El Caribe considera las consecuencias adversas que tendrán para la región el fallo de la Organización Mundial del Comercio (OMC) contra el régimen de importación del banano que tiene la Unión Europea (UE).
La OMC falló el miércoles a favor de la posición de Washington que sostiene que el régimen de importación a Europa del banano procedente de las ex colonias europeas en Africa, el Caribe y el Pacífico (ACP) viola las normas del organismo internacional.
La decisión puso fin a una lucha de seis años entre Washington y Bruselas.
El gobierno de Bill Clinton asegura que el régimen arancelario preferencial europeo discrimina a las compañías transnacionales estadounidenses propietarias de grandes plantaciones de banano en América Central.
Washington tampoco se conformó con los cambios que la UE impuso al régimen, el último de ellos adoptado en enero.
La decisión del miércoles permite que Washington imponga un arancel de 100 por ciento, lo que equivale a 191 millones de dólares en productos importados a Estados Unidos desde Europa. La cifra es una reducción importante de los 520 millones que Washington había anunciado antes.
Estados Unidos no produce bananos y muchos sostienen que la medida del gobierno de Clinton responde a un compromiso político con la transnacional estadounidense Chiquita Brands, cuyo presidente, Carl Lindner, es un gran contribuyente del partido Demócrata, en el poder, y del opositor Republicano.
Aunque aseguran que el peso político de Lindner influyó sobre la acción de Estados Unidos, algunos dirigentes del Caribe señalan que lo que ellos defienden está más allá de ese asunto.
"Estados Unidos y Europa tienen intereses mucho mayores en juego" que el banano del Caribe, dijo Renrick Rose, director de la Asociación de Granjeros de las Islas de Barlovento, con sede en San Vicente.
Uno de esos intereses es "la idea de la hegemonía en la OMC", destacó Rose. "Varias reglas de la OMC aún siguen sin probarse", señaló, y opinó que "Washington quiere imponer sus intereses, su dirección y su interpretación de las normas" del organismo.
Washington "considera que tiene que luchar con la UE, Japón y el bloque asiático. Si nosotros (los productores de banano del Caribe) debemos sufrir en el proceso, entonces mala suerte. Para ellos hay intereses mayores en juego", dijo Rose a IPS en una entrevista telefónica desde Kingstown.
El primer ministro de Santa Lucía, Kenny Anthony, cuyo país es el mayor productor de banano en las Islas de Barlovento, tiene una postura similar.
Anthony explicó que los productores caribeños ocupan poco más de tres por ciento del comercio mundial de banano y nueve por ciento del mercado europeo, por lo que se encuentran indefensos en la guerra comercial entre Estados Unidos y la UE.
"Estados Unidos eligió al banano del Caribe para librar su guerra con Europa. Ahora queda muy claro que somos las víctimas desventuradas de esa guerra", dijo a la prensa en conferencia de prensa en Miami.
"Nosotros no tuvimos nada que ver con esa guerra. No queremos esa guerra, y creemos que debería haber una manera más civilizada de manejar esos problemas ", sostuvo Anthony.
"Nosotros somos parte de los daños colaterales", ironizó Anthony Bryan, profesor de Relaciones Internacionales de la Universidad del Centro Norte-Sur de Miami.
Bryan está inquieto por la crisis inminente, al igual que tantos otros que siguen de cerca la situación.
"Europa no ganará esta vez, lo cual es de lamentar. La UE no tendrá opción y deberá aplicar un régimen que cumpla con las reglas de la OMC. Dicho régimen no podrá mantener la viabilidad de la industria bananera regional", dijo Bryan a IPS.
"Habrá que realizar una transición, y el momento de hacerlo es ahora, no cuando la industria ya haya sufrido un colapso", advirtió.
Los países productores de banano son capaces de diversificar su producción y de lograr la prosperidad económica, a pesar de las limitaciones que tienen por su tamaño reducido y la escasez de recursos, sobre todo en países diminutos como Dominica. Barbados es un modelo de que esto es posible, declaró Bryan.
Los países necesitarán asistencia técnica para su desarrollo en el período de transición, recalcó. Los proyectos de ayuda para el desarrollo propuestos por Estados Unidos son confiables, señaló, "pero el problema excede la capacidad de esos programas".
Bryan pidió que se realicen consultas entre la UE, Estados Unidos y el Caribe para diseñar un nuevo régimen de importaciones y programas de asistencia técnica para ayudar a los países productores de banano a salir de la crisis que será la consecuencia inevitable de los últimos sucesos.
"En el contexto del comercio y del capitalismo mundiales, no importa si uno es pequeño y sufre. Lo que debe hacer es competir. Las reglas son las mismas para todos", se quejó Rose. (FIN/IPS/tra-en/ps/cb/aq-ceb/if/99