Las políticas de ajuste estructural obstruyen los esfuerzos de los gobiernos del Sur por mejorar la salud femenina y la planificación familiar, afirmó la Organización para el Ambiente y el Desarrollo de la Mujer (WEDO).
La organización realizó una encuesta mundial para evaluar el progreso registrado cinco años después de la Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo, celebrada en El Cairo, y concluyó que muchas políticas económicas neoliberales restringen las medidas para mejorar la salud de la mujer.
Esas políticas incluyen la descentralización de la administración de la salud pública y el cobro de servicios a los usuarios.
En 50 países estudiados, 70 por ciento de los encuestados opinaron que el cobro de honorarios vuelve inaccesibles los servicios de salud reproductiva para los pobres, reveló el informe, titulado "Riesgos, derechos y reformas".
"En la mayoría de los países encontramos que la transición económica y las medidas de reforma obstaculizan el acceso de las mujeres a servicios básicos de salud", destacaron Bharati Sadasivam y Pamela Ransom, directoras de WEDO que investigaron y editaron el informe.
Las medidas de recuperación de costos son particularmente perjudiciales, señaló WEDO, y citó un estudio de la organización británica Oxfam según el cual la imposición en 1994 de un pago de 10 dólares de Zimbabwe para los cuidados prenatales provocó una disminución de 18 por ciento en las consultas.
Estos datos sugieren que "la gente demora la atención de su salud hasta que es absolutamente necesaria".
De manera similar, agrega el informe, "en Uganda y partes de Tanzania, las mujeres pobres ya no pueden solventarse los cuidados pre y posnatales, por lo que recurren a comadronas tradicionales".
Pero la recuperación de costos no es el único problema de las reformas estructurales.
"Las privatizaciones limitaron el acceso a los servicios de salud por parte de los pobres, y dentro de ellos a las mujeres en particular, además de los ancianos y las comunidades minoritarias", reveló el estudio.
Varios países, especialmente Tanzania y Kenia, experimentaron la pérdida de personal médico hacia Africa austral, mientras Sri Lanka, Tanzania y Egipto informaron sobre el cambio de personal de salud calificado del ámbito público al privado.
Mientras, la eliminación de los controles de precio de los productos farmacéuticos dio lugar a un marcado aumento en el costo de los medicamentos, hasta de 300 por ciento en el caso de Egipto, dice el informe.
Los crecientes costos fueron citados como "una barrera cada vez más fuerte para el cuidado de la salud" en Argelia, China, Filipinas, India y Marruecos.
Algunos países, en especial las antiguas repúblicas soviéticas, están sujetos a fuerzas del mercado que desestimulan la anticoncepción pero promueven el aborto, denuncia el informe.
En Bulgaria y Ucrania, "las mujeres recurren al aborto en grandes números aunque ya no es gratis y constituye una causa importante de infertilidad secundaria".
"Según los activistas, esto se debe a que los presupuestos gubernamentales no prevén fondos para la educación sobre el daño causado por abortos reiterados, y la mayoría de las mujeres no pueden adquirir anticonceptivos al precio del mercado (entre 15 y 40 por ciento del salario promedio de Bulgaria)", agrega.
La crisis económica de Asia también colocó nuevas cargas sobre las mujeres, incluso en las naciones más prósperas.
"En Japón, las mujeres jóvenes tienen muchas dificultades para encontrar trabajo, mientras las empleadas de tiempo completo pasan a trabajar tiempo parcial o son despedidas sin justificación", señaló Hiroko Hara, de la Red para la Mujer y la Salud de Japón.
"Los hombres empleadores suelen despedir mujeres a la hora de la maternidad", añadió.
Además de los problemas económicos, WEDO descubrió graves problemas ambientales que ponen en riesgo la salud femenina.
Ejemplo de ello es la contaminación del agua en Uzbekistán, relacionada con defectos congénitos y complicaciones del embarazo, y la exposición a pesticidas en el centro de Sudán, a la que se atribuye 22 por ciento de los nacimientos de niños muertos en los hospitales.
En Guatemala, los residuos de pesticidas en la leche materna es 250 veces superior a la cantidad permitida en la leche de vaca, según estudios citados en el informe.
Mientras, muchos bebés chinos ingieren DDT de la leche materna en niveles 10 veces superiores al máximo aceptado internacionalmente. (FIN/IPS/tra-en/fah/mk/mlm/he dv/99