Los accionistas de una importante firma inversora de Estados Unidos están decididos a bloquear la financiación de la represa china de Tres Gargantas, apodada "la Chernobyl de la energía hidroeléctrica".
Dos pequeños accionistas de la firma Morgan Stanley Dean Witter desafiaron la construcción de la represa de Tres Gargantas, sobre el río Yangtze.
La compañía prestó su intermediación para conseguir financiación indirecta para la obra, que comenzó a construirse en 1994 y cuya conclusión se calcula para el 2010.
La represa es una de las obras de ingeniería civil más grande del mundo, y el embalse resultante será el más grande del mundo, con más de 640 kilómetros de largo.
La publicación británica de medicina, The Lancet, ya advirtió que la malaria y la esquistosomiasis, ambas afecciones potencialmente mortales, podrían convertirse en enfermedades endémicas en la región cercana al embalse.
Si eso ocurriera, la represa se convertiría en "la Chernobyl de la energía hidroeléctrica", anunció la publicación.
Los defensores de la represa sostienen que ésta es esencial para controlar las inundaciones y proveer electricidad. Los críticos argumentan que la obra sólo servirá para generar recursos económicos cuestionables, y graves problemas ambientales y de derechos humanos.
Los accionistas de Morgan Stanley serán expuestos a ese debate en su reunión general anual, que se realizará el próximo viernes.
La resolución advierte que "aunque su compromiso con la represa de las Tres Gargantas sea indirecto, (la compañía) se arriesga a tener publicidad negativa y a ser boicoteada por sus clientes, que utilizan, entre otros, sus servicios de corredores de bolsa y la tarjeta de crédito 'Discover"'.
"Hay un riesgo cierto de que recibamos un golpe en nuestras relaciones públicas", explicó Simon Billenness, analista de Trillium Asset Management, el promotor de la resolución.
La obra desplazó a cerca de dos millones de personas de ciudades, pueblos y granjas cercanos para dejar lugar a la represa y el embalse.
Los desplazados tuvieron enfrentamientos con la policía cuando se quejaron ante el gobierno porque la promesa de brindarles subsidios de reasentamiento nunca fue cumplida.
El Congreso Nacional del Pueblo abandonó el proyecto de la represa en 1992, por temor a que se multiplicara la violencia, pero los legisladores fueron desautorizados por el entonces primer ministro Li Peng.
Trillium, antes llamada Corporación Franklin para la Investigación y el Desarrollo, es un consorcio de administración de fondos de inversión. El consorcio escribió la resolución en nombre de dos clientes, cada uno de los cuales tiene un pequeño interés en Morgan Stanley.
La resolución pide a Morgan Stanley que "en octubre entregue a los accionistas y los empleados un informe sobre los criterios de garantía, inversiones y préstamo, que incorpore datos sobre el impacto que causará la transacción en el ambiente y los derechos humanos, además de detallar los riesgos posibles para la reputación de la compañía".
El informe deberá incluir empresas de riesgo compartido como la China International Capital Corporation (CICC).
Morgan Stanley es dueña de 35 por ciento de la firma china, que tendría la intención de emitir acciones, bonos o ambos para la Corporación del Proyecto Tres Gargantas y otras entidades que participan en la obra.
El directorio de Morgan Stanley se opone a la resolución porque, sostiene, amenaza la discreción que se necesita para preservar la competitividad de la compañía.
"La propuesta demandaría que el Consejo emita un informe con los criterios que la compañía utiliza para evaluar sus transacciones de inversión bancaria", señalaron los directores en un comunicado que recomienda que los accionistas no apoyen la resolución.
"Todos los factores que considera la compañía reflejan la flexibilidad que necesita para realizar sus negocios. Un informe que discuta esos factores podría perjudicar la competitividad y la rentabilidad de la compañía, ya que los competidores no revelan esa información", afirmaron.
"No quisiéramos que la compañía revele un informe que contenga información reservada que perjudique su competitividad", replicó Billenness, quien no obstante considera que hay otras razones en juego.
Los directores "quieren asegurarse que no estarán limitados por políticas ambientales y de derechos humanos. No quieren que este caso conduzca a ese tipo de cambio", argumentó.
"Queremos asegurarnos que el legado de este esfuerzo vaya más allá de detener al proyecto de Tres Gargantas, y que también cambie la manera en que estas compañías manejan estos asuntos en el futuro", precisó.
Los directores de Morgan Stanley aseguraron que la compañía no tiene participación directa en Tres Gargantas, y que no controla la CICC.
Pero en enero de 1997, la empresa garantizó seis millones de dólares en bonos para el Banco de Desarrollo Estatal (BDE) chino, parte de una emisión de 330 millones de dólares en bonos "yanquis".
El segundo mayor compromiso de préstamo sin financiar en la historia del BDE se concedió a la Corporación de Desarrollo de Tres Gargantas.
Las gestiones para recaudar dinero en el exterior tuvieron que optar por esa vía "indirecta", lo que refleja la falta de interés de las firmas extranjeras de inversión en vincularse con un proyecto considerado políticamente sensible y financieramente arriesgado.
Nadie piensa que la resolución será aprobada sin problemas, pero Billenness espera obtener al menos el tres por ciento de los votos de los accionistas que se necesitan para mantenerla en discusión para la próxima asamblea general del 2000.
"Esto le mostraría a la compañía que no vamos a ceder y le desmostraría a los inversores extranjeros que la participación en Tres Gargantas, incluso indirectamente, les provocaría más problemas que otra cosa", sostuvo. (FIN/IPS/tra-en/aa/mk/ceb-aq/if-en/99
