Los sindicatos de Panamá estiman que la reforma al código laboral promovida por el empresariado ampliará la brecha entre ricos y pobres.
El Consejo Nacional de la Empresa Privada (CONEP) presentó su propuesta a los tres candidatos a la presidencia en las elecciones del 2 de mayo.
Bajo el título "Estrategia Nacional para el Desarrollo", el gremio patronal propone además una reforma a la constitución política, la implementación de acciones para capitalizar el Seguro Social y la regionalización del sistema de educación pública y privada.
La nueva reforma al código laboral procura facilitar las inversiones para aumentar la oferta de empleos en el país, según indicó la presidenta del CONEP, Nivia Castrellón.
El desempleo abierto afecta a 13,4 por ciento de los 1,2 millones de panameños economicamente activos, una cifra que se ha mantenido estable desde el 1 de septiembre de 1994, cuando asumió la presidencia Ernesto Pérez Balladares.
El secretario general del Sindicato Unico de Trabajadores de la Construcción (Suntracs), Genaro López, afirmó que "es mejor que ninguno de los candidatos a la presidencia se le ocurra poner en práctica la idea del CONEP porque se desataría un pandemonium".
"Lo único que busca el sector patronal es aumentar sus ganancias y abrir aún más la enorme brecha actual entre ricos y pobres", señaló López, amenazando con convocar "a la peor y más grande huelga laboral de la historia del país".
A mediados de 1995 el Suntracs y otros 40 sindicatos realizaron una huelga de diez días contra reformas que introdujo el gobierno al código laboral para adecuarlo al proceso de globalización y propiciar un aumento de la oferta de empleos.
Para la dirigente del Consejo Nacional de Trabajadores Organizados (CONATO) Norma Cano la promesa de creación de empleos a cambio de una reforma del código laboral "es un viejo cuento de los empresarios".
Los trabajadores, dijo, "ya han aportado demasiado al país para que ahora se les venga a pedir nuevos sacrificios por quienes sólo desean aumentar sus ganancias".
Augusto Castillo, secretario general de la Convergencia Sindical, lamentó por su parte que el CONEP "siga fomentando la desigualdad entre pobres y ricos".
Desde que fue implementado el actual código laboral en 1972 ese sector reclamó y obtuvo seis reformas "siempre con el mismo argumento", destacó.
"El sector empresarial debe tratar de ingresar a la globalización a través de la tecnología si desea tener una mayor competitividad", subrayó Castillo.
Además de ocupar el penúltimo lugar de América Latina en materia de índice de desempleo abierto detrás de Argentina, Panamá ostenta el penúltimo puesto regional (antes de Brasil) en cuanto a la distribución de la riqueza.
De acuerdo con datos del Instituto de Estudios Nacionales de la universidad estatal, el 20 por ciento de la población más rica del país se queda con 60,3 por ciento de la riqueza, mientras el 20 por ciento más pobre apenas percibe 2,7 por ciento de la riqueza.
Pero la dirigencia sindical no fue la única que reaccionó contra la propuesta de reformas al código laboral presentado por el CONEP.
La Cámara de Comercio Industrias y Agricultura (CCIA), uno de los 18 gremios patronales afiliados al Consejo, calificó como "peligrosa" la propuesta.
Edgardo Carles, presidente de la CCIA, indicó que dicho gremio "no respalda la presentación de la iniciativa" por estimar que "este tipo de acción o proposición puede romper el proceso democrático" que está viviendo el país.
Para el ex presidente del CONEP Juan Planells, la reforma planteada es "sorpresiva e inoportuna".
El procurador (fiscal) general de la República, José Antonio Sossa, criticó el plan en el punto referido a la conformación de una asamblea nacional constituyente para reformar la carta política del país.
Una idea ese tipo "atenta contra la estabilidad social y jurídica del país", consideró. (FIN/IPS//sh/dg/ip-lb-if/99)
