El problema para la economía de Brasil es ahora el exceso de optimismo, advirtieron autoridades y varios analistas, a la vista del vuelco de las expectativas en marzo y la persistencia de riesgos.
La cotización del dólar cayó 16,6 por ciento en el mes anterior, la bolsa de Sao Paulo tuvo un alza de 20,04 por ciento y las tasas de interés del Banco Central bajaron de 45 a 41,95 por ciento y tienden a seguir a la baja, acompañando la inflación.
La recuperación del real indica que ya pasó el período de devaluación y oscilación descontrolada que siguió a la modificación de la política cambiaria dispuesta el 13 de enero.
El tipo de cambio actual, de 1,72 reales por dólar, se acerca a la meta fijada para fines de año en el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), que es de 1,70 reales.
Ya se revisan las previsiones de recesión económica. El ex presidente del Banco Central Francisco Gros, hoy director para América Latina del banco estadounidense Morgan Stanley, cree que el producto nacional puede caer sólo dos por ciento este año, la mitad del retroceso pronosticado anteriormente incluso por el gobierno.
Pero Gros advirtió que un optimismo exagerado puede echar todo por la borda. La crisis internacional aún persiste y Brasil sufrirá sus efectos si no ejecuta con rigor el ajuste fiscal, porque los inversionistas desconfían de su economía, sostuvo.
También hay riesgos internos. El ministro de Hacienda, Pedro Malán, y varios líderes empresariales temen las turbulencias que podría provocar la Comisión Parlamentaria de Investigación sobre irregularidades del sistema financiero, propuesta por una mayoría de senadores.
Insistentes rumores sobre la renuncia de Malán y especulaciones sobre sus posibles sustitutos indican que la estabilidad es todavía una meta lejana.
Malán y el presidente del Banco Central, Arminio Fraga, reiteraron que queda mucho por hacer y que no es posible aflojar las medidas de austeridad.
Pero las buenas noticias se acumularon en las últimas semanas y determinaron la caída de las tasas de interés en el mercado de futuros, a 36 por ciento en mayo y menos de 32 por ciento en junio. De confirmarse la rebaja de intereses, mejorarían las cuentas públicas y la recesión y el desempleo perderían fuerza.
La devaluación del real frente al dólar es ahora de 42,4 por ciento sobre la cotización que la moneda nacional alcanzaba el 13 de enero, después de haber llegado a 70,8 por ciento a fines de febrero.
La situación cambió de modo radical. El Banco Central compró dólares en los últimos cinco días, elevando sus reservas. Con su intervención, la autoridad monetaria intentó evitar una recuperación muy acentuada del real.
La posición del Banco Central es holgada, si se comparan sus reservas con el monto de 3.000 millones de dólares que, según alo acordado con el FMI, puede vender en el mercado cambiario, destacó Fraga.
La inflación, factor crítico y prioridad del programa de estabilización, cedió en marzo, desmitiendo las previsiones pesimistas. El índice usado por el mercado financiero bajó de 3,61 por ciento en febrero a 2,84 por ciento en marzo.
Los precios al consumidor no serán afectados por la fuerte elevación de valores en el mercado mayorista en los dos últimos meses, segn los expertos. Eso elimina la necesidad de altos intereses para contener la inflación.
La bolsa de Sao Paulo acumuló en marazo un alza de 20,04 por ciento. Es un poco menos que el 20,45 por ciento de enero, pero la situación es muy distinta.
En efecto, el valor de las acciones aumentó en marzo paralelamente a la recuperación del real. Es decir, la ganancia medida en dólares fue casi el doble que en enero, cuando la subida del índice burástil no compensó ni siquiera un tercio de la devaluación del real.
Desde enero, las bolsas de Río de Janeiro y Sao Paulo acumularon un avance de cerca de 58 por ciento, superando la devaluacin del real y en evidencia del regreso de los inversionistas extranjeros.
A la recuperación del optimismo contribuyó la persistencia de los créditos comerciales e interbancarios, un triunfo de las gestiones de Malán y Fraga ante los grandes mercados financieros.
El flujo de créditos impulsará las exportaciones, que cayeron en los tres últimos meses, pese al estímulo recibido de la devaluación cambiaria. (FIN/IPS/mo/ff/if/99