CUBA: Biofarmacéutica busca pasaje a Europa

Cuba no pierde la esperanza de llegar al mercado europeo con el fruto de su altamente desarrollada industria farmacéutica y de biotecnología, entre cuyos productos se destacan vacunas y medicamentos de probada eficacia.

Así al menos lo hicieron saber directivos del sector a una misión británica que visitó la isla en los últimos días, integrada, además de académicos, por ejecutivos del sector.

La isla ha logrado comercializar algunos de sus productos, aunque fundamentalmente en países de Asia y América Latina. Las compañías farmacéuticas de Europa, en tanto, han actuado con lentitud para acercarse a Cuba, se quejan directivos del sector.

Fuentes oficiales informaron que, por ejemplo, la vacuna antimeningocóccica tipo B y C, lograda en 1989, está registrada en 17 países, pero puede ser adquirida en sólo 10, entre ellos, Argentina, Brasil, Colombia, El Salvador, Nicaragua, República Dominicana y Uruguay.

"Estamos hablando de un mercado difícil, al cual no puede entrar cualquiera", comentó a IPS un especialista que reclamó reserva sobre su identidad, quien recordó que unos 25 consorcios transnacionales monopolizan casi dos tercios del negocio a nivel internacional.

Para empresarios europeos, negociar con Cuba en esta rama tiene sus atractivos, como costos reducidos de investigación y posibilidad de expandir carteras de productos, pero el problema de las patentes continúa siendo complicado.

Además, el bloqueo estadounidense, al que la ley Helms-Burton (1996) introdujo aplicación extraterritorial, amenaza con castigar cada intento cubano de penetrar en el mercado internacional.

Un ejecutivo cubano describió a la industria estatal de biotecnología y farmacéutica como "un secreto bien guardado", compuesto de una vasta e integrada red de laboratorios de investigación y centros de producción, científicos altamente calificados y una amplia gama de productos.

Mantener y continuar desarrollando el sector requiere, además, financiamiento, dado que la isla, también por efecto del bloqueo, tiene vedadas las principales fuentes internacionales de crédito.

La vacuna antimeningocóccica tipo B y C, única en el mundo para el combate de una enfermedad de peligrosos brotes epidémicos, es producida por el instituto de sueros y vacunas Carlos J. Finlay, que espera lograr su registro en Europa.

Al respecto, fuentes de esa institución aseguraron que tienen previsto presentar ante la Agencia Reguladora de Gran Bretaña la documentación necesaria sobre la eficacia y seguridad del inyectable, que se aplica gratis a la población infantil cubana.

La misma entidad está a cargo de más de 10 de los 27 proyectos de desarrollo de vacunas que integran el Programa Nacional de Inmunización de Cuba, que incluye preparados contra el virus de inmunodeficiencia humana (VIH) y el cáncer.

Estos últimos productos son hoy sometidos a ensayos clínicos en el Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología y en el Instituto de Oncología, respectivamente.

Potenciales vacunas contra el hemofilo influenzae, la fiebre tifoidea, y la bacteria neumococo se encuentran en fase de investigación básica, confirmó la directora del Instituto Finlay, Concepción Campa.

En procesos más avanzados, la especialista, citada por la prensa local, mencionó productos destinados a prevenir el cólera, el tétanos infantil y adulto, y el de acción triple contra la difteria, tétano y tosferina.

El Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB), a su vez, tiene registrada una vacuna contra la hepatitis B y fármacos como la estreptoquinasa recombinante, capaz de detener el infarto hasta seis horas después de iniciado.

Los éxitos del CIGB, incluyen el factor de crecimiento epidérmico, para el tratamiento de quemaduras, radiaciones y ulceraciones de la piel y que promueve una cicatrización de apariencia idéntica a la piel no dañada.

Otros productos igualmente efectivos fabricados en la isla son el PPG o ateromixol, que reduce el colesterol en la sangre, así como el interferón, proteína que se aplica en la isla desde 1981 en el tratamiento de enfermedades virales como el dengue hemorrágico y el algunos tumores.

No menos relevante es la obtención por medios biotecnológicos de una vacuna contra la garrapata del ganado bovino, causante de pérdidas en carne, leche y pieles valoradas a nivel mundial en 7.000 millones de dólares.

Con el nombre comercial de Gavac, ese antígeno demostró ser eficaz en 97 por ciento de los casos, en condiciones de campo.

En total, son más de 20 las instalaciones, entre centros de investigación y fábricas, las que integran la joven industria farmacéutica y de biotecnología de Cuba.

Una de ellas, el Centro de Biopreparados de Cuba (BIOCEN), se convirtió el mes pasado en la primera empresa de la rama biofarmacéutica de la isla en recibir la certificación ISO 9002, lo cual facilitará el acceso de sus productos al mercado de países industrializados.

Ese certificado internacional se otorgó al proceso productivo de vacunas, medios de cultivo y otros productos que elabora BIOCEN, entidad estatal cuyo personal promedia los 29 años de edad. (FIN/IPS/pg/mj/sc he if ip/99

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