Cuba aspira a que las relaciones con Estados Unidos se normalicen algún día y para ello está dispuesta a esperar el tiempo que sea necesario, afirmó hoy el presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular (parlamento), Ricardo Alarcón.
"No nos oponemos a una relación normal entre los dos países", dijo este lunes Alarcón, en conferencia de prensa convocada a menos de 24 horas de que se realizara un encuentro de béisbol entre un equipo cubano y un estadounidense, sin precedentes en 46 años.
El partido jugado el domingo en La Habana, donde Los Orioles de Baltimore derrotaron por tres a dos a la selección de la isla, generó expectativas respecto de su posible impacto sobre las conflictivas relaciones entre ambas naciones.
Previo al encuentro deportivo muchos hablaron de una posible puesta en práctica de una "diplomacia del béisbol", similar a la "del ping pong" que impulsaran en el pasado Estados Unidos y China, cuyos vínculos diplomáticos fueron restablecidos en 1976.
Alarcón, sin embargo, desestimó que la normalización de las relaciones entre Washington y Beijing haya sido consecuencia de una política relacionada con el deporte.
Lo que sucedió realmente en esa oportunidad es que Estados Unidos descubrió que existía China, un país que tenía vínculos con la mayoría de las naciones del mundo, lo cual estoy seguro que ocurrirá algún día también con Cuba, comentó.
Alarcón reiteró la voluntad del gobierno de Fidel Castro de recorrer el camino hacia el mejoramiento de las relaciones bilaterales, pero, aclaró, "jamás aceptaremos que no se respeten los principios de igualdad entre los estados".
Respecto de cuando podría concretarse una normalización entre Washington y La Habana, el parlamentario dijo no saber "cuantos juegos" tendrá que haber aún, pero "estamos dispuestos a esperar el tiempo que sea necesario".
Ambos países carecen de lazos diplomáticos desde el 3 de enero de 1960, aunque el 30 de mayo de 1977 acordaron abrir oficinas de intereses de una nación en la otra, a través de las cuales se atienden asuntos consulares.
Alarcón aclaró que la política de Estados Unidos respecto a su país no se ha modificado, pero hubo juego de béisbol en La Habana y lo habrá en Baltimore porque fue concebido de modo normal, como si el bloqueo no existiera.
Opinó que el próximo partido entre los Orioles de Baltimore y la selección cubana de béisbol, previsto para el 3 de mayo en Estados Unidos, será "tan reñido como el de La Habana".
Alarcón calificó de ejemplos de intercambio entre ambos países tanto el juego como el concierto de músicos de ambas nacionalidades realizado en la noche de mismo día domingo.
Esto puede lograrse siempre sobre la base del más absoluto respeto a la soberanía y la independencia de los dos países, precisó Alarcón, de extensa trayectoria en el campo diplomático y especialmente en temas relacionados con Estados Unidos.
Los dos países sólo han logrado hasta el momento acuerdos para regular el flujo migratorio, lo cual Alarcón consideró posible porque se trata de un asunto específico que no implica transacciones financieras de un país en otro.
El embargo económico y comercial impuesto por Washingotn a la isla desde los años 60, incrementado por la aprobación de la denominada Ley Helms-Burton, en 1996, imprime absoluta anormalidad a la relación entre los dos países.
El encuentro deportivo requirió de intensas negociaciones, que se prolongaron por tres años y convirtieron a Los Orioles de Baltimore en el primer equipo profesional de Estados Unidos que pudo jugar en Cuba en las últimas cuatro décadas.
Sin embargo, no se trata del único plantel de las Grandes Ligas del país norteamericano deseoso de enfrentarse a los cubanos, en un deporte que apasiona a millones de uno y otro lado del estrecho de La Florida.
Medios de prensa deportivos mencionaron a Los Yankees de Nueva York y los Marineros de Seattle entre los equipos que vieron frustradas sus intenciones de jugar en Cuba, debido a la prohibición de las autoridades de su país. (FIN/IPS/pg/dm/ip/99