YUGOSLAVIA: Apoyo a separatistas inquieta a gobiernos de Asia

Gobiernos de Asia temen que la acción de la OTAN en Yugoslavia en respaldo a los separatistas albaneses de Kosovo envíe una señal equivocada a los movimientos independentistas de todo el continente.

Varios países asiáticos, grandes y pequeños, tienen al menos un conflicto étnico dentro de sus fronteras, y el precedente sentado por la OTAN (Organización del Tratado del Atlántico Norte) podría estimularlos a aumentar su agitación con la esperanza de lograr una intervención de Occidente.

Con su larga historia de colonización occidental, muchas naciones de Asia, debilitadas por la crisis económica, temen también que Occidente retome esa dominación con la excusa de los conflictos étnicos.

China, India e Indonesia, los países más poblados de Asia, condenaron enérgicamente las acciones de la OTAN como una violación al derecho internacional, ya que fueron decididas sin la autorización del Consejo de Seguridad de Organización de las Naciones Unidas (ONU), donde China y Rusia tienen poder de veto.

La OTAN comenzó su ataque aéreo sobre Yugoslavia el día 24, con el argumento de que la acción militar es la única forma de impedir que el conflicto entre el gobierno de ese país y los separatistas de la provincia serbia de Kosovo se extienda a otras partes de la sensible región europea de los Balcanes.

La alianza atlántica también justificó su acción por motivos "humanitarios", destacando los asesinatos y la expulsión de miles de albaneses kosovares de sus hogares por las fuerzas de seguridad serbias.

Mientras, la prensa oficial china calificó la acción de la OTAN como "un precedente peligroso de agresión unilateral".

"Exhorto una vez más a una suspensión inmediata de los ataques aéreos y a un retorno a la búsqueda de una solución política para el problema de Kosovo", instó el presidente chino Jiang Zemin durante una gira por Europa cuando comenzaron los ataques.

Además de resentir el debilitamiento de su papel como miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU, China está preocupada por las implicaciones a largo plazo sobre sus propios problemas étnicos, especialmente con las minorías tibetana y musulmana.

"Hay muchos países con problemas relacionados con minorías étnicas. Si promovemos las divisiones, ¿el mundo no caerá en el caos?", advirtió el diario People's Daily, de Beijing.

India, que enfrentó grandes movimientos separatistas en las últimas décadas, también expresó su disgusto por los ataques de la OTAN.

El gobierno indio teme que el antiguo movimiento independentista de Cachemira, la única provincia india de mayoría musulmana, cobre nueva vida en un intento por internacionalizar la cuestión.

Así mismo Indonesia, afectada por numerosos conflictos étnicos y religiosos, condenó los ataques de la alianza atlántica.

La acción de la OTAN también generó la oposición de Vietnam, que perdió más de tres millones de vidas durante los años 60 y 70, cuando Estados Unidos intervino en una guerra civil en favor de la reunificación del norte y el sur del país asiático.

Varios analistas internacionales advirtieron que la acción de la OTAN en Yugoslavia podría transformarse para Estados Unidos en una pesadilla similar a la de Vietnam, de donde salió derrotado y humillado.

Entre los países asiáticos que respaldan la acción de la alianza militar occidental en Yugoslavia, por otra parte, se cuentan Japón, Singapur y Malasia. Tailandia y Filipinas prefirieron mantenerse neutrales.

Varios observadores asiáticos señalan que la acción de la OTAN no se relaciona sólo con la necesidad de hacer algo para detener los crímenes de las fuerzas serbias contra los albaneses de Kosovo, como sostienen los líderes occidentales.

La cuestión, agregan, es que la OTAN sentó un peligroso precedente al intervenir en lo que es esencialmente una guerra civil.

"Las Naciones Unidas surgieron de la necesidad de impedir acciones militares unilaterales, pero es impotente ante el uso de la fuerza de la OTAN, la única organización regional de defensa", destacó un alto funcionario de la ONU en Bangkok.

Tampoco pasó inadvertida la selectividad de la "indignación" de la OTAN por el maltrato de minorías étnicas.

Los más obvios ejemplos de la doble moral de Occidente son los de Israel y Turquía -dos aliados estratégicos de Estados Unidos-, que durante décadas han reprimido brutalmente a los palestinos y los kurdos, respectivamente.

Además, la sangrienta invasión en 1975 de Timor Oriental y la posterior matanza masiva de timorenses por el gobierno de Alí Suharto, en Indonesia, no sólo fue tolerada sino activamente respaldada por varios países occidentales.

"La OTAN está constituida por países como Gran Bretaña, Estados Unidos, España, Alemania e Italia, que tienen una larga historia de dominio colonial en gran parte del mundo y por lo tanto no tienen derecho a imponer su criterio por la vía militar sobre otros países", arguyó un diplomático asiático.

En vista de la superioridad del poder militar de Occidente, agregó, el resto del mundo tendrá que unirse para oponerse a su hegemonía o sumirse en el aislamiento individual. (FIN/IPS/tra-en/bs/js/mlm/ip/99

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