El general retirado Lino Oviedo, figura central de la crisis institucional de Paraguay y prófugo de la justicia, pidió asilo político en Argentina, donde está detenido, y las nuevas autoridades paraguayas solicitaron su extradición.
La suerte de Oviedo, que el domingo huyó a Argentina con pasaporte falso y acompañado de su esposa y tres hijos, depende de la decisión del presidente argentino Carlos Menem, quien se encuentra en Italia.
El procurador general de Paraguay, Jorge Vasconcelos, manifestó su esperanza en que "la amistad que pudiera haber entre Menem y Oviedo no sea superior al sometimiento a las leyes y a la Constitución" y reclamó la extradición del militar.
Oviedo llegó el domingo de noche en vuelo privado a la localidad de San Fernando, en el norte de la provincia de Buenos Aires, y fue detenido por la justicia federal por ingreso ilegal en el país.
El militar retirado huyó de Paraguay poco antes de la renuncia de su aliado político Raúl Cubas, cuyo alejamiento de la presidencia llevó alivio a un escenario de alta tensión.
El nuevo presidente es Luis González Macchi, que asegura la continuidad del Partido Colorado en el poder, aunque está afiliado a la corriente interna opuesta a Oviedo.
Cubas había desconocido la orden de la Corte Suprema de Justicia de devolver a Oviedo a prisión para cumplir una condena a 10 años por su tentativa de golpe de Estado en 1996.
La desobediencia de Cubas desató una grave crisis que tuvo su clímax el último martes, cuando tres desconocidos que vestían uniforme militar asesinaron al vicepresidente Luis Maria Argaña, adversario acérrimo de Oviedo.
La amenaza al orden constitucional surgida con el asesinato de Argaña aumentó en la noche del viernes y la madrugada del sábado, cuando pistoleros presumiblemente 'oviedistas' mataron en la Plaza del Congreso a catro jóvenes manifestantes que exigían la dimisión del presidente.
Otros dos manifestantes se hallaban en grave estado y también se contaron unos cien heridos de menor entidad.
Partidarios y familiares de Argaña responsabilizaron a Oviedo y a sus seguidores por el asesinato. El vicepresidente encabezaba el sector interno del gobernante Partido Colorado opuesto a Cubas y Oviedo y fue promotor del juicio político al ahora ex presidente, que debía resolverse este martes en el Senado.
El vicepresidente argentino Carlos Ruckauf aclaró que el pedido de asilo de Oviedo debe ser considerado por Menem. Por su parte, éste dijo en Roma que "no se puede actuar por impulso" y que se tomará "el tiempo que corresponda" para resoponder a la solicitud del general golpista.
El ministro del Interior de Argentina, Carlos Corach, había informado poco antes que Oviedo se comunicó telefónicamente con él en la noche del domingo para manifestarle su voluntad de permanecer en el país.
Corach explicó que el juez federal Conrado Bergesio ordenó la detención de Oviedo por su ingreso irregular al país. Agregó que el dirigente paraguayo fue detenido en el aeropuerto de San Fernando y que pernoctó allí junto con su esposa y los tres hijos que lo acompañaron en su huida.
El ministro señaló que Bergesio deberá pedir informes a las autoridades paraguayas y a Interpol (Policía Internacional) para resolver la situación de Oviedo, y reconoció que la Corte Suprema de Justicia de Paraguay pidió al gobierno que no permita la salida de Argentina de Oviedo.
Oviedo considera a Menem su amigo personal y su abogado en Argentina es Pedro Bianchi, quien confirmó que Paraguay presentó el pedido de extradición ante la cancillería argentina.
Allegados a Oviedo explicaron que el general eligió este país como destino por confiar en sus amigos argentinos, entre los que se contarían el jefe del Ejército, general Martín Balza, y el brigadier Andrés Antonietti, ex jefe de seguridad de la residencia presidencial.
Pero Balza aclaró este lunes que su relación con Oviedo fue "profesional" y estuvo restringida al período en el que el militar paraguayo estuvo al frente del ejército de su país.
Por su parte, dirigentes de la Alianza de oposición, como la diputada Graciela Fernández Meijide se declararon contrarios a la posibilidad de conceder asilo a Oviedo, que intentó derrocar a Juan Carlos Wasmosy en abril de 1996.
"¿Qué relación podemos tener con un bandido?", se preguntó Fernández Meijide, y advirtió que la presencia de Oviedo debe ser analizada a la luz de las disposiciones del Mercado Común del Sur en apoyo de la democracia. (FIN/IPS/mv/ff/ip/99