Cuba dio un serio impulso a su prensa estatal a sólo unos días de la aprobación de una ley para penalizar todo suministro informativo que facilite la aplicación del bloqueo de Estados Unidos contra este país caribeño.
La televisión cubana reanudó el día 8 con un programa informativo de dos horas su programación matutina, reducida considerablemente a raíz de la recesión económica iniciada a principios de esta década.
"Buenos Días", el nuevo espacio, ofrece como la actualidad noticiosa nacional e internacional, y secciones que van desde comentarios, entrevistas y reportajes hasta música y variedades.
El programa tiene como antecedente más directo a Revista de la Mañana, espacio creado en los años 80 para contrarrestar una ofensiva propagandística desde Estados Unidos.
Juventud Rebelde, en tanto, circulará de miércoles a domingo, luego de una tirada reducida por varios años sólo a este último día. El derrumbe de la Unión Soviética y el bloque socialista europeo cortó el suministro de papel y otros insumos para la prensa cubana.
La programación de televisión se redujo en 35 por ciento y la radio también disminuyó su horario.
Medios oficiales admitieron que un total de 584 publicaciones periódicas, incluyendo revistas de gran tirada, con un total de 85 millones de ejemplares por año, quedó reducido a un centenar y con cambios en la frecuencia, formato y paginación.
En los últimos tres años se aprecia una lenta recuperación en el campo editorial, con el nacimiento incluso de nuevas revistas especializadas.
El presidente de la Unión de Periodistas de Cuba, Tubal Páez, dijo que el gremio "recibió con esperanza y alegría" la decisión oficial de destinar a los medios de comunicación recursos financieros y técnicos para su reanimación.
Según datos de la Unión, el diario Granma, órgano oficial del Partido Comunista y el único que continuó circulando a nivel nacional de martes a sábado bajó su tiraje de 700.000 ejemplares en 1989 a 400.000 en 1997.
Juventud Rebelde, en tanto, pasó de 300.000 ejemplares diarios a 250.000 sólo los domingos, mientras la revista Bohemia, una de las más antiguas del país, tiene una circulación quincenal de 100.000 ejemplares, contra 300.000 semanales en 1989.
La primera edición de esta nueva etapa de Juventud Rebelde el sábado 13 de marzo, coincidirá con el inicio del VII congreso de la Unión de Periodistas de Cuba, cuya convocatoria defiende "el principio de una prensa de propiedad social" al servicio "de la democracia socialista".
Paéz recordó que el trabajo de los periodistas y medios de difusión cubanos ha estado durante 40 años marcado "material y sicológicamente" por "una despiadada guerra económica y propagandística".
En Cuba rige el monopolio estatal sobre los medios de comunicación masiva y grupos de periodistas independientes surgidos en los últimos años trabajan en forma ilegal. Estos, que orientan su actividad sobre todo hacia el exterior, son acusados por las autoridades de recibir financiamiento de Washington.
Las autoridades cubanas basaron en el viejo conflicto con Estados Unidos la Ley de Protección de la Independencia Nacional y la Economía de Cuba, aprobada el 16 de febrero pasado por el parlamento.
La ley penaliza el suministro de "información para facilitar los objetivos de la ley Helms-Burton, el bloqueo y la guerra económica" de Estados Unidos contra la isla. La ley estadounidense reforzó y dio carácter extraterritorial a las sanciones económicas y comerciales.
Al congreso de la Unión de Periodistas de Cuba, a cuyos debates no tendrá acceso la prensa extranjera acreditada en la isla, asistirán más de 200 delegados de todo el país. (FIN/IPS/pg/ag/ip- cr/99