ASIA: Pronostican recuperación económica gradual de la región

La economía de Asia mejorará gradualmente a partir de 1999, luego de tocar fondo en una recesión que mostró la necesidad de "reformas mínimas" del sistema financiero mundial, afirmó hoy el Banco Asiático de Desarrollo (ADB).

En un informe titulado "Perspectivas de Desarrollo Asiático, 1999", el ADB, con sede en Manila, pronosticó que los países en desarrollo de Asia tendrán este año un crecimiento promedial del producto interno bruto (PIB) de 4,4 por ciento. El incremento del PIB de esos países en 1998 fue 2,6 por ciento en promedio.

El banco considera que las economías recientemente industrializadas de Hong Kong, Corea del Sur, Singapur y Taiwán, que se redujeron 1,4 por ciento el año pasado, crecerán en conjunto 2,3 por ciento durante 1999.

Para el sudeste de Asia, donde se registró una contracción de 6,9 por ciento de las economías durante 1998, el ADB espera un crecimiento de 0,8 por ciento este año.

"Creo que lo peor de la crisis financiera ha pasado y que las economías afectadas tocaron fondo", dijo el presidente del ADB, Tadao Chino, al dar a conocer el informe este lunes, agregando que 1999 debería traer "notables mejoras" en la economía regional.

También afirmó que, como la situación ha mejorado, el énfasis de las políticas económicas "pasó del manejo inmediato de la crisis a la aceleración de la recuperación".

Se prevé que la economía de Corea del Sur, que se redujo 5,5 por ciento en 1998, crecerá 2 por ciento este año y 4 por ciento en el 2000. En Tailandia, donde se registró una contracción de 8 por ciento el año pasado, se espera un crecimiento cero este año y un crecimiento de 2,5 por ciento en el 2000.

El destino de Indonesia continúa siendo "incierto" para el ADB, aunque se consideró probable que, tras la reducción del PIB de 13,7 por ciento en 1998, la economía de ese país pase a crecimiento cero este año, y aumente 2 por ciento en el 2000.

"La turbulencia económica nos hizo conscientes de los riesgos involucrados en la integración y los problemas que trae confiar demasiado en que el capital privado a corto plazo financie el desarrollo", señaló el informe.

En lo referido a la necesidad de cambios en el sistema financiero, el banco propuso "reformas mínimas dentro del marco institucional existente", pero indicó que no ve la necesidad de transformaciones radicales en escala mundial.

El informe fue pesimista sobre la posibilidad de crear una nueva "arquitectura financiera global", señalando que muchas de las propuestas al respecto "son interesantes, pero impracticables", o "innovadoras, pero incoherentes entre sí".

Según el ADB, es poco probable que haya acuerdo sobre una nueva estructura mundial del sistema financiero, porque es difícil que los países logren simultáneamente los objetivos de soberanía nacional, regulación del mercado financiero y apoyo y al capital y a su movilidad.

El banco considera, en cambio, que deben procurarse reformas dentro del sistema actual.

Entre ellas se mencionaron la negociación de normas mínimas internacionales para la actividad financiera, una regulación prudente de las cuentas de capital, la reforma de los regímenes de cambio, la reestructuración ordenada de las deudas de difícil cobro y el fomento de líneas de crédito para el sector privado.

"Estas propuestas no constituyen un nuevo Bretton Woods. No apuntan a formar una nueva burocracia masiva ni a una gran inversión de fondos públicos. Sin embargo, podrían ayudar a reducir el riesgo de crisis financieras y a reducir su gravedad en caso de que ocurran", dijo el informe del ADB.

La conferencia internacional de Bretton Woods, realizada en julio de 1944 en Estados Unidos, resolvió la creación del Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial.

El ABD señaló que "la gradual y cuidadosa remoción de los controles de capital podría ser apropiada para países cuyos mercados internos de capital están subdesarrollados, y cuya capacidad para regular el riesgo excesivo tomado por instituciones locales es limitada".

De todos modos, la institución no está de acuerdo con medidas de control del capital como los aplicadas por el gobierno de Malasia para enfrentar la crisis.

Según el ABD, la crisis no elimina la conveniencia de la apertura al libre movimiento del capital, sino que significa que el proceso de liberalización debe ser mejor manejado, mediante un "enfoque cuidadoso, ordenado y secuenciado".

En un capítulo sobre apertura comercial y a los flujos de capital, el informe citó un estudio del propio ADB, según el cual entre 1965 y 1990 el crecimiento económico anual fue 2 por ciento más alto, promedialmente, en las economías asiáticas orientadas hacia el exterior que en las que priorizaron el mercado interno.

Sin embargo, el informe elogió a China por ir despacio en sus políticas de apertura, afirmando que "se salvó de las grandes fugas de capital sufridas por muchos otros países de Asia porque no estuvo dispuesta a confiar en las inversiones a corto plazo, y aplicó estrictas normas de control del movimiento de capitales".

Esto ayudó a China aumentar sus reservas de moneda extranjera a 145.000 millones de dólares, una cifra sólo superada en el mundo por Japón.

"La combinación de grandes reservas y severas restricciones a los movimientos del capital extranjero hace que sea poco probable que China sufra un pánico financiero como el que afectó a muchos de sus vecinos", observó el ABD.

China (cuyo crecimiento bajará, según se prevé, de 7,8 por ciento a 7 por ciento este año) y Taiwán resultaron menos perjudicados por la crisis que muchos de sus vecinos asiáticos.

El banco no se sumó a las críticas contra el FMI por sus prescripciones para países como Corea del Sur, Indonesia y Tailandia, que según diversos analistas empeoraron la situación de esos países.

El ADB dijo que es fácil criticar al FMI en retrospectiva, pero que no corresponde culparlo por no prever la crisis.

"El hecho de que el FMI suavizara sus metas fiscales con el tiempo sugiere claramente que sus prioridades cambiaron a medida que el panorama económico regional empeoraba", agregó el informe.

Según el ADB, "las perspectivas para Asia en 1999 dependen del destino de las iniciativas actuales de reforma y del humor de los mercados mundiales de capital".

"Mientras los mercados internacionales de capital continúen inestables, los países en desarrollo de Asia y del mundo serán vulnerables al pánico de los inversores", añadió.

La economía de Indochina fue afectada por la crisis, aunque no tan seriamente como otros países, porque muchos de los inversores en su economía provienen de la propia región.

El área del Pacífico Sur quedó relativamente a salvo de los efectos de la inestabilidad financiera, pero éstos alcanzaron a Islas Salomón, que envía dos tercios de sus exportaciones a la región.

En el sur de Asia no se registraron grandes daños, y se espera que sus economías crezcan 5,5 por ciento este año, con un leve descenso en relación con el incremento de 5,7 por ciento registrado en 1998, para llegar a un crecimiento del PIB de 5,8 por ciento en el año 2000.

Para el PIB de India se pronostica un crecimiento de 5,9 por ciento en 1999, el mismo que el año pasado. En cambio, se prevé que el incremento del PIB de Pakistán caiga a 3,4 por ciento, tras alcanzar 5,4 por ciento en 1998, debido al impacto de las sanciones impuestas a ese país por realizar pruebas nucleares.

Se espera que el crecimiento de Sri Lanka disminuya ligeramente, de 5,3 por ciento en 1998 a 5 por ciento este año, y que el de Bangladesh caiga de 5,7 a 5,5 por ciento este año. (FIN/IPS/tra-en/js/at/mp/if/99

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