La Organización de las Naciones Unidas (ONU) intenta salvar a una de sus pocas agencias que se interesa por el progreso de las mujeres.
El Instituto Internacional de Investigaciones y Capacitación para la Promoción de la Mujer (INSTRAW), con sede en la República Dominicana, se verá obligado a cerrar este año a causa de sus dificultades financieras, a menos que reciba fondos "de efecto inmediato".
"El Instituto no tendrá más fondos a partir de agosto de 1999", anunció la ex directora del INSTRAW, Yakin Erturk, el martes.
Erturk dijo a la Comisión sobre la Condición de la Mujer de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que la crisis financiera que comenzó en 1992 se convirtió en "una crisis institucional que amenaza la existencia del INSTRAW", entidad fundada hace 13 años.
"En el momento que el Instituto intentaba hacer frente a los desafíos de una nueva era, es lamentable que la escasez de fondos siga siendo el principal obstáculo", agregó Erturk.
Los fondos del INSTRAW, uno de los pocos organismos de la ONU situado en una capital del mundo en desarrollo, proceden solo de las contribuciones voluntarias de los 185 miembros de la ONU, que fueron disminuyendo con los años. Ahora hay solo 35 contribuyentes regulares.
El Instituto fue establecido con el fin específico de desarrollar mecanismos para fortalecer la participación de las mujeres y para que el ritmo general del desarrollo esté acompasado con el de los derechos de la mujer.
Un equipo de 11 miembros formula los principios, las políticas y los lineamientos del trabajo del INSTRAW.
El presupuesto del Instituto es de cerca de dos millones de dólares anuales. Pero las contribuciones no alcanzan.
El subsecretario de Asuntos Económicos y Sociales de la ONU, Nitin Desai, sostuvo que el foro mundial tiene el deber de apoyar y fortalecer al INSTRAW. Pero el problema básico sigue siendo la financiación.
La ONU debe conducir el INSTRAW sólo en base a los recursos vertidos en el fondo fiduciario destinado a ese cometido, según el estatuto del Instituto.
El INSTRAW tuvo el año pasado un déficit de cerca de 1,3 millones de dólares. "La situación se volvió tan grave que el supervisor (financiero) advirtió a la secretaría que debería empezar a pensar en suspender actividades", relató Desai.
Desai urgió a los Estados miembro a decidir si el INSTRAW les parecía prioritario, y dijo que habrá que tomar una resolución este año. La Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer, realizada en Beijing en 1995, declaró que los cometidos del INSTRAW eran importantes.
El gobierno de República Dominicana, "un pequeño país en desarrollo", brindó mucho apoyo al Instituto, lo cual es encomiable dados los obstáculos a los que se ve enfrentada, señaló Desai.
El INSTRAW recibió "un significativo apoyo" de los países en desarrollo, insistió Desai. Cuando esos países piden fondos para el Instituto, habría que recordar que ellos también están haciendo aportes, apuntó.
No todos los donantes se retiraron. Austria, China, Luxemburgo, Holanda, Sudáfrica y Turquía se comprometieron a hacer importantes donaciones en 1999, informó Desai.
Barbados, Bolivia, Chile, Colombia, Egipto, India, Indonesia, Japón, Lesoto, Madagascar y Paraguay hicieron donaciones para el INSTRAW en 1998, señaló.
Desai dijo que el mensaje que se desprende de todo esto es que vale la pena apoyar al Instituto y sus programas, por lo que es válido buscar nuevos donantes. No se puede seguir resolviendo el problema cada año, hay que encontrar una solución definitiva. "Se necesita un apoyo inmediato, ahora", declaró Desai.
Holanda y Finlandia indicaron, en una evaluación encargada en 1991 por Noruega, que el INSTRAW tiene un mandato muy amplio y desde los comienzos "no pudo producir un plan estratégico y centralizado que recalcara su importancia dentro del sistema de la ONU".
El resultado fue, según Erturk, que a pesar de las invalorables contribuciones que hizo el INSTRAW en las áreas de trabajo impago, estadísticas e indicadores y entrenamiento en ambiente y desarrollo sustentable, entre otras, los resultados obtenidos fueron fragmentarios y dispersos.
Varios sectores de la ONU que se ocupan de mujer y desarrollo, como el Fondo de Desarrollo para la Mujer (UNIFEM) y la División para el Avance de las Mujeres del Secretariado, se ocupan de los mismos asuntos, según los críticos del foro mundial.
Ahmet Arda, de Turquía, declaró que su delegación se opuso a la fusión de INSTRAW y UNIFEM porque los mandatos de ambas organizaciones son diferentes.
Haile Mikeal, de Etiopía, señaló que todas las organizaciones de mujeres están siendo marginadas y tienen problemas por falta de recursos financieros, por lo que el INSTRAW no es más que un ejemplo de lo que está sucediendo. (FIN/IPS/tra-en/td/ceb/mj/ip dv/99