La separatista isla Bougainville, de Papua Nueva Guinea, celebrará elecciones en abril que pondrían fin a la guerra contra el poder central, pero los críticos opinan que el gobierno cede más de lo debido al permitir los comicios.
Los críticos afirman que las elecciones del 13 al 17 de abril para elegir la Asamblea Constituyente de Bougainville son inconstitucionales, y que al permitirlas, Port Moresby estaría reconociendo en los hechos la total autonomía de la isla.
El primer ministro, Bill Skate, que anteriormente se opuso a las elecciones, y Sam Akoitai, el ministro de gobierno responsable por los Asuntos de Bougainville, manifestaron su apoyo a los comicios.
Su decisión invalida la posición del ministro de justicia, Simon Kaumi, que sostiene que las elecciones son ilegales según la constitución nacional de Papua Nueva Guinea porque, entre otras cosas, no serán dirigidas por la Comisión Electoral de este país.
A través del ejercicio político, los habitantes de Bougainville podrán elegir a sus representantes para negociar con el gobierno la formación del Gobierno de Reconciliación de Bougainville, que a su vez negociará la paz en la provincia, atormentada por la rebelión durante casi una década.
Sin embargo, la oposición y analistas afirman que permitir la realización de las elecciones equivale a poner en movimiento las ruedas de la autonomía para Bougainville.
Por otro lado, los líderes de Bougainville critican a la oposición porque esta, supuestamente, trata de obstaculizar el proceso de paz.
Bernard Narokobi, líder de la oposición, y John Nonggorr, uno de los principales juristas de este país, dijeron que al reconocer el derecho de los habitantes de Bougainville a asociarse y celebrar elecciones, el gobierno reconoce de hecho la autonomía total.
Ambos afirmaron que es el reconocimiento de una institución que no está contemplada dentro del marco de la constitución.
"Si el gobierno permite a la asamblea dictar normas para gobernar sus asuntos, es un reconocimiento de hecho de su independencia. Poco a poco esos pequeños pasos llevarán a la independencia de Bougainville", aseguró Nonggorr al periódico The National.
El gobierno sostiene que las elecciones son parte del proceso de paz de la problemática isla y que la independencia no es negociable porque "Bougainville es parte integral de Papua Nueva Guinea" como su vigésima provincia.
En 1989, los indígenas propietarios de tierras de Bougainville se levantaron contra el gobierno porque éste y CRA Minerals, una empresa minera australiana, no atendieron sus demandas de indemnización justa y otros beneficios respecto del proyecto de una mina de cobre en la localidad de Panguna.
Los pobladores atacaron la mina y las torres de conducción eléctrica, deteniendo las operaciones. En mayo de 1989, los ataques se intensificaron y CRA Minerals cerró la mina.
Con el fuerte despliegue de la policía y el ejército, el disturbio derivó en una guerra entre las fuerzas estatales y los rebeldes propietarios de tierras, que posteriormente reclamaron la separación del resto del país.
Más de 10.000 personas murieron en una lucha que duró nueve años hasta que, en 1998, Nueva Zelanda actuó como mediador para llegar a un acuerdo de paz que pedía una tregua y la realización de negociaciones para un acuerdo pacífico.
Es bajo este acuerdo que tienen lugar las actuales iniciativas de paz y reconciliación.
Una delegación parlamentaria australiana que visitó Bougainville la semana pasada alabó el proceso de paz y mantuvo la posición australiana de que la isla es una "parte integral de Papua Nueva Guinea".
El Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas también elogió el proceso de paz.
Un equipo desarmado de fuerzas de supervisión de la tregua, integrado por países del Pacífico y liderado por ejércitos australianos y neocelandeses, está en la isla desde el año pasado.
El equipo es parte de un gran esfuerzo de supervisión, reconstrucción y rehabilitación llevado a cabo por el gobierno, la agencia de ayuda australiana AusAID, y la Cruz Roja entre otros.
Su líder, el senador David MacGabbon, dijo a los periodistas que Australia no cambió su política exterior con respecto de Papua Nueva Guinea, por lo que considera que Bougainville es un asunto interno de este país.
MacGabbon negó las afirmaciones de la oposición de que Australia está ayudando a Bougainville a obtener la autonomía, y dijo que la participación de Canberra surge del deseo de restaurar plenamente la paz y la normalidad. (FIN/IPS/tra-en/kp/ral/at/aq/ip/99