CHILE: Dalai Lama despidió a cardenal y opinó sobre caso Pinochet

Con un pañuelo blanco, según el ritual budista, el Dalai Lama despidió hoy al cardenal Raúl Silva Henríquez, en el segundo de sus cinco días de visita a Chile, marcados también por sus pronunciamientos sobre el caso Pinochet.

El líder político y espiritual del Tíbet llegó hasta la Catedral Metropolitana de Santiago cuando culminaba el velatorio público de Silva Henríquez, el cardenal fallecido el viernes a los 91 años de edad y sepultado este lunes.

Luego de inclinarse sobre el féretro y permanecer en silencio algunos minutos, el Dalai Lama dejó un pañuelo blanco sobre la urna, como señal de adiós y admiración por el prelado que fuera el símbolo de la defensa de los derechos humanos en Chile durante la dictadura del general Augusto Pinochet (1973-90).

El Premio Nobel de la Paz 1989 llegó a Santiago este domingo, invitado por la Fundación Tíbet de Chile, que le dio la bienvenida con un concierto "new age" en el Centro Cultural de la Estación Mapocho, al cual asistieron 5.000 personas.

El líder budista visita Chile en el curso de una gira que incluye también a Argentina y Brasil y que, según afirmó, "no es de naturaleza política sino cultural, de educación y espiritual".

No obstante, como ocurre en cada viaje del Dalai Lama, su visita a Santiago provocó reacciones de la embajada de China, que protestó por la decisión del presidente Eduardo Frei de recibirlo en una audiencia especial en el palacio de La Moneda.

La cancillería chilena aclaró la semana pasada que la decisión presidencial no implica un pronunciamiento del gobierno sobre las demandas de emancipación del Tíbet, cuyos 100.000 refugiados sostienen que su país es ocupado militarmente por China.

La cancillería dijo igualmente que la entrevista de Frei con el Dalai Lama no es un "gesto inamistoso" hacia el gobierno de Beijing, con el cual Chile mantiene "las mejores relaciones".

"Eso pasa siempre", comentó el líder budista en una conferencia de prensa este domingo, a propósito de las protestas diplomáticas chinas por su visita.

"La cuestión tibetana no es mía ni de 100.000 refugiados, sino un problema que atañe a seis millones de tibetanos, a su cultura y medioambiente. Y yo, siendo el Dalai Lama, en quien el pueblo confía, tengo la responsabilidad de atenderlo", dijo.

Insistió en el carácter pacífico de las demandas de independencia del Tíbet. "Somos vecinos (con China) y es esencial no mantener el odio. Cada año busco cómo encontrar algo en el espíritu de la reconciliación", añadió.

Este mismo espíritu de reconciliación mostró el Dalai Lama a propósito del ex dictador Pinochet, de 83 años, arrestado desde octubre de 1998 en Londres y que posiblemente enfrentará desde el jueves un juicio de extradición a España.

Tenzin Giatso, nombre del décimo cuarto Dalai Lama, sostuvo que la venganza no es el camino correcto y recalcó el valor del perdón ante las violaciones de los derechos humanos cometidas en Chile durante la dictadura.

"Pero eso -aclaró- no significa olvidar lo que pasó. Hay que poner bien en claro lo malo que haya sucedido y luego, con un espíritu de reconciliación, disponerse a perdonar".

A Pinochet, continuó, como "hombre de avanzada edad puede aplicársele el perdón", pero "como todos somos iguales ante la ley, hay que respetar cualquier decisión de la justicia", concluyó. (FIN/IPS/ggr/dg/ip-hd/99

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