disidentes.
Liberia se quejó ante la Organización de la Unidad Africana, la Organización de las Naciones Unidas, y la Comunidad Económica de Estados de Africa Occidental, cuya fuerza militar colaboró en la recuperación de la paz para ese país y supervisó el desarrollo de las elecciones.
Según datos no confirmados, Taylor pidió a su par de Sierra Leona, Ahmed Tejan Kabbah, que convenza al gobernante de Guinea, general Lansana Conté, de intervenir en la crisis fronteriza.
La tensión en Liberia aumentó desde que Taylor ganó las elecciones de 1997. Las fuerzas gubernamentales mataron a más de 350 personas el año pasado en una batalla callejera de dos días contra los seguidores de Roosevelt Johnson, el principal enemigo político del presidente.
Los seguidores del líder opositor Samuel Dokie también quedaron resentidos por el asesinato de Dokie, su esposa, su hermana y otros tres familiares cuando Taylor cumplió cinco meses en la presidencia.
Más de 100 miembros de la etnia mandingo, incluso dos comandantes de ULIMO-K, fueron detenidos por las fuerzas de Taylor. Kromah amenazó con terminar su exilio e ir a Liberia para luchar por la liberación de los presos.
Las tensiones aumentaron más aún porque 13 miembros de la etnia krahn, seguidores de Johnson, hallados culpables de una supuesta traición, fueron sentenciados en marzo a 10 años de prisión por un tribunal de Monrovia. (FIN/IPS/tra-en/jc/lf/mn/ceb/aq/ip/99