La reactivación del diálogo de paz entre la principal organización de la guerrilla y el gobierno de Colombia aumentó las expectativas de una solución política al conflicto armado.
El día 20 podría haber un nuevo encuentro entre el presidente Andrés Pastrana y el líder de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), Manuel Marulanda, "Tirofijo".
La nueva etapa de las conversaciones de paz podría durar hasta el 7 de mayo.
Iniciado el 7 de enero, el diálogo entre el gobierno y las FARC fue suspendido 12 días después por la organización guerrillera, según la cual el Ejecutivo no ponía empeño en la persecución de los grupos paramilitares de ultraderecha.
En caso de que se relanzaran las negociaciones con las FARC, también podría reactivarse el contacto directo entre la administración de Pastrana y con representantes de la segunda fuerza insurgente, el Ejército de Liberación Nacional (ELN), iniciado en 1998 en Alemania y luego suspendido.
Para la Conferencia Episcopal colombiana la posibilidad de un nuevo encuentro entre Marulanda y Pastrana es esperanzadora.
Su presidente, Alberto Giraldo, estimó que el Ejecutivo debe acelerar el "despeje" (la evacuación) por las Fuerzas Armadas de los cinco municipios en que deben realizarse las negociaciones.
Un grupo de 40 obispos del Consejo Episcopal Latinoamericano, reunido en Bogotá desde este viernes, expresó su apoyo al proceso de paz.
María Mejía, canciller en el gobierno liberal de Ernesto Samper (1994-1998), también se dijo optimista respecto al ánimo dialoguista de las FARC y el Ejecutivo.
Para el analista político Luis Valencia, en cambio, el proceso de paz es aún muy frágil, en razón "del ir y venir de la guerrilla
"Basta un anuncio de 'Tirofijo' en el sentido de reanudar las negociaciones" para que se recupere la confianza en las intenciones de la guerrilla, pero al mismo tiempo no cesan los enfrentamientos armados con el ejército y los paramilitares, indicó el investigador de la privada Universidad de los Andes.
En una reunión que sostuvieron este jueves con 30 miembros de la Comisión de Paz del Senado y el Comisionado de Paz del gobierno, Víctor Ricardo, las FARC anunciaron que pedirán en las negociaciones que se les entregue un municipio como laboratorio experimental para la erradicación de cultivos de cocaína.
Solicitaron específicamente el municipio de Cartagena del Chairá, región selvática del sur del país que forma parte de las 128.000 hectáreas de coca cultivadas en Colombia, según estadísticas de la Policía Antinarcóticos.
La guerrilla está enviando "un claro mensaje al gobierno de los Estados Unidos", que acusa a las FARC de tener vínculos con las organizaciones de narcotraficantes, aseguró Valencia a IPS.
El 5 de marzo un comando de las FARC asesinó a tres ciudadanos estadounidenses, tensando aún más las relaciones con Washington, recordó el analista.
El diálogo de paz debe por otra parte superar los escollos que le presenta el accionar de los grupos paramilitares.
Este miércoles, las ultraderechistas Autodefensas Unidas de Colombia (AUC) amenazaron con atacar los cinco municipios de los que se retirarán las Fuerzas Armadas para permitir las negociaciones una vez que éstas culminen, el 7 de mayo.
El gobierno desestimó esa posibilidad, mientras el general Fernando Tapias, comandante del Ejército, dijo que la lucha contra los grupos paramilitares continuará y calificó de impensable que el proceso de paz no se pueda realizar por motivos de seguridad.
Para Valencia, sin embargo, los paramilitares están cobrando mucha fuerza. "Nos tienen en vilo esperando cada día una nueva masacre selectiva", señaló.
Esta semana, las AUC mataron a 15 personas y secuestraron un número aún indeterminado de campesinos acusados de "auxiliar a la guerrilla'.
Los comandos ultraderechistas se refugiaron en una zona selvática cernana a la frontera con Panamá, y son perseguidos por el ejército.
'El peligro con los paramilitares es que no respetan las fronteras", lo que podría llevar a una "internacionalización del conflicto", comentó Valencia. (FIN/IPS/mjl/dg/ip/99