La existencia de una economía dolarizada propició que Panamá tuviera un aceptable desempeño en 1998, cuando alcanzó un crecimiento del 3,9 por ciento pese a la crisis financiera internacional y el fenómeno climático de "El Niño".
Sectores como la pesca, con un crecimiento del 13,6 por ciento, los puertos, con 24,2, las telecomunicaciones, 14,3, y la intermediación financiera, con ocho por ciento, fueron los más pujantes de la economía nacuonal durante 1998.
A la inversa, la producción de electricidad, gas y agua potable tuvieron un decrecimiento del 4,5 por ciento, la zona libre de Colón apenas creció 0,2 por ciento, el canal de Panamá uno por ciento y la agricultura 1,5.
La zona libre de Colón, integrada por cerca de 1.800 compañías dedicadas a la importación y reexportación de mercancías desde Asia y Europa hacia América Latina y el Caribe, aportó 8,6 por ciento al producto interno bruto (PIB) en 1997.
El bajo crecimiento en los ingresos del canal de Panamá y la zona libre de Colón está ligado a la crisis financiera internacional, en tanto que la del sector agropecuario y la generación de electricidad y agua potable es consecuencia directa de la prolongada sequía provocada por "El Niño" en 1998.
A pesar que no se prevé una recuperación en las actividades de la zona libre y el canal para este año, el Ministerio de Economía y Finanzas anticipó que el PIB va a tener un crecimiento superior al cuatro por ciento gracias a la estabilidad actual de la dolarizada economía nacional.
El dólar estadounidense es desde 1904 la moneda de curso legal Panamá.
El optimismo oficial se debe a un reciente informe de la consultora internacional Salomon Smith Barney, filial del Citigrup, según la cual Panamá "saldrá bien librado de la (actual) turbulencia internacional".
Los factores que a juicio de la firma propiciaron el aceptable desempeño del PIB en 1998 fueron "la economía dolarizada, la baja dependencia del financiamiento externo, una política fiscal conservadora y una baja correlación con los ciclos económicos del resto de los países latinoamericanos".
Salomon Smith Barney estimó que "las áreas fuertes" de crecimiento para 1999 seguirán siendo puertos, telecomunicaciones, proyectos viales (carreteras y ferrocarril), bienes raíces y turismo.
Luisa de Soto, analista del Centro de Investigaciones Estratégicas de Panamá, señaló por su parte que esa institución no gubernamental prevé para este año un aumento del PIB de entre 3,9 y 4,9 por ciento.
Los expertos del Banco Mundial calculan que América Latina tendrá un crecimiento de 0,6 por ciento durante 1999, contra 2,5 el año pasado.
De Soto adujo que la recuperación del sector agropecuario, sobre todo la exportación de bananos, que en 1998 registró un decrecimiento de 27 por ciento debido a "El Niño", va a influir notablemente sobre el resto de la economía.
A pesar de que el sector agropecuario representa sólo 10 por ciento del PIB, genera alrededor de 27 por ciento de los puestos de trabajo.
Roberto Boyd, gerente general del banco local Privanco, afirmó este viernes en una convención bancaria que "el ejemplo de buen desempeño" de la dolarizada economía de Panamá debería servir de ejemplo al resto de América Latina para unificar sus monedas, tal cual lo ha hecho recientemente la Unión Europea.
Tras indicar que Panamá debe ser tomada como ejemplo "para poner en marcha la dolarización en América Latina, por contar con una economía sana y fuerte", el banquero instó a los países de la región a "buscar la manera de dolarizarse con el fin de fortalecer la economía del área".
Sin embargo, el economista Juan Jované, director del Instituto de Estudios Nacionales de la estatal Universidad de Panamá, advirtió que la economía panameña tiene sus puntos flacos.
Aun si vaticinó que el PIB panameño crecerá tres por ciento en 1999, Jované dijo que el país debe tomar en cuenta la gravedad de la actual crisis internacional y el alto grado de apertura de la economía nacional.
"No es correcto decir que la problemática internacional no nos afectará", destacó. (FIN/IPS/sh/dg/if/99)