AMERICA CENTRAL: Desintegración frena pacto comercial con México

La constitución de una zona de libre comercio mesoamericana, acuerdo esbozado hace ocho años por México y América Central, se ha convertido en un verdadero dolor de cabeza para la mayoría de los protagonistas del proceso.

Las partes en el diálogo se encuentran enfrascadas en una negociación interminable y a la que América Central ingresó fragmentada. La zona de libre comercio mesoamericana forma parte de los acuerdos políticos adoptados en el marco del mecanismo de diálogo denominado Tuxtla-Gutiérrez, creado en 1991 entre México y América Central.

El proceso de Tuxtla-Gutiérrez supone que México no sería ya visto como "el hermano mayor", sino como un socio para el desarrollo de su contraparte (Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua y Costa Rica).

El sociólogo guatemalteco Edelberto Torres, uno de los participantes en un foro realizado esta semana, atribuyó parte del bloqueo del diálogo entre México y América Central al propio estancamiento del proceso de integración centroamericano.

Torres señaló el hecho de que Costa Rica haya firmado en 1994, sola, un acuerdo de libre comercio con México, y que en 1998 Nicaragua haya firmado otro, mientras los restantes tres países están en negociaciones hace seis años.

"La uniformidad arancelaria se perdió y la unidad se rompió", dijo el experto, y agregó que el proceso de la creación de una zona de libre comercio en América Central, que se inició en la década del 60, y el posterior de la unión aduanera "está roto".

Expertos de los países involucrados analizaron en un foro de sociedad civil, realizado en Guatemala los días 18 y 19, las razones por las que México y América Central no han podido concretar el acuerdo.

Costa Rica recibió críticas del sector productivo tras comprobarse que la negociación había resultado desventajosa para este país. Una readecuación del tratado, hecha este año, resultó más positiva a los ojos de los exportadores.

Alberto Henríquez, director de Desarrollo Regional Local de la Fundación para el Desarrollo (Funde), de El Salvador, sostuvo que América Central tendría un mejor escenario si los niveles de integración fueran mayores.

El huracán Mitch en octubre y noviembre reveló niveles de integración muy bajos, a tal punto que en la reunión del Grupo Consultivo que se realizará en Estocolmo "se dará mayor énfasis a las propuestas nacionales que a las regionales", indicó.

El Grupo Consultivo fue constituido por países donantes y organismos multilaterales tras el desastre que causó el huracán. América Central recibirá ayuda para proyectos concretos de reconstrucción y el Grupo se reunirá para conocerlos el 25 de mayo en Estocolmo.

Henríquez opinó que, aún en términos económicos, los avances en la integración centroamericana están muy por debajo de las expectativas. Los hechos parecen darle la razón.

No fue sino hasta marzo de este año que los ministros de Comercio de los cinco países firmaron un tratado de solución de controversias comerciales, acordaron un reglamento de medidas de normalización, metrología y procedimientos de autorización y otro sobre medidas y procedimientos sanitarios y fitosanitarios.

Esto significa que, después de 40 años, América Central tiene al fin instrumentos jurídicos en su esquema de integración. Antes de marzo, por ejemplo, las represalias eran la forma usual de resolver conflictos.

Henríquez, al igual que Torres, considera que los niveles de desintegración de América Central se perciben en sus relaciones con México, pues dos países negociaron por separado y otros tres, los del Triángulo Norte (El Salvador, Guatemala y Honduras), lo negocian hace seis años.

En el foro realizado en Guatemala, denominado II Encuentro sobre Relaciones Económicas México-Centroamérica, representantes de organizaciones de la sociedad civil del istmo coincidieron en que la apertura comercial con México debería ser beneficiosa para esta región.

Pero, indicaron los asistentes al foro en un comunicado, México se ha resistido a reconocer las asimetrías entre su economía y las centroamericanas con las que negocia.

"Lo que estamos viendo es que el gobierno de México está negociando con los países del Triángulo Norte con la misma lógica con la que Estados Unidos negoció con ellos el Tratado de Libre Comercio de América del Norte", dijo Henríquez a IPS.

"México está reproduciendo un esquema de negociación que Estados Unidos utilizó contra ellos, en el cual Estados Unidos salió ganando, y los países centroamericanos no han tenido ni la habilidad ni la fuerza para cambiar algunas cosas", agregó.

El embajador de México en El Salvador, Ignacio Piña, parece confirmar esa apreciación en una declaración divulgada este jueves por el Diario de Hoy.

"Lo importante es que se nos vea como socios. Así como nos pasó a nosotros con Estados Unidos, algunas empresa quizás cierren, otras se asocian con extranjeros", sostuvo.

"Pero en México, la empresa privada no desapareció con el tratado, es más, nuestras exportaciones crecieron considerablemente, al tener acceso a mercados más grandes", aseguró. (FIN/IPS/mso/mj/if/99

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