La incertidumbre política creada por la investigación parlamentaria de actuaciones del Banco Central y el Poder Judicial enfrió esta semana el optimismo en el mercado financiero de Brasil, anulando las buenas noticias económicas.
El inversionista húngaro-estadounidense George Soros interpretó como el "fin oficial" de la crisis global la colocación de títulos brasileños en el mercado internacional por 2.000 millones de dólares, realizada el jueves.
Pero la noticia fue acogida con menos entusiasmo en Brasil. La Bolsa de Sao Paulo cerró este viernes con una caída de 0,46 por ciento y escaso volumen de negocios. En la semana acumuló una pérdida de 3,47 por ciento.
El mercado de Río de Janeiro retrocedió 4,8 por ciento en la semana y 0,3 por ciento el viernes.
El dólar, que se cotizó a 1,73 reales el martes, bajó a 1,69 reales este último dia hábil de la semana, indicando una tendencia a cierta estabilidad en ese valor.
El nuevo factor de intranquilidad son los hallazgos de la Comisión Parlamentaria de Investigación (CPI), creada por el Senado la semana pasada para indagar irregularidades en el sistema financiero.
El descubrimiento de documentos que señalan al ex presidente del Banco Central Francisco Lopes como sospechoso de favorecer a algunos bancos privados provocó el lunes y el martes una fuerte caída de las bolsas y del real.
El presidente Fernando Henrique Cardoso ordenó al ministro de Hacienda, Pedro Malán, y al Banco Central, acelerar la investigación interna sobre posibles irregularidades ocurridas antes y después de la devaluación cambiaria del 13 de enero.
Hay denuncias de que un alto funcionario del Banco Central vendió informaciones a cuatro bancos privados y es preciso aclarar la venta de dólares a dos de ellos, el 14 de enero, a una cotización inferior a la del mercado.
También la Policía Federal y el Ministerio Público investigan el asunto. Comisarios de policía y procuradores del Ministerio Público se incautaron de documentos en la residencia de Lopes el sábado pasado.
Las actuaciones se concentraron hasta ahora en Lopes, que dispuso la devaluación cambiaria y en los dos pequeños bancos quebrados, que recibieron ayuda en dólares baratos.
Pero se trata sólo de la fase inicial de las labores de la CPI. Otro hecho denunciado involucra a numerosos bancos, que con la devaluación obtuvieron más ganancias que en los 12 meses del año pasado.
El diputado Aloizio Mercadante, del opositor Partido de los Trabjadores, aseguró que en vísperas de la devaluación, algunos bancos invirtieron sus posiciones en el mercado futuro, pasando de deudores a grandes acreedores en dólares y obteniendo grandes utilidades.
La investigación de ese caso se refiere a los bancos más importantes del país, especialmente los extranjeros, y preocupa a los inversionistas internacionales.
El nuevo presidente del Banco Central, Arminio Fraga, en misión en Estados Unidos, tuvo que responder a muchas preguntas sobre la CPI y los probables efectos económicos de la investigación emprendida.
Las relaciones de la autoridad monetaria con los bancos privados constituyen el principal blanco de las investigaciones y el resultado de las actuaciones podría afectar la credibilidad del Banco Central.
Los senadores crearon también otra comisión para examinar centenares de denuncias contra el Poder Judicial, que se refieren a actos de corrupción, malversación de fondos, nepotismo y sentencias absurdas contra el Estado.
Esa segunda investigación agrega incertidumbre sobre la estabilidad institucional del país, ya que podrían surgir conflictos graves entre los poderes del Estado.
Las comisiones parlamentarias de investigación seguirán en funciones al menos hasta julio, con la consiguiente expectativa de nuevas revelaciones y el suspenso en el mercado financiero. (FIN/IPS/mo/ff/ip/if/99